El 16,6% de las víctimas de violencia machista en Euskadi ha recurrido a drogas, alcohol o medicamentos
Asistencia médica, ausencias en el trabajo, discapacidad... son otras de las «graves» consecuencias que sufren las afectadas
El informe sobre la incidencia de la violencia machista en Euskadi, más allá de «destapar» los casos invisibilizados y de ofrecer «una información muy valiosa ... para el análisis y la elaboración de políticas públicas», ha querido acercarse también a «las consecuencias» de las agresiones. Y estas son «graves», e incluyen problemáticas como «consumo de drogas y medicamentos, la aparición de otras limitaciones y consecuencias psicológicas y en la salud».
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En ese sentido, el 16,6% de las encuestadas asegura haber tomado «medicamentos, alcohol o drogas para afrontar los episodios violentos vividos». La ingesta de este tipo de sustancias es «muy superior» entre las mujeres que han sufrido agresiones en el ámbito de la pareja (23,4% frente al 6,9% de quienes las han padecido fuera). Y también está por encima entre aquellas que han vivido ataques físicos (26,3%).
Casi dos de cada diez, además, manifestaron haber recibido asistencia médica o psicológica tras padecer esos incidentes, mientras que otro 17,3% que no recurrió a ella considera que «debería» haberla tenido. El porcentaje también es mayor en este caso entre las víctimas de violencia física (29%), por encima de las afectadas por maltrato psicológico (27,9%) y por delitos sexuales (17,5%).
Las agresiones sufridas les han perjudicado, además, en su formación y en su carrera laboral, con un 11,7% que han permanecido «un tiempo» sin poder ir a trabajar o a sus centros educativos, pero también en otros aspectos de su salud. Un 12,5% de las mujeres encuestadas con discapacidad o limitaciones graves para la realización de las actividades cotidianas aseguran que su condición «es consecuencia de la violencia sufrida por parte de la pareja o de alguna otra persona».
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La consejera de Bienestar, Juventud y Reto Demográfico, Nerea Melgosa, reiteró su «agradecimiento» a las participantes. Y aprovechó para pedirles «perdón» por si les ha «hecho daño» revivir sus historias y por si «han sentido» que desde las instituciones «les hemos fallado».
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