«Va a aumentar el número de pacientes a los que operamos del corazón»
Osakidetza acaba de poner en marcha la unidad que coordinará los servicios de cirugía cardiaca de Basurto y de Cruces
A principios de 2022 Osakidetza quiso eliminar la cirugía cardiaca de Basurto.El proyecto contemplaba trasladar a los profesionales de este servicio e integrarlos en el que existe en Cruces. Aquella decisión puso en pie de guerra a los profesionales del hospital bilbaíno, con los jefes de servicio a la cabeza. Protagonizaron diferentes protestas, manifestaciones y acudieron a los tribunales. La Justicia decidió paralizar aquel proyecto, que fue enterrado definitivamente por el actual consejero de Salud. De hecho fue su primera gran decisión pocas fechas después de asumir el cargo hace ahora un año. Como alternativa planteó la creación de una unidad de gestión clínica para Bizkaia que unificase y coordinase los equipos de Basurto y Cruces, manteniendo cada uno en su sede. Álvaro Ortiz de Salazar, hasta hace unas semanas jefe de este servicio en el centro bilbaíno, es la persona que dirige ya esta unidad conjunta integrada por más de 100 profesionales, 14 de ellos cirujanos.
– ¿Cómo acogen los profesionales la creación de esta unidad?
– No es un proyecto para solucionar un conflicto, sino para mejorar la calidad de la atención a los pacientes. Dejamos atrás la etapa de enfrentamiento y miramos al futuro con positividad. En Basurto el proyecto ha sido muy bien acogido a todos los niveles. Y en Cruces estuve hace poco presentándolo y vi una gran actitud por parte de los profesionales y ganas de que esto crezca.
– ¿Qué va a aportar esa nueva unidad de gestión?
– Va a haber muchas sinergias y se van a poner cuestiones en común a nivel técnico y de indicaciones quirúrgicas entre ambos equipos. Estaremos coordinados en el día a día y habrá también cierta movilidad entre profesionales.
– ¿A qué se refiere?
– Aunque mantendremos las dos sedes, crearemos grupos de trabajo especializados para patologías concretas. Dentro de lo posible, centralizaremos ese tipo de intervenciones en el mismo equipo. Aunque todos haremos de todo, tendremos grupos súper especializados para algunas cuestiones y eso será beneficioso para el paciente.
– ¿Cómo afectará esta unidad a las listas de espera?
– Será una lista de espera gestionada de forma única. Eso nos va a permitir que, si en un momento dado las demoras son mayores en un hospital que en otro, derivar pacientes entre ellos para que las esperas sean menores o similares.
– La lista de cirugía cardiaca de Basurto casi se ha triplicado en seis meses.
– Lo ha hecho porque también ha aumentado la actividad. Operamos más. Ofertamos una serie de servicios y técnicas que antes, o no se hacían, o no se realizaban con la misma calidad que ahora, con lo cual aumentan las cirugías porque recibimos más pacientes remitidos desde los servicios de cardiología de los hospitales. Operamos ahora a gente a la que antes no se la intervenía porque es beneficioso para el enfermo. Si ofreces buenos resultados das confianza.
– El consejero dijo que están operando a pacientes de Gipuzkoa que antes se derivaban a una clínica privada.
– Es cierto. Se debe a las técnicas que empleamos. Por ejemplo, la de reparación de la mitral. Allí hacen muy pocas, mientras que aquí además en el 90% de los casos logramos que el paciente mantenga su propia válvula reparada.Eso lo saben los cardiólogos de los hospitales, que son los que nos mandan los pacientes
– ¿Hacia dónde apunta el futuro de la unidad conjunta?
– La tendencia de las nuevas técnicas es a ser cada vez menos agresivas, con lo cual el número de pacientes va a aumentar, porque enfermos que ahora no se operan por su fragilidad y tener un riesgo alto en el futuro sí serán candidatos a una cirugía. Vamos a crecer en número de pacientes, en técnicas y en enfermedades a tratar.
– ¿En qué situación sitúa a Osakidetza la creación de esta unidad dentro de la cirugía cardiaca a nivel nacional?
– Nos coloca entre los diez centros con mayor actividad de cirugía cardiaca. Intervenimos a entre 650 y 700 pacientes al año.
– En 2022 la entonces consejera Sagardui dijo en el Parlamento que Osakidetza aspiraba a implantar corazones artificiales. ¿Sigue en pie esa iniciativa?
– No hay en este momento un proyecto como tal, pero sí es cierto que existe esa posibilidad. Implantamos ya unos dispositivos de asistencia ventricular externa que mantiene con vida al paciente durante varios días. Un corazón artificial te permite mantenerlo incluso durante el resto de su vida y una tendencia de trabajo en esa dirección para que se pueda hacer en Euskadi. Es algo que no descartamos en el futuro.
«La cirugía más larga en la que he participado se prolongó 16 horas»
– Las operaciones del corazón son intervenciones de riesgo.
– El paciente es consicente de ello cuando entra en quirófano. Son cirugías largas y complejas. Las más cortas, que pueden ser las de válvula aórtica, duran unas 3 horas, mientras que las más largas se pueden ir a las doce horas.
– ¿Cuál es la más larga en la que ha participado?
– Una de urgencia con complicaciones hace años que se alargó hasta las 16 horas. Fue una locura. Pero esos casos son muy excepcionales.
– ¿Qué es lo que más operan?
– Hay tres grupos de patologías. Válvulas cardiacas, la enfermedad coronaria y la patología de aorta. Y si entramos en detalle lo que más operamos es la estenosis valvular aórtica. Se trata de una patología que va a más con los años, con un porcentaje alto a partir de los 65 años.
– Algunas fuentes hablan de un 2% de prevalencia en población de esa franja de edad.
– Es una epidemia en la sociedad occidental y la vasca cada vez se va a envejecer más. Así que los cirujanos cardiacos tendremos cada vez más trabajo.
– ¿Cuál es el perfil del paciente habitual?
– Lo normal es que tengan entre 65 y 75 años. Jóvenes nos llegan pocos, aunque sí vemos que es un colectivo en el que está aumentado la enfermedad coronaria por el tabaco, el estrés y la mala vida en general.
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