«Nos han abierto el aeropuerto a las 4 de la mañana para un trasplante»
«En Euskadi se realizan entre 120 y 140 donaciones de órganos al año, son entre dos y tres por semana»
Tras una carrera de cuatro décadas dedicada al mundo de los trasplantes y la donación de órganos Joseba Aranzabal ha colgado la bata. Este nefrólogo ... se enamoró del arte de regalar vida a principios de los años 80 en Cruces. Este hospital había realizado su primer trasplante de riñón poco antes, en 1979. En 1986 Aranzabal asumió el puesto de coordinador de Trasplantes de Euskadi, labor que ha desarrollado hasta hace unas semanas. Durante este tiempo estableció un sistema, el de donaciones de Euskadi, que fue pionero en su campo y ha servido de referencia tanto al resto de comunidades autónomas como a Italia, Portugal, México o Chile.
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- ¿Cómo ha evolucionado la donación y los trasplantes de órganos en estas cuatro décadas?
- Mucho. Euskadi fue pionera en poner en marcha un equipo de coordinación de trasplante. En aquella época, en 1986, teníamos en el País Vasco 15,5 donantes por millón de población. El año pasado eran 57. Desde 1999 todos los años hemos estado por encima de los 40 donantes por millón de habitantes, que es la cifra considerada óptima por la OMS.
- ¿Cómo se ha conseguido?
- Formando a la gente. Ha habido dos puntos claves para ello. Desde el punto de vista profesional, los sanitarios se han instruido muy bien durante estos años en los diferentes tipos de trasplante. La actividad es además alta, con lo cual la experiencia y los resultados son mejores. Y luego está la sociedad, que son los verdaderos protagonistas. Ellos son los donantes y los receptores, y sin donantes no hay trasplantes. Durante todo este tiempo se ha hecho una gran labor de concienciación social.
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- ¿Hubo alguna campaña que recuerde especialmente?
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- Recuerdo que en 1986 pusimos en marcha una que iba dirigida a los niños. Incluía concursos de redacciones, de pósters... Conseguimos sensibilizar a elementos claves de la sociedad como son los profesores, los padres y los propios niños. Esa iniciativa ayudó mucho a aumentar el número de donantes.
- ¿Se logró solo con campañas?
- Formamos también a los coordinadores de trasplantes, gracias a los cuales hemos logrado pasar de un 68% de respuestas positivas de los familiares del fallecido al 90% que tenemos ahora.
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- ¿Qué hacen los coordinadores de trasplantes?
- Trabajamos en varios campos: en la entrevista con la familia del donante, en el mantenimiento del donante y en la logística operativa para los trasplantes coordinando y ayudando a todos los profesionales.
- La entrevista con la familia no será un momento sencillo.
- Es muy, muy complicada. Hay que ponerse en su situación. Imagínate que te llaman a las 4 de la madrugada para decirte que tu hijo ha fallecido en un accidente de tráfico. Los padres están pasando en un momento crítico. No es una entrevista nada fácil. Realizamos formación específica para esos momentos.
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- ¿Cómo son esas charlas?
- La solemos realizar uno o dos coordinadores. Lo primero que hacemos es comunicarles la mala noticia de la muerte de su ser querido. Se les ayuda en ese momento con apoyo emocional. Ya más adelante, una vez han asumido la situación, a veces en esa misma entrevista en otras ocasiones en un segundo, tercer o cuarto encuentro, se les ofrece la oportunidad de donar los órganos de su familiar. Son momentos duros para el coordinador de trasplantes. Muchas veces acabas afectado a nivel emocional. Y de esas entrevistas hacemos entre 150 y 160 al año.
- El 90% de las familias dicen 'sí' a la donación de órganos, pero un 10% aún la rechaza. ¿Por qué?
- Fundamentalmente porque no acaban de asumir el fallecimiento de su ser querido.
- Una vez se activa la donación, ¿cuánta gente forma parte de los equipos que la llevan a cabo?
