Los museos se convierten en la gran baza del turismo mundial

Se acabaron los tiempos, todavía cercanos, en que las salas de los museos sólo tenían un público relativamente numeroso los fines de semana. Exposiciones como la del Bosco en el Prado han exigido comprar la entrada con antelación y adecuarse a los horarios disponibles, segmentados a lo largo del día. Ante el venerado Guernica de Picasso, hay una cuerda metálica que pretende proteger el cuadro de una posible avalancha del público agolpado en tres o cuatro filas. Delante de la Gioconda de Leonardo, en el Louvre, hay media docena de guardas que van moviendo a la gente tan pronto como se han sacado su prescriptivo selfie. Para entrar por la puerta estrecha de la Capilla Sixtina, en el Vaticano, conviene meter el codo al prójimo, aunque sea poco cristiano.

Los museos están en el centro del mundo actual, el de los grandes movimientos de personas, el de la rentabilidad de los equipamientos culturales medida a base de números y el de las amenazas terroristas. Son parte de la economía local, tanto o más que de la cultura, y han probado su poder para transformar las ciudades, como el Guggenheim en Bilbao, o barrios en declive, como el Pompidou en París, que este año celebra su cuarenta aniversario y que en 2016 atrajo a más tres millones de personas.

Más que los deportes

Según un estudio de la consultora McKinsey publicado hace tres años, cuando la herida de la crisis estaba aún muy abierta, los 16.000 centros museísticos de Estados Unidos recibieron, en 2012, 850 millones de visitantes, el triple que su población. Esta cifra de asistencia superó la suma de todos los que acudieron a los espectáculos de las ligas deportivas más populares -fútbol americano, béisbol, baloncesto y hockey sobre hielo- en sus divisiones más altas, y a los principales parques temáticos, como los de Disney en Orlando y en Los Ángeles.

Salvo el Louvre, que ha acusado el síndrome terrorista sobre París y una exposición fallida sobre los héroes de Hércules a Darth Vader, y los centros griegos, el resto de los museos mundiales más importantes han incrementado su asistencia en 2016, de Portugal a Rusia. En España, publicar los datos el primer día hábil de enero se ha convertido en una tradición. Los referidos al año pasado continúan la senda alcista, con más de tres millones en el Prado y en el Reina Sofía, más de 1,1 millones en el Guggenheim y 270.000 en el Bellas Artes de Bilbao, que ha registrado su segundo mejor ejercicio.

Las líneas aéreas de bajo coste y la mejora de las carreteras y de otros medios de transporte han beneficiado el crecimiento del turismo y, por tanto, el de los museos, que en su mayoría tienen planes de ampliación o se embarcan en su internacionalización. En este sentido, 2016 será recordado por el monumental añadido de los arquitectos Herzog y De Meuron a la Tate Modern de Londres, un museo joven, abierto en 2000. El arte, como motor de las ciudades, sigue imparable.

El Met de Nueva York bate récords (ESTADOS UNIDOS)

El Metropolitan Museum de Nueva York cerró el ejercicio fiscal 2015-2016 con 6,7 millones de visitas, 200.000 más que en el periodo anterior. La exposición más visitada, la de Cornelia Parker. El MoMA mantuvo los 3 millones y National Gallery de Washington superó los 4 millones. Los 19 centros del Smithsonian reunieron a 28 millones de personas.

Subida del Pompidou (FRANCIA)

El Louvre tuvo 7,3 millones de visitantes en 2016, un 15% menos que en 2015, lo que supone pérdidas suplementarias de 9,7 millones. La exposición sobre los mitos fundadores, de Hércules a Darth Vader, fue un fracaso. El Pompidou superó los 3 millones de espectadores, un 9% más que el año anterior. Klee y Magritte favorecieron la subida.

El Museo Británico, el más visitado

Aún no hay cifras oficiales para 2016, pero en 2015 el Museo Británico lideró por noveno año consecutivo el ránking con 6,8 millones de visitantes, seguido por la National Gallery (5,9 millones). Es de esperar que la Tate Modern, que en 2015 ocupaba el quinto puesto, habrá repuntado en 2016 debido a su ampliación. Delacroix, Caravaggio y Calder han sido los protagonistas.

Puesta en valor de los bienes culturales (ITALIA)

2015 fue un año de oro, con un récord de 43 millones de visitantes. 2016 siguió la estela y hubo un aumento medio de visitas del 8%. Los Uffizi, en Florencia, batieron la marca del año pasado: 2.011.219 visitantes. El Palacio Real de Caserta tuvo 681.021 (un 37% más que en 2015) y Pompeya recibió el año pasado a 3.209.089 visitantes, un 7,5% más que en el ejercicio anterior.

El arte español, lo más visto

El Museo Nacional de Arte Antiguo, principal institución artística de Lisboa, cerró el primer semestre de 2016 con 104.000 visitantes, un 21,5% más que el año anterior. Su gran muestra fue El tesoro de la Reina Santa, sobre Isabel de Aragón y su época. Oporto alberga el Museo Serralves, sede desde octubre de las 85 obras de Joan Miró en manos del Estado portugués.

Más visitas en Berlín y Múnich

Los museos alemanes registraron el año pasado 114 millones de visitas, un 2,2% más que en 2015 (la cifra sube hasta el 4,6%, si se trata de museos de arte). Una de las exposiciones más populares del año en Berlín, La era Velázquez, superó los 100.000 visitantes. Fue organizada por la Gemäldegalerie, que en 2016 recibió 485.000 visitas frente a las 295.000 del año anterior.