Los superhéroes, al rescate de los republicanos

Nadie duda de que el patriota y aguerrido Capitán América es un ferviente simpatizante del partido republicano. O que el 'Hombre de acero' (Iron Man) -propietario de un emporio armamentístico en los cómics-, se va de copas con Donald Trump. Ambas ideas tienen todo el sentido, en especial, al saber que el actual dueño y señor de la Marvel -la marca responsable de la mayor factoría de superhéroes del planeta- está dirigida por un misterioso magnate judío, ex militar y patrocinador de las campañas de aspirantes republicanos como Donald Trump o Marco Rubio.

Isaac 'Ike' Perlmutter es un misterio escondido en un enigma, oculto en un acertijo. Su única foto data de 1985 y desde entonces no ha vuelto a aparecer ni una sola imagen de su rostro. Él se jacta, según han asegurado sus allegados o personas que han filtrado datos sobre su oscura existencia, de no haber concedido jamás una entrevista. Toda su vida es un misterio que él mismo trata de fomentar. Las leyendas que rodean su persona afirman que se presentó en el estreno de la película 'Iron Man' con una nariz y un bigote postizos. Otra de las características que se le atribuyen es la de ser un ávaro sin precedentes. Según han contado ex empleados o gente próxima al magnate, rebusca en las papeleras para encontrar informes que lleven un clip y así poder volver a utilizar la grapa metálica. Más datos sobre su presunta tacañería. En uno de los pases para la prensa de una de sus películas se cercioró de que sólo hubiese una galleta por periodista para que el evento no resultase un dispendio. Quizás por esta austeridad se le atribuye una fortuna de 3,7 billones de dólares, según la revista Forbes, que lo sitúa en el puesto 145 de su lista de los hombres más ricos del mundo.

Nació en 1942 en el entonces mandato británico de Palestina, hoy Israel. Se sabe que en 1967 luchó en la Guerra de los Seis Días, una de las grandes victorias del Ejército judío sobre todos sus vecinos árabes. Las leyendas sobre su persona afirman que poco después viajó hasta Estados Unidos, con tan sólo 250 dólares, y estableció las bases de su fortuna vendiendo juguetes y atendiendo, a cambio de propinas, a los funerales judíos de Nueva York. Lentamente pasaría por varias compañías, principalmente de juguetes, hasta llegar a la Marvel, donde asumió la división de muñecos y merchandising en los años 90. En 2009 la Disney compraría esta franquicia de superhéroes, con lo que el Pato Donald se hermanó con Lobezno y The Hulk con Mickey Mouse. En la fusión, Perlmutter se hizo con 800 millones de dólares en metálico y 590 en acciones pero el verdadero premio consistió en convertirse en el máximo responsable de la producción de películas de superhéroes.

Bajo sus órdenes se han rodado algunos de los grandes éxitos de la Marvel-Disney como Los Vengadores -con todas sus secuelas-, Iron Man o las películas del Capitán América. De nuevo, las leyendas rodean la figura de Perlmutter. Se le atribuye el haber dicho que no quiere a mujeres haciendo de heroínas de sus películas. Asimismo, se le imputa un comentario racista cuando despidió a un actor negro, Terrence Howard, porque exigía un aumento de salario, y contrató a otro, Don Cheadle, por un precio mucho menor. Según sus enemigos, aseguró algo así como «todos los negros se parecen» a la hora de justificar el cambio de actor.

Con respecto a sus preferencias políticas, se sabe que ha sido uno de los patrocinadores de la campaña que puso en marcha Donald Trump para crear una fundación de apoyo a los veteranos de las guerras en las que está empeñado Estados Unidos. En principio, esta organización recibió un millón de dólares de la Marvel. Además, ha donado fondos a la campaña de Marco Rubio, el candidato republicano de Florida y que es la imagen de la moderación frente a las soflamas incendiarias de Trump. A Perlmutter se le atribuyen unas ideas sionistas radicales, de forma que, según algunas fuentes, se ha comprometido a donar toda su fortuna al Estado de Israel cuando fallezca.

Pese a estos antecedentes, la Marvel no se ha convertido en un refugio de radicales republicanos recalcitrantes. En los últimos años, la casa que creó Stan Lee ha dado pasos de gigante para adaptarse a los nuevos tiempos. Al menos cinco superhéroes de su escudería han salido del armario, el último de ellos, el Hombre de Hielo. De la misma manera, los afroamericanos han pasado de ser los compadres de los protagonistas a tener su papel estelar. Incluso Spiderman, tradicionalmente asociado al anglosajón blanco Peter Parker, ha comenzado a ser la personalidad oculta de un joven negro de New York. En cuanto a Pantera Negra, un personaje icónico creado en 1966 en plena eclosión del 'Black Power', tendrá como guionista en sus próximas novelas gráficas a un experto en el ghetto, el ensayista Ta-Nehisi Coates. El republicano Perlmutter, el millonario que buscaba grapas en las papeleras, es consciente de que los dólares deben seguir fluyendo, también los de las minorías.