«Queremos que el corazón del municipio sea verde, humano y amable»
En la mitad de la legislatura, la regidora jeltzale apuesta por un municipio más accesible, participativo y centrado en el bienestar
Dos años después de asumir la alcaldía de Amorebieta, Ainhoa Salterain (PNV) afronta la segunda mitad del mandato con tres prioridades claras: poner en marcha proyectos como la remodelación de la calle Karmen, culminar las obras del polideportivo de Urgozo y, por último, mejorar servicios dirigidos a mayores, infancia y juventud. Entre los retos a los que se enfrenta, destaca el evitar bloqueos políticos y que las transformaciones urbanas vayan de la mano de una localidad más accesible y conectada.
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– ¿Qué balance hace de estos dos primeros años de legislatura?
– Han sido muy intensos; no obstante, me siento bien, muy ilusionada. El primero fue, sobre todo, de ubicarse. Aunque ya era concejala de Acción Social e Igualdad, gestionar dos áreas no tiene nada que ver con coordinar el Ayuntamiento. La responsabilidad y la repercusión son mayores. Me gusta el contacto directo con los vecinos y que cada día sea diferente. Por ello, tengo el despacho abierto, con el fin de que la gente sienta que puede entrar. No vienen con peticiones imposibles, sino con cosas muy cotidianas: una baldosa mal puesta, problemas en la vía pública, la situación de un familiar… La cercanía y la escucha me parecen muy valiosas.
– Habéis cumplido ya el 78% del plan de mandato. ¿Cuál ha sido el proyecto más complicado hasta el momento?
– Ha habido varios complejos, principalmente por su dimensión. El plan general de ordenación urbana, por ejemplo, es clave porque marcará el futuro del pueblo durante los próximos 20 o 25 años. No es algo que se actualice cada legislatura, así que estamos hablando de un documento fundamental para planificar el desarrollo del municipio. Otro gran proyecto es el polideportivo de Urgozo, un equipamiento municipal ambicioso en todos los sentidos: técnico, económico y ambiental. Apostamos por energías renovables como la geotermia, aerotermia o placas solares, lo cual lo hace aún más innovador y complejo.
– ¿Y el proyecto más transformador?
– Probablemente el de la calle Karmen. Es una intervención que va a cambiar el centro del municipio. Para quienes hemos crecido aquí, pensar que se podrá caminar desde la tienda de pinturas hasta el Carmelo sin tener que esquivar coches nos parece casi ciencia ficción. Es un cambio profundo en la movilidad, accesibilidad y uso del espacio público. Tenemos la suerte de contar con un parque enorme en pleno centro, algo que no todos los pueblos pueden decir. Y queremos potenciar eso, que el corazón del municipio sea verde, humano y amable.
– Una de las palabras más repetidas en tu discurso es «participación». ¿Cómo se traduce eso en el día a día?
– En hechos. La implicación vecinal está presente en los grandes planes: encuestas a familias, sesiones presenciales… En la reunión acerca de la calle Karmen, por ejemplo, asistieron 75 personas y muchas de sus aportaciones —como mejoras en tráfico o accesibilidad— se incorporaron. También en la ordenanza de espacio público, tras reunirnos con hosteleros y vendedores ambulantes, se integraron varias sugerencias. Escuchar a la ciudadanía es esencial, y cuando las propuestas son viables, las aplicamos.
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– ¿Qué líneas de trabajo estáis desarrollando en el ámbito de la infancia y la juventud?
– Trabajamos con una visión de familia. Hicimos una encuesta a todos los hogares con menores de 0 a 18 años y adaptamos los servicios a sus necesidades. Hace tres semanas firmé el nuevo pliego de contratación para ludotecas y gaztetxokos. Un buen ejemplo es el programa ZUOK: el año pasado participaron 127 jóvenes, y muchos propusieron ideas novedosas. Este año repetimos, y sigue creciendo y dando voz a colectivos poco representados.
– En el ámbito cultural, Amorebieta es un municipio muy activo. ¿Seguiréis en esa línea?
- Por supuesto. Aquí tenemos un tejido asociativo muy fuerte, y desde el Ayuntamiento lo apoyamos con tres dinamizadores culturales que hacen un trabajo excelente. Programas como Haizetara o los conciertos de fiestas movilizan a muchísima gente.
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– ¿Cómo afecta la oposición a la implementación de sus proyectos?
– No ha frenado nuestros plazos. Contamos con un calendario claro y lo seguimos. A veces se usa la crítica como herramienta constante, incluso desde el principio de la legislatura. Denunciaron la contratación de Urgozo, recurrieron la ordenanza de espacio público, critican la remodelación de la calle Karmen… Pero en el caso de la ordenanza, el Tribunal Superior de Justicia nos ha dado la razón de forma clara. Aun así, siguen cuestionando cosas que ya están legalmente resueltas.
– Para finalizar, ¿cuál es hoy el principal reto de Amorebieta?
- Seguir avanzando sin perder la esencia que tanto lo caracteriza. Nos gustaría terminar los proyectos que están en marcha y empezar otros, como el nuevo instituto de Urritxe. Asimismo, siempre digo que tenemos que soñar juntos por la localidad que queremos. Poseemos una buena red de prestaciones y ahora el desafío es que todos los residentes se sientan parte de ella.
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