El riesgo de atropellos obliga a trasladar la parada de los autobuses de la UPV
«Es peligroso, nos estamos jugando el tipo», se quejan los estudiantes, que han logrado que a partir del 7 de noviembre aparquen junto al edificio de EiTB en Bilbao
David López
Miércoles, 26 de octubre 2016, 02:04
«Una pesadilla. Y se repite todos los días sin que nadie le ponga remedio». Los estudiantes del campus universitario de la UPV denuncian desde hace semanas la situación que viven cada mañana en la calle Pérez Galdós, en un lateral de Termibus, donde a primera hora toman el autobús que les lleva desde Bilbao hasta Leioa. Las masificaciones y el precio de los billetes generan malestar, pero lo que verdaderamente les preocupa es el riesgo de atropellos que se vive en la zona. «Las colas llegan hasta Basurto. Por culpa de las obras de la estación, la fila atraviesa uno de los carriles, a escasa distancia de los coches que por aquí pasan. Es peligroso, nos estamos jugando el tipo», recrimina Aimar, alumno de Derecho.
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La situación ha obligado a las instituciones a tomar medidas y Vicente Reyes, titular de Transportes de la Diputación de Bizkaia, avanza a EL CORREO una solución provisional. «No tenemos competencia en lo que respecta a las obras, pero llevamos tiempo trabajando con el Ayuntamiento para ubicar la parada en otro emplazamiento de forma transitoria. Tras valorar distintas posibilidades hemos acordado que, a partir del 7 de noviembre, los autobuses partirán de la calle Zunzunegui, en la parte baja de la ETB. La acera es más ancha y la espera resultará mucho más cómoda y segura».
El descontento no termina aquí. «Es un viaje muy sufrido, porque los autocares van atestados de gente que se agarra a lo primero que pilla». Marialen, de Bellas Artes, lo achaca a «la escasa frecuencia» con la que circula su habitual medio de transporte. «Siempre van llenos y el calor es asfixiante en el interior», censuran Álvaro y David, dos amigos que se están formando en la Facultad de Periodismo. «Los conductores esperan hasta el último momento para abrir las puertas. Todos apretados como sardinas en lata. Imagínate lo que podría ocurrir con un frenazo en seco». Isabel y Ainhoa, futuras licenciadas en Química, aseguran que en alguna ocasión les han cerrado la puerta «en la cara».
Refuerzos en hora punta
«No es una situación de precariedad porque nadie se queda en tierra. El servicio siempre será mejorable, pero el esfuerzo es enorme. En viajes de ida y vuelta hablamos de 13.000, la mitad de los asistentes a la UPV. En hora punta, entre las ocho y las nueve, funcionan con una frecuencia de 20 minutos, contamos con dos refuerzos e, incluso, intensificaciones. Y son autobuses de 18 metros de longitud», alega Reyes, que cuantifica el gasto que supondría que todos los usuarios de Bizkaibus pudiesen ocupar un asiento en las 15 líneas donde algunos pasajeros se ven en la obligación de ir de pie: una inversión de 4,4 millones de euros para adquirir 30 vehículos adicionales.
El bolsillo también les duele. «Somos estudiantes y no disponemos de ingresos». La media ronda los tres euros diarios, ida y vuelta. Álvaro, el aspirante a periodista, vuelve a la carga: «El billete debería ser más barato. Parece que lo único que quieren es sacarnos el dinero». Más lo sufre Naia, otra alumna de Bellas Artes, que procura posicionarse bien en la fila, hasta media hora antes de la salida, para asegurarse el asiento. «Vengo de Azpeitia y eso son 10 euros más. Al final me he visto en la necesidad de residir en Bilbao entre semana». Ante la propuesta de crear una tarjeta con bonificaciones, Reyes avala que su equipo lo estudiará y alude a los descuentos que ofrecen la Barik y la Gazte.
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Algunos jóvenes reclaman a los órganos académicos que intervengan. «Es un servicio que debería solventar la UPV, somos sus alumnos», lamenta Nerea, de Matemáticas. Carmelo Garitaonandia, vicerrector de Campus, afirma ser consciente de «la inquietud que existe», aunque recuerda que, más allá de las reuniones que organiza con la Diputación y el Ayuntamiento, poco pueden hacer al no ser titulares ni gestores del servicio. Por su parte, la organización estudiantil Ikasle Ekintza celebrará este mediodía una asamblea para organizarse y exigir la «dignidad» de un transporte público al que actualmente tildan de Bizkaipus.
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