El año que el Athletic necesitaba
En 2024 ha crecido un equipo triunfador, poderoso y fiable como en sus mejores tiempos, que tiene enamorado a su hinchada
El primer partido del Athletic en 2024 fue contra el Sevilla en el Sánchez Pizjuán, el 4 de enero. Los rojiblancos ganaron con solvencia (0- ... 2) dando continuidad a la magnífica racha de resultados –cinco victorias y dos empates– que habían comenzado a amasar dos meses antes en Villarreal (2-3). En la crónica del encuentro en Nervión, quien esto suscribe se refería al gran momento del equipo de Valverde, que no se había visto interrumpido en absoluto con las fiestas navideñas. «Todos los jugadores parecen iluminados. De repente, nadie desafina, como si todos los instrumentistas se esmerasen para que la orquesta siga sonando tan bien».
Publicidad
El 2024 terminó para el Athletic el sábado en Pamplona con la guinda de una nueva victoria, y lo primero que cabe decir en esta hora del balance es que esa orquesta sigue sonando de maravilla un año después. De hecho, si fuera por algunos hinchas rojiblancos, tocaría hasta el Concierto de Año Nuevo en la sala dorada del Musikverein de Viena. El ambiente de la familia Athleticzale es el de los grandes momentos en la historia del club. El título de Copa tras cuatro décadas de espera y el regreso a Europa seis años después han tenido un efecto revitalizador extraordinario entre la hinchada, muy necesitada de satisfacciones que reforzaran su identidad y la fe de los más jóvenes. Hacía mucho tiempo, seguramente desde los títulos de los ochenta, que el equipo no inspiraba a sus seguidores una sensación tan gozosa de poderío y fiabilidad.
Noticias relacionadas
Los resultados están ahí y es obligado situarlos en la primera línea del escaparate. Tras ser quintos y campeones de Copa la pasada campaña, ahora son cuartos y colíderes en la Europa League, donde la clasificación directa para octavos está casi hecha. Los rojiblancos, en fin, comenzarán 2025 rodeados de optimismo. Aún así, y pese a ser tan altas las expectativas para el año nuevo, la verdad es que da un poco de pena despedir este 2024 inolvidable. Los grandes partidos en un San Mamés abarrotado, la multitudinaria peregrinación a Sevilla, la tensión suprema durante la final, sobre todo en la tanda de penaltis, aquella felicidad cósmica, diluida con el cansancio y el alivio, a la salida de La Cartuja, la apoteosis de la gabarra... Todo eso ya está en nuestra memoria y en los anales de la historia del Athletic.
El Athletic ha estrenado la solidez de un equipo grande y sus expectativas para 2025 son muy altas
Estos éxitos no dejan de ser una consecuencia directa del logro más importante del equipo de Valverde durante este año que se acerca a su fin. Nos referimos a su espectacular crecimiento. Antes de analizar sus causas, ilustremos este despegue con una sencilla comparación. A lo largo de 2023 –hablamos del año natural, por supuesto–, el Athletic disputó un total de 48 partidos entre Liga y Copa, saldados con 22 victorias (un 45%), 11 empates (un 22,9%) y 15 derrotas (un 31,2%). En este 2024, la cifra de partidos ha sido de 51 (Liga, Copa y Europa League) con el siguiente saldo: 29 victorias (un 56,8%), 14 empates (un 28%) y 8 derrotas (un 16%). El cambio ha sido brutal, especialmente significativo en el capítulo de los encuentros perdidos. Porque, aunque es cierto que los triunfos han crecido en once puntos porcentuales, las derrotas, sencillamente, se han reducido a la mitad.
Publicidad
Crecimiento
Se podría hablar de 2024 , por tanto, como aquel en el que el Athletic estrenó una solidez de equipo grande. Por ofrecer otro dato a este respecto, pensemos que en los últimos cuatro meses los de Valverde sólo han perdido un partido, el de Girona fallando tres penaltis. ¿Cómo ha sido posible alcanzar esta fortaleza? Lo cierto es que buscar las respuestas, porque no sólo hay una, es un ejercicio agradable.
Entre 2023 y 2024, los de Valverde han reducido a la mitad el porcentaje de derrotas en sus partidos
Se puede empezar por examinar la plantilla. La llegada de Ruiz de Galarreta supuso un refuerzo tan importante que fue inevitable preguntarse cómo había tardado tanto el club en recuperarlo. Por otro lado, jóvenes figuras como Vivián, Nico Williams y Sancet maduraron y elevaron su nivel, Guruzeta sorprendió y acabó dando la mejor versión de su vida y promesas como Paredes, Beñat Prados y Unai Gómez presentaron sus credenciales. El equipo, en fin, se hizo más fuerte. Y ese ambiente de mayor seguridad, confianza y competencia interna fue la tierra fértil en la que acabó creciendo, esplendorosa, la propuesta de juego de Valverde.
Publicidad
Los resultados fueron excelentes a partir de noviembre de 2023 y contribuyeron en poco tiempo a apuntalar el proyecto rojiblanco y a que explotara el entusiasmo de la afición. El Athletic empezó a competir a un nivel magnífico, que alcanzó su apogeo en dos partidos formidables contra el Atlético y en la eliminatoria de Copa contra el Barcelona. Cada vez más equilibrados en su balance defensa-ataque –terminaron la Liga con 61 goles a favor y 37 en contra, es decir, un soberbio +24–, los rojiblancos acabaron logrando sus grandes objetivos y convirtiéndose en un equipo triunfador. Y un equipo triunfador que no sufre pérdidas sensibles en su plantilla y mantiene unos principios muy sólidos es un tren en marcha al que todo el mundo quiere subirse.
Expectativas
Se está viendo en estos últimos cuatro meses. Lejos de resentirse por la mayor dureza del calendario, la solidez de los rojiblancos se antoja cada vez mayor. El trabajo defensivo no puede ser más llamativo con un porcentaje histórico de 0,76 goles encajados por partido, en concreto, 19 en 25. Así se explica que estén logrando unos resultados que sólo figuraban en las previsiones de los más optimistas. Ahí es nada mantener prácticamente el extraordinario ritmo de puntuación de la pasada Liga durante la primera vuelta –36 puntos frente a 38– habiendo firmado además cinco victorias y un empate en sus seis partidos europeos, una racha desconocida en el Athletic.
Publicidad
Así las cosas, y preparados para despedir el 2024 con la alegría que se merece, surge la pregunta de qué podemos pedirle al Athletic en 2025. Más de uno optará por la prudencia y dirá que, en vista de lo bien que marchan las cosas, lo más razonable es conformarse. Ya lo dice esa vieja súplica tan popular. «Virgencita, virgencita que me quede como estoy». Pero seamos osados, incluso hasta un poco irreverentes. Este Athletic comanche está hecho para galopar por las praderas con la vista puesta en el horizonte, no para ir al trote, ni muchos menos para detenerse por temor a los peligros que puedan surgir. Así que a por todas.
Accede todo un mes por solo 0,99€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión