La calidad y las relaciones

A Luis García, avalado por su enésimo ascenso, le gustaría posiblemente tener un verano más relajado que el anterior. Aunque haya quedado atrás en el tiempo y en la memoria de los aficionados, el preparador albiazul se pasó varias semanas de la anterior pretemporada reclamando incorporaciones que no llegaban. «Un lateral derecho, dos medios y dos centrales», pedía a mitad de julio y, ya a finales de agosto, «dos o tres» incorporaciones. Finalmente, con el mercado veraniego cerrado –más adelante llegaría Laguardia– rebajó la sonoridad de sus declaraciones. Algo que ha sucedido de forma habitual con otros muchos entrenadores en la última década. La otra posibilidad, la de insistir en las reclamaciones al club, siempre ha acabado con victorias de la propiedad a los puntos o por K.O.

A partir de ahí, habrá que ver cuáles son las 'concesiones' al técnico alavesista en cuestión de fichajes. El pasado ejercicio, Salva Sevilla y Sedlar, dos futbolistas que habían compartido vestuario con Luis García, llegaron a la plantilla. Ahora, se trata también de encontrar esa 'calidad' que el entrenador alavesista ha solicitado. Sobre todo en esa parcela ofensiva que suele marcar la línea diferencial cuando se trata de partidos entre 'iguales'. A Sergio Fernández le toca de nuevo, con recursos limitados, intentar sacarse de la chistera jugadores determinantes. Entre sus logros de los últimos ejercicios, la rehabilitación futbolística de Lucas Pérez y Joselu para formar uno de los ataques de más calidad en la historia albiazul. Curiosamente, al Alavés le ha ido mejor cuando ha fichado a delanteros que el año anterior, o incluso anteriores, apenas habían tenido protagonismo en sus equipos. Otras aventuras exóticas, como aquella con el venezolano Christian Santos y sus numerosos tantos anotados en Holanda, nunca florecieron.

Así que en un verano atípico, con apenas cuatro semanas entre el ascenso y el regreso a los entrenamientos el próximo día 17, los movimientos apenas han comenzado. Salidas, entradas y, posiblemente, otras cuestiones. Habrá que ver qué sucede con un Abqar que ha irrumpido como una explosión en el fútbol profesional y al que hace ya dos temporadas (2021) se le renovó hasta 2025. El central, convocado incluso con la selección absoluta marroquí –la revelación del último Mundial–, es a estas alturas un jugador en el escaparate. De esos que no suelen durar demasiado en un club como el Alavés. De esos a los que la escasez de efectivos permitió tener una oportunidad en el inicio del campeonato y ganarse un sitio por méritos propios. Como sucedió en su día con Martín, al que una lesión de un compañero llevó al debut y a la posterior consolidación en el equipo. A veces es necesario estar en el momento justo y en el lugar adecuado.