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Foto, Rafa Gutiérrez | Vídeo, Jon Ander Goitia

El ansiado reencuentro con la familia del Alavés

La afición del Alavés repuebla 84 días después las gradas de Mendizorroza cargada de ilusión. «Este año tenemos un buen presentimiento», confían

Domingo, 17 de agosto 2025, 09:00

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Dice una leyenda de origen oriental que un hilo rojo conecta a las personas que están destinadas a encontrarse. Una especie de fortuna inquebrantable. Pues algo así sucede con el alavesismo, aunque con los colores albiazules. 84 días después, la familia se reencontró ayer en Mendizorroza. Ese templo convertido en hogar habitual para unos y de estreno para otros que debutaban en las gradas. «Teníamos ganas de volver. Venimos con las pilas recargadas y para luchar juntos por la permanencia», coincidían los babazorros, antes de dar color y calor (aún más) a las gradas.

«Te despiertas ya con esa sensación de día grande. El volver a sacar la camiseta del armario y ponértela... pufff», confesó Javier Gómez, junto a su hermano Miguel. Ellos son habituales. «¿Cuántas temporadas llevamos ya? No sé, pero todas son especiales. Lo más bonito es reencontrarte con el compañero de localidad y retomar esas habituales conversaciones que giran únicamente en torno al fútbol». Unas charlas que ya no son cosa del pasado, ahora se actualizan fin de semana tras fin de semana.

Unas tradiciones a las que se familiariza el pequeño Jon Jorge Iglesias, de tres años. «Va a ser su primera vez en Mendizorroza. Desde que se ha despertado estaba pensando en el partido», comentaba emocionado Jorge, su padre. Ambos vestían la camiseta del Alavés. La primera vez de muchas previas juntos. Como las de Jesús María Maeztu y su hijo, Julen. «Es bonito poder compartir estos momentos; sufrimos y disfrutamos juntos».

Desde Barcelona

Una familia que suma nuevos integrantes. Javi Caballero viene desde Barcelona. Más de 600 kilómetros para vivir por primera vez un partido en Mendizorroza. Lo ha visto infinidad de veces desde la tele, pero ahora le toca latir en albiazul. «¿Que a ver por qué soy del Alavés desde tan lejos? La afición nació en la temporada de la final de la UEFA. Me gustaba el equipo, la afición... y me simpaticé», recuerda. Ahora trabaja por inculcarles ese sentimiento a sus hijos, también presentes en Mendizorroza.

Parece que las raíces del Alavés han brotado fuerte en Barcelona. Jordi Gil y su hijo, Adriá, regresaron ayer al templo albiazul. «Vinimos por primera vez la temporada pasada en el partido contra el Villarreal. ¿El del diluvio? Pues ese. Nos encantó el ambiente, cómo vibra el campo». Tanto que de su bolsillo sacan un carné de abonados. «Vendremos a cuatro o cinco partidos sólo, pero habrá merecido la pena».

Cada grano suma en esta arena de batalla albiazul. María Teresa Moreno y Miguel Ángel mostraban una imborrable sonrisa y desprendían optimismo de cara al nuevo curso. «Confiamos en lograr la permanencia y que sea menos sufrida. Pero si no, aquí estaremos para empujar como siempre». Al igual que José Luis Gómez. «No sé, este año tengo un buen presentimiento». Porque si bien el contador se puso a cero y sobre el tablero aparecieron nuevas piezas, la fe se mantiene inquebrantable.

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