Baskonia - Real Madrid | Euroliga, 20:30 horas

La hora de «empezar a sacar lo máximo» para el Baskonia

«En once días tenemos cinco partidos», advierte Pablo Laso. «No favorece» al compromiso del entrenador vitoriano por «empezar a sacar el máximo» de la plantilla azulgrana. «Es mi obligación», aseveró ayer tras el que prácticamente será el último entrenamiento de calidad hasta dentro de siete días. «Hablaba con David (Gil, su ayudante) que antes preparabas una defensa y la podías ensayar. Ahora a las 48 horas hay partido».

Se necesitan triunfos reparadores como el del pasado sábado en la prórroga ante el UCAM Murcia. Urge enlazar varias inyecciones de confianza para diluir la inquietud por un equipo al que tanto le está costando mostrar un juego fluido. «Juegan muy bien y con muchos recursos. No creo que tengan que preocuparse por nada», valoró Chus Mateo.

El resultado del 'clásico' de esta noche no decidirá la posición en la clasificación de ninguno de los contendientes, pero sí hay esa sensación de que puede marcar el futuro de ambos. El Real Madrid llega tocado por la última derrota liguera sufrida anteayer en Bilbao. Los de Chus Mateo son un equipo con problemas, cambios en el esqueleto de la plantilla y sin bases puros a su disposición. «Afecta, pero… si la vida te da limones, haz limonada. No hay que poner excusas. Si no tenemos los recursos tendremos que inventarlos», quiso consolarse el técnico madridista. Pablo Laso le mostró el camino durante los ocho años que compartieron 'staff' antes del cese del de San Viator. «Tener a Llull te deja más tranquilo. O a Abalde. Conmigo jugó de base contra el Panathinaikos un partido y casi fue MVP», subrayó Laso.

Más allá de la falta de timoneles en el bando visitante, su flanco débil se concentra en la línea exterior. El Real Madrid recibe una media de 12,1 triples por partido. Es ahí donde los rivales han detectado la vulnerabilidad de un equipo al que le lanzan más de 28 triples por partido y que hasta ahora registra marcada dependencia de Campazzo. «Nos está costando en los inicios de los partidos por no respetar nuestro trabajo. Muchas veces pensamos que jugar fuera de casa es fácil y no lo es», aprecia Chus Mateo.

Un problema compartido con el Baskonia. «No hemos ganado ningún primer cuarto desde que soy el entrenador. Me preocuparía si no fuéramos capaces de dar la vuelta. Eso es lo bueno. Pero no podemos regalar el principio del partido porque las meten todas», afirma Laso. Los vitorianos buscan recuperar la pólvora extraviada en las dos primeras jornadas continentales (6 triples por partido) para agrietar la mermada defensa blanca, que encaja 88,5 puntos de media por partido en los siete encuentros oficiales que lleva disputados.

«Hay que ser inteligentes para encontrar las mejores situaciones de ataque. Ya me lo dijo mi hijo cuando llegué a casa el sábado. 'A Howard se le ponen cara a cara a 8 metros'. Hay que leerlo y buscar buenas jugadas para todos», sostiene un Laso conocedor de la casa y sabedor del gen ganador de los blancos. «Siempre sacan algo en los malos momentos que les hace ser muy competitivos», destacó antes de otro partido singular. «Para mí, un Baskonia-Real Madrid es especial desde hace 40 años. Suena mal porque me hace viejo pero es así», bromeó con la sonrisa del que mantiene intacta su ilusión por el baloncesto.

Madridista confeso y baskonista de cuna, Laso pide «calma» ante el lento proceso de adaptación de Trent Forrest. «Son temas de ritmo, espacios, de jugadas, compañeros, arbitraje… Son muchas cosas. No lleva en España ni dos meses. Si lo valoramos solo por eso, nos equivocamos», defendió. Mismo sosiego que le toca vivir con Raieste. «Arrastra una pubalgia desde la pretemporada. No se le curaba, le hemos parado y tampoco mejora. Tenemos que valorar qué es lo mejor para todos», explicó sin verbalizar que apunta al quirófano. «Hay veces que vas al médico y te dice 'la gripe te dura una semana'. Pues eso es lo que me gustaría pero…», ejemplificó.