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José Luis, «el bueno», como se autodefine, se la juega siempre al mismo número. Luis Gómez
Vuelve a Bilbao la venta de perfumes a granel

Vuelve a Bilbao la venta de perfumes a granel

El Bilbao de Luis Gómez ·

De bote en bote, la ciudad despide un aroma diferente. La gente acude con frascos de su casa a rellenarlos con sus fragancias preferidas

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Viernes, 15 de febrero 2019, 00:49

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Carecen del glamur de las grandes fragancias y de las espectaculares campañas de promoción que venden aromas envueltos en sueños. Pero avisados quedan, sobre todo, los más modernos. La venta de perfumes a granel ha vuelto a Bilbao. La ciudad va de bote en bote, despidiendo un aroma diferente y rescatando viejas esencias. Asómbrense, pero cada vez más personas acuden a las perfumerías con frascos que traen de sus casas para rellenarlos con su colonia favorita. Ya sean 50, 100, 200, 500 ... Los mililitros que sean. Lo que prometiste que jamás harías, y mucho más viendo cómo se las gastaban tus padres y abuelos en los años 70, lo has acabado haciendo tú. Reconozcámoslo: es tan fácil y personal...

Y tan curioso, porque en Idem las fragancias no tienen nombre, lo que no significa que sean inexistentes. Oler huelen, y mucho, por cierto. Simplemente se enumeran. Y del mismo modo que en las perfumerías tradicionales uno entra y pide la última de Dior o Hermès, aquí se cambia el paso y reclaman a las dependientas la 61 o 64. Todo depende de por dónde tiren las narices de cada uno . La oferta es desbordante: la mujeres disponen de más de 80 opciones, mientras que las existencias masculinas se limitan a 49.

Las baldas están repletas de botes de perfumes.
Las baldas están repletas de botes de perfumes. Luis Gómez

José Luis, «el bueno», como se autodefine, se la juega siempre al mismo número. Aunque, no se sabe si por coquetería o discreción, prefiere mantenerlo en secreto. Por qué tentar a la suerte, piensa, si le ha ido tan bien con 'su' perfume, que deja a su paso notas amaderadas, «muy secas, muy secas», detallan las hermanas Katrin y Janire, politóloga y bióloga, respectivamente. «Viene muy bien a mi piel y dura una barbaridad al tener bastante fijación. Y, además, qué queréis que os diga, es que yo soy muy fiel», replica José Luis, que de paso le arreglaron la junta del pulverizador de su frasco.

Quien más, quien menos cuando entra en estas perfumerías lo hace con las ideas muy claras y sabiendo lo que quiere. Entendámonos, si desea una fragancia fresca o ese tipo de aromas embriagadores cuya estela no parece tener fin. Si con los años se acaba echando mano de las más frescas, elaboradas con jazmín y azahar, las más jóvenes suelen decantarse por las dulces, especialmente de vainilla.

Existen diferentes tamaños, según lo que quiera el cliente.
Existen diferentes tamaños, según lo que quiera el cliente. Luis Gómez

«¡Súbete las mangas y dime el numerito que te la echo!», sugieren las dueñas a una adolescente que acude acompañada de su madre. Porque esa es otra: la venta a granel será más vieja que la pana, pero de ellas tiran jóvenes y mayores. Modernos y de costumbres típicas. «Viene gente de todo tipo»: chavalitas de 15 años, señoras de 90, gente de mucho nivel adquisitivo, de poco... Mucho chico, muchas chicas, también niños... «Público muy variado, muy variado, y que lleva 20 años con nosotros», esgrimen las comerciantes, mientras esperan a que la chavala termine de decidirse. «La 62 es súper rica», sugieren. «Lleva melocotón, limón, geranio, ámbar... ¡Y hasta 20 ingredientes más!», detallan.

Del color de los viejos frascos de jarabe

En Santutxu, San Ignacio, Indautxu... Los perfumes a granel se ofertan por toda la ciudad. Ayuda mucho el precio –5 euros los 50 mililitros y 10, los 100–, el encanto del estilo vintage, la fascinación por la recuperación de los negocios clásicos y el trato personalizado, «casi familiar». «No solo eliges la colonia que te gusta, sino que compras también el bote que quieres». Los precios de los frascos fluctúan entre los 2,5 y 3,5 euros, explican Katrin y Janire, que han puesto más de moda que nunca el negocio fundado por su difunta madre, Marisol Sáez, en 1999. «El bote vale para siempre. Se va limpiando y reciclando». En Idem solo trabajan con envases de cristal, «nunca plásticos». Únicamente hacen la excepción del 'plástico pez', un frasco marrón «oscurito» que recuerda a los envases de jarabe «de toda la vida», que venden para que luego los clientes rellenen los botes en casa.

Luis Gómez

Katrin y Janire evitan concretar la composición de las fragancias, inspiradas en las de colonias originales y fabricadas en un laboratorio «único», cuya localización mantienen en secreto. «Eso no lo decimos. Es como la salsa del sándwich de 'El Eme'. Secreto. Nuestros padres se recorrieron toda España hasta encontrarlo. Cuando arrancaron el negocio hicieron unas encuestas preguntando a la clientela cuáles eran sus colonias favoritas para sacarlas parecidas», reconocen.

Pero legales. A los perfumistas a granel nos les gusta hablar de imitaciones, «sino de creaciones 'inspiradas en marcas originales'», ni tampoco que les comparen con los vendedores del 'top-manta'. «Se ha hecho muy mal nombre a nuestros perfumes por los manteros, que venden botes por dos euros. Jamás venderemos una copia de Chanel, Carolina Herrera o Loewe. A ver, mucha gente nos viene preguntando '¿tenéis una que se parezca a tal?' Todos no tenemos, evidentemente, porque hay millones de fragancias. Pero aquí fabricamos esencias a base de vetiver y ámbar, como los que llevan esas marcas tan conocidas para lograr colonias parecidas».

Y, por supuesto, después de superar todos los controles sanitarios. «Todavía hay clientes que te llegan diciendo 'pero, ¿éstas tienen alcohol?'. Claro, llevan la misma cantidad». Por eso, y muchas más cosas, la venta a granel ha vuelto con más fuerza que nunca a Bilbao, aunque uno cree que en realidad nunca dejó de existir.

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