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Madame Lou Lou: entramos al club más privado (y 'cool') de Bilbao

Solo para socios, los clientes pueden perfumarse en el baño con fragancias exclusivas y cenar los fines de semana hasta las seis de la mañana con música en directo y algunos de los mejores DJ's. Las butacas de terciopelo incorporan conexiones USB

Jueves, 31 de octubre 2019, 21:44

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A Bilbao solo le faltaba un club, pero no un club cualquiera. Uno a la altura (o bajura, porque en este hay que descender al subsuelo de la ciudad) de los que proliferan en las ciudades más modernas del mundo. Entiéndase Londres, Nueva York o Berlín. El de Bilbao tiene nombre propio: Madame Lou Lou. Y sí, no piensen en lo que se imaginan. Que si 'madame', que si sofás de terciopelo, todos provistos, por cierto, de conexión USB... El que acaba de abrir en Galerías Isalo, entre Ercilla y Licenciado Poza, tiene todo lo que se espera de un local 'cool', donde uno desea entrar, y como sea, porque si no, no se es nadie. O eso creen muchos.

El de Juan Marchante, un profesional al que le sonríe el éxito desde hace casi tres décadas como hostelero (Cotton Club y y el restaurante Happy River del Muelle de la Merced, entre otros muchos) e interiorista (es propietario de la tienda de decoración Rosita), reúne todos los condicionantes para asaltar la noche: butacas (140) revestidas con telas estampadas que evocan la atmósfera de las películas de David Lynch, moquetas sintéticas que rescatan la esencia setentera de las viejas 'boîte', lamas de madera al estilo de las que marcaron una época en el diseño de los años 50 y que sirven como separadores de espacios, cortinones que al descorrerse descubren un mundo entre intrigante y seductor, muebles de alto standing (una de las lámparas que cuelga del techo ha ganado el premio al mejor diseño en la última feria de diseño de Milán, la más importante del planeta)... Así que mejor no pensar en su precio.

La deslumbrante barra incluye una carta de coctelería diseñada por los 'MindShakers': los barman han sido formados en La Mula de Moscú. Mientras, los clientes asisten a conciertos en directo y la actuación de DJ's de talla internacional (algunos han pasado por el festival BBK Live). La oferta gastronómica es inacabable: se pueden disfrutar de comidas, meriendas y cenas salpicadas de 'macarons' franceses, minisándwiches, ensaladillas de langosta, lomos de salmón con alcaparras, flamenquines de solomillo, sorbetes al cava con hierbabuena...

Champgne, billar y moquetas

No faltará el mejor champagne (así aparece escrito en la carta). Tampoco las sesiones de jazz, el envolvente sonido de la música negra, soul, dance, funk, disco, hip-hop, G-funk o Latin House –«música totalmente diferente a lo que se escucha en Bilbao»–, un piano de cola que «emociona a tantos artistas como vienen»... Y mucho, mucho, glamour. Toneladas de estilo para una noche necesitada de estímulos y que anda de capa caída en Bilbao. Ah, tampoco faltarán el futbolín y el billar.

Y una pista para los que deseen bailar «hasta que les duelan los pies». De película. Por espacio no será, ya que el local cuenta con casi 600 metros cuadrados. Los reservados, cómo iban a faltar, recuerdan a las bibliotecas inglesas. Algunas estanterías están pobladas de libros y varias columnas revestidas de azulejo y papel pintado con estampados tropicales que rozan el espíritu 'kitsch'. «Es un estilo ecléctico total. Es mío. Lo he inventado yo. No lo he visto en ningún sitio, pero es para sentirte como en casa», afirma Marchante.

Pero, claro, no todo podía ser tan bonito. Madame Lou Lou es un club «solo para socios». Eso, o ir acompañado en calidad de invitado junto a alguno. Privado, pero nada elitista, matiza el dueño. Solo se exigirán normas de actuación y de comportamiento «exquisitas». Nada de jaleos y alboroto. Por supuesto, olvídense de los sonidos más machacones. ¿Traducción? No habrá reguetón, pero sí «libertad para todo lo demás. Puedes hacer lo que te dé la gana y hasta venir en bañador, si quieres. No hay ninguna limitación, salvo molestar al resto», sentencia el empresario. «La intimidad y bienestar es lo más importante», apostilla.

Buen comportamiento o te retiran el carné

Los que se pasen de la raya en Madame Lou Lou perderán el carné de socio «para siempre». Y eso significa no poder acceder nunca más, porque solo se puede entrar a través del uso de una tarjeta electrónica o llamar al portero automático. Los fines de semana trabajará un portero físico. Y el que esté fichado, tururú. El buen comportamiento se extenderá al exterior del local. Pero no se confundan. Si alguien se da una vuelta por estas galerías a probar suerte y ver si les abren las puertas, perderá el tiempo... porque no darán con el club.

Por fuera sigue llamándose igual que el local que funcionó antes: Sala VIP. Ha sido algo premeditado. «Queremos que la gente baje unas escaleras –cuidado con las y los que caminen con tacones– y descubra, de repente, lo inesperado». El misterio está abierto, de momento, a 5.000 personas.

Esta 'madame' abre todos los días, menos los domingos y lunes, a partir de las cuatro de la tarde. Cierra «con horario de discoteca». Los martes y miércoles; a las tres de la madrugada, y los jueves, a las 4,30. Los viernes y sábados estira el horario hasta las 6 de la mañana. Y cuando se habla de las seis de la madrugada es con todas las consecuencias, porque hasta esa hora estará activo el servicio de cenas.

Resulta difícil imaginarse en una reunión de trabajo en este escenario, pero con el carné 'Gold' (oro) todo es posible. Hasta celebrar encuentros de 'ecoworking' (o trabajo en equipo). A los clientes encorbatados se les abrirá, a partir de diciembre, la cocina al mediodía, mientras se alimentan con el sabor de los buenos negocios. «Se les garantiza intimidad y que puedan hablar tranquilamente. También les ofrecemos, por si alguno quisiera, impresoras». Ya hay reservas para 20 grupos de empresarios.

«No como los perfumes falsos de Miami»

Pero hay más sorpresas. Si Lourdes es la 'host', que conduce a los clientes a las mesas y se encarga de las reservas, en los baños, repletos de flores naturales, jabones y perfumes nicho, se vivirán «verdaderas experiencias», garantiza Marchante. «Karime te cuida y atiende. ¿Cómo? Ofrecerá jabón, crema de manos del segmento 'nicho' (perfumería especializada) y fragancias, por si alguien ha sudado y quiere echarse un poco», asegura. Los cosméticos se renovarán cada trimestre y olerán igual que el ambientador propio del club. «El mismo aroma del jabón impregna todas las estancias. La gente flipa con esto. Yo he visto este servicio en discotecas de Miami, pero allí dan copias falsas de perfumes de Dolce&Gabbana, nada que ver con esto». Karime tiene trabajo porque los baños lucen en todo momento un «aspecto impoluto. Se desinfectan cada vez que lo utilice alguien», se felicita Marchante.

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