Imagen del convento de las Mercedarias en el barrio Renteria de Gernika en 1920. Gernikazarra

400 años viviendo en Gernika

El convento de las Mercedarias, que resistió al bombardeo, celebra este fin de semana su llegada a la villa foral con actos religiosos y culturales

Iratxe Astui

Gernika-Lumo

Miércoles, 8 de enero 2025

Las Mercedarias de Gernika celebran este fin de semana el 400 aniversario de su llegada a la villa foral, un acontecimiento que remonta sus raíces ... al 8 de enero de 1625. La comunidad tiene su origen, sin embargo, en una casa de Ibarruri (actual Muxika), a finales del siglo XV, en la que un grupo de mujeres solteras dedicaban su vida «a las prácticas de devoción, piedad, contemplación y mortificación», recuerda el historiador local Alberto Iturriarte.

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La vida de las religiosas, no obstante, dio un giro importante tras la orden del Concilio de Toledo, que en 1582 decretó la disolución de todos los beaterios, incluido el de Ibarruri. La decisión, de hecho, les condujo a una situación «incierta», por las grandes dificultades que enfrentaban en aquel momento para poder cumplir con el decreto. «Sencillamente no disponían del dinero necesario para poder trasladarse a un pueblo o villa», matiza el también miembro del grupo de Historia Gernikazarra de la villa foral.

Una «inesperada» herencia cambió su destino por completo, tras el fallecimiento de un hidalgo adinerado que no tenía más familia que su esposa. Fue ella quien decidió legar sus bienes, incluida su casa, a la comunidad de Ibarruri. Esta generosa donación permitió a las beatas convertir aquella vivienda en su primer convento Mercedario, ubicado en lo que entonces era Ajangiz y que hoy es el barrio Renteria de Gernika, donde la comunidad sigue establecida en la actualidad.

«Aquella comunidad estaba conformada por una decena de religiosas», matiza Iturriarte. «Pocos días después hicieron el voto de clausura y recibieron el velo negro obligatorio con el que tenían que cubrirse», detallan las mismas fuentes.

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Con una iglesia «digna»

Un lustro después, las monjas decidieron comprar el aledaño caserío Etxeandieta, al que se mudaron para escapar del hacinamiento que habían experimentado en su anterior residencia. «Ansiaban tener una iglesia digna, ya que en la morada heredada solo contaban con una capilla; decente pero muy pequeña», aclaran las mismas fuentes.

En la actualidad, las Mercedarias de Gernika no solo custodian un templo dedicado a San Bartolomé, sino que también dirigen un centro educativo, que acoge a cerca de 300 alumnos. Aunque el convento sufrió los estragos del bombardeo perpetrado por la Legión Cóndor alemana, el 26 de abril de 1937, el inmueble consiguió resistir al ataque indemne. «Cayeron nueve bombas en las huertas más próximas por lo que la onda expansiva afectó a la estructura del edificio, pero sin llegar a destruirlo», subraya Iturriarte. «De lo que no se libró el convento fue de los cañonazos de las guerras carlistas».

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(De izquierda a derecha) Sentadas:Rosario Ugarteburu, Isabel Sautua y Ana María García. De pie:Belén Olarreta y Mertxe González. Toribio Beares

La actual comunidad está conformada por cinco hermanas, de entre 58 y 91 años. «Por aquí han pasado mujeres muy fuertes, con gran capacidad de sacrificio, alegres y euskaldunes», define a sus hermanas Olarreta, la madre superiora.

La celebración de los 400 años de las Mercedarias comenzará el sábado con el oficio de una misa (19.00) a la que seguirán la charla del historiador Iturriarte y la actuación de la coral Andra Mari. Al día siguiente tendrá lugar una eucaristía de acción de gracias (12.00) presidida por el arzobispo de Pamplona-Tudela y religioso mercedario, Florencio Roselló.

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