Una merecida bombona de oxígeno para el Bilbao Basket

Vino el triunfo cargado de trabajo, de idas y vueltas, de presión que hacía parecer que la bola estaba elaborada con plomo. Algunos cabos sueltos, pero también una noche de reivindicaciones y felices bienvenidas. La era Jenkins arranca con victoria y papel estelar para el tirador de Nashville, que en el esperado dueño de ametralladoras le ganó de calla de Melo Trimble. Porcentajes al margen, la gran labor de defensa sobre el máximo anotador de la Liga Endesa se completó con una de las virtudes que figura en el libro de instrucciones del nuevo hombre de negro. Falló sus cinco primeros lanzamientos, claramente fuera de ritmo tras viajar esta semana desde Estados Unidos y tener dos únicas sesiones de trabajo con sus compañeros. Y de repente se pone en modo ráfaga y con tres de sus cuatro triples casi seguidos muestra esa capacidad para hacer una tacada que hace sangrar al oponente.

Pero eso sucedió en la segunda parte. Antes el Bilbao Basket tuvo que espabilar tras fallar tres triples y recibir dos tapones en sus cinco primeras posesiones. Parcial de 7-0 y casi tres minutos sin anotar. La reacción fue instantánea (0-10) gracias en gran medida al propósito de enmienda de Zyskoswski. El polaco, muy blando en los uno contra uno ante el taponador Alexander, encontró en sus bombitas un recurso infalible. Firmaba más de la mitad de los puntos vizcaínos, completados con un triple de Reyes y una canasta de Miniotas.

Trimble era el jugador local más buscado, siempre con un carcelero subido a su chepa. El 'Fuenla' activó entonces a Emegano y crecieron los problemas en el puesto de tres. Además, el rebote en ataque lastraba a los de Mumbrú y con Brown llevando la batuta ante la baja de Hakanson el equipo no carburaba por previsible. Pese a ello, el equilibrio hablaba ya de la que sería la tónica del encuentro. Siete puntos de renta máxima para los madrileños y cuatro para el RETAbet, sin ser, en absoluto, un día con las muñecas calientes.

Buena salida del Bilbao Basket tras el descanso. Miniotas anotaba a paladas siete puntos y la temida aparición de Trimble amagó que plasmarse con una potra de triple a tabla sobre la bocina. Eyenga y Zyskowski tomaron el testigo convirtiendo el desarrollo del marcador casi en algo personal hasta que Jenkins comenzó a ganarse el sueldo. Sus primeros tres aciertos desde la línea mágica fueron oro molido, porque en la caja común se echaba en falta la aportación de Rousselle y Brown.

El escolta de Indiana, todo corazón, dio otro recital de luces y sombras. Lo bueno que hacía atrás lo dilapidaba en su sempiterna querencia a tirarse a tumba abierta contra los pívots que le tienen calado y le esperan con ansia por clavarle al suelo. Tampoco Huskic mostraba su versión más adecuada reteniendo la bola en exceso en busca del pase cuando media docena de balones se los debió jugar él. Y tampoco impuso su talla cerrando el rebote contra la hiperactividad de los pequeños de Javi Juárez.

Pero como grupo el RETAbet había avanzado mucho. Desconectado Trimble, también le cortó el grifo a Emegano y Eyenga. Alexander fue el último recurso al que se encomendaron los madrileños, pero los de Miribilla, desde un triple de Reyes para ponerse 57-62, tras dos anteriores de Rousselle y Jenkins, supieron sufrir sin generar facturas impagables. Dos tiros lejanos de Brown y Kulboka se salieron para que el 'Fuenla' lograra empatar a 64, pero de ahí no pasó. La eficacia desde la línea de castigo y el dominio final del rebote hicieron que los de Mumbrú se lo creyeran.

Y Miniotas puso la guinda con la acción defensiva del partido. 68-72 en el luminoso, 21 segundos por jugarse y saque de banda de los locales. El lituano interceptó la línea de pase y 'game over'. Es una quimera imaginarse victorias menos sufridas. Pero el Bilbao Basket apunta a que puede seguir intentándolo. Y queda porque sume desde el miércoles la baza interior de Aminu. Pero el camino es aún muy largo, eterno.