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- Está el personal sanitario: cirujanos, anestesistas, nefrólogos, digestivos, enfermeras, administrativos, los celadores... En una donación igual participan hasta 100 personas entre sanitarios y no sanitarios. Dentro de estos últimos están los que se encargan de los traslados de los equipos y los órganos en coche o en avión. Nos han abierto el aeropuerto a las 4 de la madrugada para que aterrice un avión con el equipo de Sevilla para realizar una extracción cardiaca para un trasplante. Los jueces y los forenses, cuando es necesaria autorización judicial. Es un equipo muy amplio y logísticamente es complicado coordinar y llevar a cabo todos estos operativos. En Euskadi hacemos entre 120 y 140 donaciones al año, entre dos y tres por semana.
«Los órganos que más han viajado son los que enviamos a Canarias y el riñón que fue a Padua»
Programa de mejora
- Para coordinar una donación y trasplante múltiple hay que realizar decenas de llamadas. ¿Cómo han cambiado esta labor desde 1986, cuando no había móviles?
- Cuando tenemos un donante uno de los aspectos clave es localizar a los profesionales que van a participar en el trasplante. Antes iban con busca, porque no había móviles. Pero el otro era dar con el receptor y no siempre estaban en casa. La Ertzaintza nos ayudaba a localizarlos en ocasiones. Voy a contar una anécdota. Alguna vez tuvimos que llegar a llamar al bar más cercano a su vivienda para preguntar si el vecino del cuarto izquierda al que buscábamos estaba allí tomando un vino o si le habían visto (risas).
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- ¿Cuál es el órgano que más ha viajado en este tiempo?
- Posiblemente el riñón que enviamos a Padua el pasado año en un intercambio triple de órganos de donante vivo en el que también participó el Clínic de Barcelona. Aunque no hay que olvidar que los que mandamos a Canarias también hacen muchos kilómetros. En este tipo de operativos juegan un papel muy importante los profesionales que participan en el traslado de los órganos, porque tienen un tiempo de isquemia fría, desde que se obtiene el órgano hasta que se implanta y con cada uno es diferente. El riñón es el que más aguanta. Hasta 36 horas gracias a la aplicación de un líquido específico. Con el hígado seis horas mejor que ocho y el corazón entre cuatro y seis.
- En Euskadi solemos a sacar pecho por ser uno de los territorios del mundo con mejores datos de trasplante. ¿Es así?
- El sistema de coordinación de donaciones y trasplantes que montamos en Euskadi ha servido de modelo tanto en el Estado como en otros países europeos, caso de Italia, Grecia y Portugal, como en varios iberoamericanos. Entre ellos México, Argentina, República Dominicana, Chile, Colombia y Uruguay. Nos han premiado por él.
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«La Ertzaintza nos ayudó a localizar a algún receptor que no estaba en su casa»
- Pues sí que somos una referencia.
- En Euskadi estamos con 57 donantes por millón de habitantes cuando en Francia no llegan a los 24, en Italia parecido y en Alemania a 15. Para tener nuestros resultados una de las claves es tener un equipo de trasplantes bien formado y que además pasen con cierta frecuencia por las unidades donde atienden a potenciales donantes, como son las UCI, las Reanimaciones, Urgencias o Neurología. Nosotros tenemos un programa de mejora que nos muestra nuestros puntos flacos. Entre otras cosas identifica las áreas de los hospitales donde se están detectando menos potenciales donantes. Nos acercamos a ellas para charlar y formar a sus profesionales en esta labor de identificación.
- ¿Qué piensa si echa la vista atrás?
- Gracias a Dios en estos años las cosas han ido saliendo cada vez mejor por el esfuerzo de los profesionales, mucho trabajo, la ayuda de los cargos directivos de los hospitales y de la consejería y la implicación de la sociedad. A nivel personal solo puedo decir que la que he ejercido es una labor muy satisfactoria. Hay días en los que me he ido a la cama después de estar 36 horas con un donante y coordinando un operativo en el que sus órganos se trasplantaban a cinco personas. Cuando todo eso sale bien la satisfacción es grande.
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