Unos días después de que que Luca Vildoza le diera al Baskonia su último título de liga, Tornike Shengelia, uno de la veintena de jugadores ... que Vitoria ha mandado al resto de los equipos europeos con sueldos pasados del millón, hacía unas declaraciones que conviene recordar respecto a Dusko Ivanovic. «Después de perder el partido de su debut, nos dijo que ganaríamos la Liga ACB. En ese momento, íbamos decimoterceros. Ahí empezamos a seguirle a muerte». A la pregunta de qué tiene de especial el técnico montenegrino, el jugador contestó: «Su idea, su filosofía». Shengelia remataba sus declaraciones repitiendo una frase de Ivanovic: «Cuando das sentido al sufrimiento, deja de ser sufrimiento». Y terminaba deshaciéndose en elogios.
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Me preocuparon las recientes declaraciones de Dusko Ivanovic la pasada semana. «Es el peor momento de mi carrera», decía. Podían sonar a muestra de cansancio, a un momento de reflexión en el que dices: 'Ya no más'. Conocí muy bien ese sentimiento hace muchos años, el mismo que te lleva a aplazar decisiones arriesgadas que sólo tú sabes debes tomar.
Viví apasionadamente el partido ante Unicaja. Los malagueños, conscientes de la urgencia de resultados y de la inusual baja autoestima del Baskonia, vinieron a por todo, estado de ánimo que no prodigan. Así se planteó la batalla en el Buesa.
Dusko venía de estar recluido en el rincón de pensar, sabía lo que quería, quizás con cierto remordimiento de no haberlo hecho antes. Solo podían jugar los que creyeran ciegamente y tomó decisiones en consecuencia. Sedekerskis pasó a ser un 'cinco', móvil, activo y apasionado. El lituano se bastó él solo para decir a Marinkovic, hasta el momento un temeroso jugador, algo así como: '¡Libérate que no pasa nada. El jefe está con nosotros!'. Fontecchio, Giedraitis y Costello hicieron su trabajo y Granger lo remató con una actuación estelar.
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El futuro nos depara una agotadora temporada para una escuadra azulgrana muy justa de efectivos. Esperemos que la incorporación de Lamar Peters les dé cierto respiro. Sospecho que se avecina un llamativo ostracismo para más de un jugador de la plantilla, que vendrá acompañado de conversaciones con sus agentes en ese tono de '¿qué se sabe de lo mío?' Si se cumplen mis predicciones sobre las reacciones de Ivanovic, el Baskonia sacará adelante una temporada sin grandes éxitos. Y el club, con inesperados desaciertos en la formación de la plantilla, no tanto en la calidad como en el temperamento de algún jugador. Lo más grave es que no se vislumbra ninguna posible venta que la economía del club pueda convertir en euros. Sobre Tadas Sedekerskis habrá que hablar con más tiempo.
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