El pianista Mieczyslaw Horszowski.

La carrera artística más larga de la Historia

El pianista Mieczyslaw Horszowski debutó dando un concierto en Varsovia a los 9 años y se retiró con otro en Filadelfia bien pasados los 99. Nadie ha logrado hazaña semejante

César Coca

Martes, 1 de marzo 2016, 02:02

El Libro Guinness de los Récords, famoso por recopilar la mayor colección de marcas estúpidas que pueda imaginar un ser humano, recoge el nombre de ... Cella Delavrancea como el de la pianista más longeva de la Historia. Esta rumana, que vivió 103 años, hizo su última aparición en público en la conmemoración de su propio centenario, donde tocó algunas piezas junto a su alumno Dan Grigore. Pero aquello no fue un concierto propiamente dicho. De manera que, si se depuran un poco los datos, la carrera artística más larga en realidad es la Mieczyslaw Horszowski, que dio su primer concierto en Varsovia cuando tenía solo 9 años y se despidió con un recital en Filadelfia cuando estaba ya en 99 años y cuatro meses. Apenas unas semanas antes había realizado una grabación. Nunca nadie ha logrado prolongar una carrera artística a lo largo de nueve décadas.

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Horszowski era de baja estatura y manos pequeñas, lo que limitó su repertorio. Pero él hizo de la necesidad virtud y mientras algunos de sus coetáneos se especializaban en obras con enorme exigencia física (Horowitz, por ejemplo) él optó por profundizar en un repertorio donde contaba más el concepto de la obra, la aportación intelectual del pianista. Quizá por eso, a los 19 años realizó un paréntesis en su carrera y se desplazó a París para estudiar Filosofía, Literatura e Historia.

Para entonces, su fama ya estaba consolidada en toda Europa. Nacido en Lvov (Imperio Austro-Húngaro entonces, después Polonia y ahora Ucrania), había comenzado a estudiar con su madre, quien a su vez lo había hecho con un alumno de Chopin. Entre los profesores con los que se formó más adelante estaba un alumno de Czerny, quien había aprendido con Beethoven, así que llegó hasta él lo mejor del espíritu de los grandes compositores del siglo XIX.

El éxito de su debut en Varsovia, donde interpretó el Concierto para piano Nº 1 de Beethoven fue tan grande que muy poco después estaba haciendo giras por Europa y Estados Unidos. En Nueva York debutó con solo 13 años. Su fama, además, le facilitó el contacto con todos los grandes compositores de su tiempo: de Saint-Saëns a Fauré, Szymanowski y otros muchos. Y también con los mayores intérpretes de varias generaciones: tocó con Pau Casals, Joseph Szigeti, Arturo Toscanini y numerosos grupos de cámara.

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Sus contemporáneos lo definen como una persona muy religiosa, que sin embargo cambió de credo. De origen judío, se unió a la Iglesia católica en fecha relativamente temprana. Eso no le libró de convertirse en un refugiado en los años treinta, cuando terminó por instalarse en EE UU. Allí impartió clase en el Instituto Curtis de Filadelfia y participó en algunas de las galas de la Casa Blanca. Estuvo un par de veces, con los presidentes Kennedy y Carter.

A los 89 años tomó una decisión que de alguna forma cambió su vida: se casó. Hasta ese momento había permanecido soltero. Ya había celebrado el 75 aniversario del inicio de su carrera cuando contrajo matrimonio con la pianista italiana Bice Costa, cuarenta años más joven que él. Cuando el artista polaco-estadounidense comenzó a tener problemas de vista, fue ella quien le ayudó a repasar y grabar algunas piezas de su enorme repertorio. Se dice que algunas veces iba apuntándole las notas para que él pudiera interpretar la pieza.

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Los críticos aseguran que sus mejores grabaciones son las de los últimos años, en las que vuelca toda su sabiduría y sus experiencias vitales. La versión discográfica que hizo de 'El clave bien temperado' de Bach en 1981, cuando tenía ya 89 años, se considera modélica.

Acostumbraba a no anunciar con anticipación el programa de sus recitales porque interpretaba en cada momento aquellas obras que mejor se adaptaban a su estado de ánimo. Para su despedida eligió una de las 'Suites francesas' de Bach, 'Papillons' de Schumann y un puñado de obras de Chopin. Murió en Filadelfia un mes antes de cumplir 101 años. Había dado su última lección apenas unos días antes. Su viuda recopiló todos los documentos relativos a su vida, publicó sus diarios, recuperó viejas grabaciones e incluso sacó a la luz un puñado de piezas breves que escribió en su juventud y que estaban olvidadas entre sus papeles.

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Vídeo de un recital en Japón en 1991, cuando ya tenía 99 años.

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