Bilbao instala sus primeros diez radares 'pedagógicos'
Los dispositivos, a los que se sumarán otros 15 en los próximos meses, rotarán por 29 ubicaciones y no multarán
Los radares 'pedagógicos' de Bilbao ya son una realidad. La crisis de los suministros retrasó más de medio año su llegada a las calles de la villa, en las que miden desde hoy la velocidad a la que se mueven los vehículos. En una ciudad en la que no se puede circular a más de 30 kilómetros hora, estos dispositivos alertarán con señales luminosas a los conductores cuando incumplan el límite. De momento son 10 los dispositivos instalados, aunque hasta octubre se desplegarán otros 15 y rotarán por 29 ubicaciones, las que desde el área de Movilidad y Sostenibilidad del Ayuntamiento consideran más sensibles.
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El objetivo, aclaran, no es en ningún caso sancionador. Estos elementos no tienen la capacidad de tomar datos personales. Lo que sí registrarán, de forma «anonimizada», es cuántos vehículos circulan por cada punto, a qué velocidad van, cómo se comportan –si desaceleran– al ver el radar... Y alcanzan al menos los dos carriles más próximos a su emplazamiento, por lo que la «completa información» permitirá conocer mejor la movilidad y tomar decisiones, bien sea el «traslado» de una ubicación a otra de estos paneles o colocar en los puntos más problemáticos los dos radares móviles de los que dispone la Policía Municipal, que sí multan.
La concejala responsable del área, Nora Abete, ha explicado que «las personas conductoras podrán conocer la velocidad a la que circulan en sus desplazamientos, permitiendo de esta manera concienciarles de la importancia de cumplir con la limitación de 30 kilómetros por hora». Cada equipo de radar estará encastrado en una señal de aluminio y un poste telescópico. Al pasar un vehículo, se señalará la velocidad, en color verde cuando sea inferior a 30 y en rojo en los casos en los que se supere ese límite. Además, en esas situaciones, aparecerán las advertencias Kontuz/Atención. Si se cumple con la velocidad máxima aparecerá Ondo/Correcto.
La edil ha insistido en que, «desde hace años, Bilbao ha apostado por la movilidad sostenible y ha adoptado los instrumentos necesarios para moderar la velocidad en el área urbana porque las consecuencias tanto para la seguridad de las personas como para la sostenibilidad son altamente beneficiosas». Los resultados de esta política, ha subrayado, «se notan» en la reducción de ruido y de las emisiones contaminantes, pero sobre todo «en la mejora de condiciones y seguridad de circulación tanto de vehículos como de peatones y ciclistas».
Reducción de los atropellos
En ese sentido, el pasado año, el primero completo con la nueva limitación de velocidad, se registraron en la villa 95 atropellos, de los que dos fueron mortales. En 2020, el ejercicio con más restricciones a la movilidad por la pandemia y que registró 85 arrollamientos, perdieron la vida en las calles bilbaínas cuatro personas, todas ellas peatones. Comparando con los años anteriores a la crisis sanitaria, en cualquier caso, la reducción de los accidentes con viandantes fue importante. En 2019, por ejemplo, hubo 140, en 2018 se produjeron 155, en 2017, 166, y en 2016, 183.
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Entre las ubicaciones elegidas por el Ayuntamiento se encuentran varias vías complicadas, calles anchas que invitan más a correr que otras estrechas. Algunas de ellas, como Sabino Arana, Carretera Bilbao-Galdakao, Juan de Garay, Atxuri-Avenida Miraflores, Avenida Montevideo en dos puntos y Avenida Zarandoa tienen desde hoy instalados estos radares. También se han desplegado en Carretera Rekalde-Larraskitu, en Julián Gayarre y en Fray Juan.
Hasta octubre también se colocarán en las otras 19 ubicaciones. Cuatro estarán en Artxanda, tres en la Avenida Lehendakari Aguirre, dos en el puente de Deusto, dos en Alameda Urquijo y otros tantos en Avenida Jesús Galíndez. Habrá uno en Iparraguirre, Zumalakarregi, Maurice Ravel, Zamakola, General Concha y Avenida del Ferrocarril.
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La medida, sin embargo, no ha concitado unanimidad entre los diferentes agentes relacionados con la movilidad. El pasado año, el Real Automóvil Club Vasco Navarro (RACVN) censuró la iniciativa, al entender que el exceso de velocidad en Bilbao no se trata de «un problema de concienciación», sino de una «limitación desmedida que resulta muy difícil respetar». Y la entidad, muy beligerante con el 'Bilbao a 30', también mostró su preocupación porque los dispositivos tengan «afán recaudatorio», puesto que no multarán pero sí «obtendrán información para saber en qué lugares colocar los radares móviles de la Policía Municipal».
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