Elizegi marca tendencia

No hay presidente en el fútbol español que destaque como Aitor Elizegi por su variado fondo de armario. El mandatario bilbaíno ha desplegado desde su acceso a Ibaigane una serie de 'looks' que han insuflado aire fresco al encorsetado estilo presidencialista, donde las indumentarias clásicas ganan por goleada. ¿Recuerdan, por ejemplo, las veces que han visto a los del Madrid o Barça sin sus ternos azul marino combinados con camisas azul celeste el primero y de tonos todavía más oscuros el segundo, pese a ser mucho más joven? Ninguna. Ambos se mantienen fieles a una indumentaria cortada por un patrón idéntico: demasiado tradicional, excesivamente formal, sin picante y ni una pizca de alegría. Nada nuevo, en cualquier caso, en un mundo donde casi todos prefieren pecar por defecto que por exceso.

Elizegi, sin embargo, regatea las normas convencionales. Ha sabido jugar sus bazas y entremezclar estilos aparentemente antagónicos. Combina, sin desentonar, piezas tradicionales con otras modernas, aunque todo dentro de un orden. Nunca deja nada al azar, pese a que siempre vaya un paso por delante. ¿Por ejemplo? Mientras sus colegas se han protegido del frío invernal con bufandas de toda la vida, él se ha abrigado con fulares. Vistosos, por cierto, lo que tampoco sorprende. En la víspera de cumplir sus 100 primeros días como presidente, ha enarbolado en todo momento la bandera del eclecticismo. Primero como cocinero y después como presidente de bilbaoDendak, organización que aglutina a todas las agrupaciones comerciales de la capital vizcaína. Aficionado de los fulares, se los ha anudado al cuello con todo tipo de lazadas, demostrando confianza y arrojo.

Pero ha sido con una pieza que muchos creían condenada al ostracismo, cuando no a la desaparición, con la que se ha marcado un buen tanto. Ha echado mano de chalecos, lo mismo para vestir las ocasiones más solemnes que informales. Los ha convertido en su comodín. Con una particularidad: les ha dado un barniz tan moderno que lo mismo le sirven para vestir pantalones vaqueros que trajes entallados, restándoles seriedad y trascendencia.

Es su estilo de juego. A Elizegi le van los retos fuertes. Amante de las combinaciones aparentemente imposibles, ha recuperado los pañuelos de bolsillo –blancos, preferentemente–, propios de ambientes conservadores, asomándolos por encima de los bolsillos de las americanas. Al mismo tiempo que ha rescatado esta opción demodé, ha rejuvenecido su imagen con pulseritas de colores. ¿Algún patinazo? Se cuentan con los dedos de una mano. Si acaso, el pequeño traspié sufrido en la presentación de la XX edición del torneo internacional de fútbol infantil Dani por su reiterativo empeño en calzar zapatones marrones (cuántas malas pasadas juega el calzado de este color) con un impecable traje gris.

Aitor Elizegi, que acude con frecuencia a Lezama a ver al primer equipo, pero también a juveniles, cadetes y la sección femenina, suele relajarse sacándose la camisa por fuera de los pantalones –cuando tira, sobre todo, de 'chinos'– y desabronchándose la chaqueta, como hizo la semana pasada en el palco del estadio municipal de Montilivi, donde presenció la victoria de los rojiblancos frente al Girona. Con la corbata, por el contrario, juega al despiste al concederle un carácter multiusos. Lo mismo se la quita, como cuando coincidió con Luis Rubiales, presidente de la Real Federación Española de Fútbol, en Madrid, que se la ajusta tan fuerte que parece dejarle sin aire. En esta tesitura se vio el pasado lunes cuando recibió de negro riguroso, corbata incluida, en el palacio de Ibaigane al alcalde de Bilbao, Juan Mari Aburto, y al diputado general, Unai Rementeria.

Apareció con un 'look' formal aunque en ningún momento despojó sus muñecas de las pulseritas de trenzas rojiblancas, que descubrió al subírsele las mangas de la chaqueta. Las camisas blancas y rosas, dos de sus colores fetiche, confirman la voluntad de un dirigente que tampoco se corta en el uso de zapatillas deportivas. Apareció con ellas y descubrió sin querer unos originales calcetines mientras seguía emocionado la presentación de un documental sobre la historia del Athletic femenino.

Todo ello hace de Elizegi un presidente que destila un aire fresco y un estilo muy personal, según Ion Fiz, uno de los creadores de moda más importantes de Euskadi. «Con carácter, como debe de ser, pero siempre elegante y dandi». Fiz pone el acento en los trajes de sastrería de tres piezas: «blazer, chaleco, sí, señores, chaleco, que es el no va más en el guardarropa de un gentleman, y pantalón siempre de corte entallado». Tendencias «muy actuales» que, según Fiz, el presidente complementa con una barba que le concede «un sello muy personal». Para el diseñador que ha realizado los uniformes de los empleados de McDonald's España, los complementos son, sin duda, el toque más «particular» de Elizegi: bufandas, fulares, pulseras y pañuelos de bolsillo... «Es un presidente enrollado y muy bien vestido. Es, sin duda, el presidente del Athletic más 'british'», concluye.