Así falló el Athletic los penaltis en Girona: dos jugadores pidieron tirarlos y «errores técnicos»

Los últimos diez penaltis del Athletic han tenido siete lanzadores distintos. Atrás quedaron los tiempos en que eran cuestión de Aduriz y Raúl García. Las tres penas máximas de Montilivi y la decisión de repetir una de ellas llegaron de la misma manera: Del Cerro Grande tuvo que alertar sobre ellas desde el VAR a un Pulido Santana que no se enteró en ninguno de los casos.

El primer penalti se produjo dos minutos después de que el Girona se adelantara. Fue cometido sobre Berenguer. Williams explicó que fue el extremo el que se apuntó a ejecutarlo. «Lo ha pedido Álex, que estaba con confianza y lo ha provocado». Es un lanzador de garantías. El navarro volvía a los once metros. Los últimos antecedentes eran excepcionales para el Athletic y para él. Marcó en el Metropolitano en la semifinal de Copa y está en la historia del club por transformar el último de la final de Sevilla. Pero esta vez golpeó suave abajo y Gazzaniga detuvo su primera pena máxima.

Valverde se dirigió a Iñaki Williams en el descanso y le encargó tirar una posible segunda pena máxima. Ese papel debía ser para Sancet, que ya marcó así en el campo del Barcelona. «Pero estaba lesionado», explicó Ander Herrera. Hubo efectivamente un segundo penalti. El mayor de los hermanos entró en el área y encaró a tres rivales. Danjuma le metió un pie que le derribó. El árbitro pasó de nuevo por alto la jugada.

Nueva llamada desde la sala VAR de Del Cerro Grande. Había dos cuestiones a dilucidar. ¿Era mano de Unai Gómez en el inicio de la jugada? En caso negativo, ¿era penalti? Pulido Santana acudió al monitor y decretó pena máxima.

Lo lanzó Williams, pero fatal. «Tenía claro tirarlo por el centro. Sabía que el portero se iba a mover. Estaba muy tranquilo. No era la primera vez que tiraba un penalti al centro», dijo. Pero llegó el fallo. «La pelota no se me ha levantado lo suficiente. Ha sido un error técnico».

Y aquí apareció el Williams más duro consigo mismo. «Es un disgusto grande. Me siento máximo responsable de no haber ganado. De haber metido mi penalti hubiéremos ganado el partido o al menos se hubiera puesto muy bien».

Tras la parada de Gazzaniga el juego continuó. Del Cerro apareció de nuevo para denunciar que el portero no tenía al menos uno de sus pies sobre la línea de gol en el momento del golpeo de Williams. Montilivi estalló. «Manos arriba, esto es un atraco», gritaban los hinchas locales.

Herrera fue el tercero en lanzar. De nuevo paró Gazzaniga, el héroe de la tarde. El último antecedente en el fútbol profesional español de un portero que detiene tres penaltis fue Herrera, del Osasuna, el 7 de octubre de 2017 en un partido de Segunda ante el Cádiz.

«No habíamos previsto un tercer lanzador y se la he pedido a 'Willy'», explicó en la zona mixta Ander Herrera. «En el fútbol a veces tomas decisiones que salen bien o mal. Mejor pecar de valiente que de que nadie los quiera tirar», indicó.

Herrera lanzó también fatal, al mismo centro al que lo había hecho Williams poco antes. «Ha sido un fallo técnico de golpeo. Si he golpeado cincuenta penaltis, es el único que me ha salido abajo y raso», lamentó.

La hinchada local optó por la guasa y por entonar «pita penalti, árbitro pita penalti». Hasta que hubo una última llamada desde el VAR para señalar el cometido por Paredes y que derrotó a los rojiblancos.

Williams estaba muy tocado y era el que peor lo llevaba. «No hay excusa. Hemos fallado tres penaltis, y esto no puede ocurrir en Primera, independientemente de que nos metan luego en la última jugada. El equipo ha estado bien, hemos generado suficiente para ganar y no podemos fallar tres penaltis. Los que hemos lanzado penaltis hemos restado al equipo», dijo.

Herrera quería mirar el lado positivo en medio de la adversidad. «En el fútbol cuantas más cosas haces bien mejor te van las cosas, pero hoy se rompe esta estadística. Hemos hecho muchísimas cosas bien, pero en algo insólito no hemos ganado. En 16 temporadas que llevo de profesional es la primera vez que me pasa algo así».

Valverde quería contemporizar y evitar que su equipo se flagele por los tres penaltis fallados. «Venimos de ganar una final a penaltis. No me digas cómo lo hemos hecho. O igual es que teníamos un mal día en Girona. Estas cosas son así», zanjó.

El entrenador quiso poner el acento en el rendimiento de su equipo. «En el primer tiempo hemos estado muy bien. Nos debimos ir con ventaja al descanso. Incluso hemos tenido la última clarísima para empatar», resumió el entrenador rojiblanco.