Bilbao se queda a cuadros
El Bilbao de Luis Gómez ·
Los pantalones escoceses, preferentemente rojos, son el último grito de la temporada y crean adicción en las calles de la capital vizcaína. La cosa va a más. Hombre, mujeres, empresarios, adolescentes... Nunca un buen par resultó tan clásico y modernoEra difícil pensar que la tendencia fuera a cuajar de la manera que lo ha hecho. Hay que llevarlos muy bien puestos para atreverse a salir a la calle con pantalones de cuadros de estilo escocés. Y encima rojos. Y más en Bilbao, donde seguimos pecando de un clasicismo que nos delata al primer golpe de vista. Era, pues, complicado que los pantalones rojos (pero también verdes, azules y amarillos en menor medida) de cuadros se dejaran ver así como así. Pero vaya si se ven. Y, sobre todo, llama la atención quiénes se los ponen. A veces la liebre salta donde menos se espera. Y en Bilbao los hay decididamente valientes.
He aquí que la moda callejera más impactante de las últimas temporadas no se la han echado encima precisamente unos mozalbetes. O, al menos, no solo ellos. Jóvenes, modernos y desenfadados, por supuesto, pero también muchas mujeres y hombres hechos y derechos. Con grandes responsabilidades empresariales. Ejecutivos como Pedro Campo, presidente de la patronal del comercio vizcaíno (Cecobi), están acostumbrados a presidir reuniones al más alto nivel y congeniar con la crême de la crême financiera. Gente como el jefe de los tenderos vizcaínos ha dado una lección de estilo, riesgo y atrevimiento.
La semana pasada, sin ir más lejos, acudió al Museo Vasco del Casco Viejo al encuentro de Cascos Históricos de España con un buen par: de estilo escocés y de tonalidades azules y verdosas. Con el pelo, muy blanco, recogido en una coleta, se desmarcó del estilismo convencional en un evento dominado por las corbatas y los trajes azul marino. «No tengo ningún problema en ir así. Yo voy a mi bola, y el que quiera mirar, que mire. Esas miradas no me molestan y solo duran un día. Siempre me ha gustado la autenticidad», confiesa Campo, que sabe los límites protocolarios. Nunca se le ocurriría, por ejemplo, acudir con una vestimenta tan informal (pero 'cool') «a una recepción del lehendakari o del Ayuntamiento», ataja.
«Quiero ser yo mismo»
Sin embargo, supo de inmediato, en cuanto echó un vistazo a las tendencias de este invierno, que acabarían enfundándose unos pantalones que empiezan a crear adicción en las aceras bilbaínas. No ha llegado (todavía) al punto más extremo de lucir unos de color rojo. «Quiero ser yo mismo y no guardarme nada para dentro», esgrime consciente de los inevitables comentarios que suele despertar su atuendo. «Solo tenemos una vida y no molesto a nadie», sentencia.
Campo siempre se había fijado en el estilo jovial y rompedor de Julio Alegría, empresario que acaba de dar portazo a Smith&Smith, un clásico del comercio vizcaíno que echó a andar en 1971, justo cuando él ya volaba a Londres «cada dos por tres». El bigote más famoso de Bilbao hizo buenas migas en aquella época con estandartes del diseño británico más transgresor como Paul Smith, Vivienne Westwood... La élite de la élite, para entendernos. De ahí viene su afición por los pantalones de cuadros. «Los he llevado toda la puta vida», proclama orgulloso. «Me recuerdan a los años 70», evoca. También echa mano de las chaquetas de cuadros: «Toda la vida he sido un exagerado», se sincera.
«Eliminar los comportamientos estridentes»
En el caso de Javier de Juana, presidente del Club de Sastres de España, decir que se ha sumado a esta tendencia sería faltar a la verdad. Lleva usándolos desde hace «mucho tiempo» y tiene mucho cuidado en no mezclar por mezclar cuadros –entiéndase combinar los de pantalones y chaquetas– para «no complicar la visión y distorsionar las cosas». Sencillamente, no son compatibles, detalla. Aplaude, en cambio, «la libertad»» de una tendencia vieja como la pana, que nadie se piense que acaba de descubrir la pólvora. «Es un estilo que recoge muchas influencias de otras épocas». De Juana sabe de lo que habla: los pantalones de esta temporada fortalecen la personalidad y permiten explorar looks «menos atascados en los tabúes tradicionales». El creador vizcaíno se decanta por los cuadros en tonos «muy limpios para eliminar los comportamientos estridentes»
Oscar Rejón, empresario de moda, pone fecha de caducidad a esta corriente. «Todo está inventado y todo es cíclico. Los escoceses son la tendencia de esta temporada, pero se irán, como todo. Pasa lo mismo que con los tonos dorados en joyería. Hace dos años no se veían, porque se estilaba más el oro rosa, pero ahora este ha quedado eliminado», explica.
Todo va y todo vuelve. Pero Oscar, con varias tiendas de complementos y representante de Swarovski en el norte de España, ha sucumbido al efecto de los cuadros. «Me encantan. Son pantalones divertidos y diferentes. El cuadro está entrando con mucha fuerza, aunque supongo que luego volveremos otra vez al liso». Mientras llega ese momento, quiere aprovechar el actual: «Me encanta cambiar y darle un rollo... Sí que es verdad que hay gente a la que le choca verme con ellos, pero creo que quedan muy bien y no pienso que vaya haciendo el ridículo». Se cuida muy mucho de no traspasar la delgada línea que separa lo correcto del barroco: «Tampoco es cuestión de saltarse los límites porque hay cosas que me parecen desproporcionadas», reflexiona.
«Yo me pongo pantalones de hombre»
Si las dependientas de Bershka, a las que las quedan pocos telediarios en la tienda del antiguo cine Consulado, están encantadas con el uniforme de trabajo que les entregaron, Jessica Martín, la dueña de Barbería La Bilbaína, lo escogió personalmente. Fue una elección singular. Escogió para ella y para la que fue hasta hace poco su empleada un modelo de cuadros rojos ... ¡Pero de hombre! «Como antes trabajaba aquí un chico, me amoldé a él. Pensé que sería más fácil acoplarme yo a un pantalón de caballero que él al de uno de chica porque seguramente le apretaría. Me puse un cinturón ajustado y la talla pequeña de caballero. ¡Y cómo mola el corte más masculino para las chicas!», reconoce.
Para perfilar barbas pobladas y desenvolverse elegantemente con las navajas, Jessica deseaba una indumentaria actual. «¡Suena todo tan clásico...! Quería dar color al uniforme», dice. Es evidente que ha acertado de pleno porque no se la puede ver más a gusto. «El corte es más cuadrado y recto. Y, claro, me encanta ese toque de masculinidad». Jessica, la peluquera de moda de Alameda Recalde, disfruta con lo más 'cool' del momento. Con los pantalones, por supuesto, de cuadros, a ser posible rojos.
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