Alavés 4-3 Sevilla

Mendizorroza se da un festín

Cosas del fútbol. Cuando el entrenador habla con razón de una zona atacante cogida con «pinzas», va el exosasunista y saca las pinzas, pero de bogavante. Un Kike García que pareció recoger la llama sagrada del gol de manos de Villalibre, que ya debutó el pasado ejercicio en Mendizorroza con dos goles ante el Eibar. Depués llegaría su momento mágico en el Ciutat de Valencia. Este lunes, el Alavés había anotado antes otros dos tantos (Luis Rioja y Duarte), ambos desde fuera del área. Como si los astros, alineados, saludaran el retorno albiazul a su estadio en la máxima categoría.

Se trataba de poner la primera piedra en el edificio de la permanencia, pero el Alavés hizo algo más que eso. Además de sacarse el miedo a la categoría, cuajó uno de esos duelos que unen coraje, orden y juego para fundirse después en acierto ofensivo y tres puntos. Más que una piedra colocó un enorme bloque de hormigón para creerse sus opciones en esta liga. Cierto es que el partido fue a priori el deseado. Con un adversario que amasaba el balón y un equipo albiazul depredador en la presión y vertical en sus contragolpes. También que el 2-2 de Duarte al borde del descanso para cicatrizar la herida de un Sevilla que había remontado el tanto inicial de Luis Rioja resultó provindencial. Bálsamo para evitar que una notable primera mitad acabara con la escuadra visitante en ventaja. Sobre todo, después de que la igualada llegara en una acción de mala fortuna con gol en propia puerta de Abqar. No hay asomo de crítica al central, que parece no asustarse con la categoría. Igual que un Sedlar que borda el oficio. Ni muy fuerte ni muy ágil ni muy rápido... Ya. Siempre en el lugar preciso. El bombero del área.

Luis García Plaza había optado de inicio por recuperar el dibujo natural del pasado ejercicio. Tras el experimento de tres centrales en Cádiz, llegaron los cambios de jugadores y de esquema. Benavídez, Alkain y Kike García, en su espectacular estreno como titular, entraron en el once para relegar al banquillo a Rafa Marín, Blanco y Miguel. Línea de cuatro en la defensa, Guridi en la mediapunta y Luisa Rioja esta vez arrancando desde la banda izquierda. Para tratar de contrarrestar a un Sevilla pleno de recursos con los Acuña, Navas, O'Campos, Suso, En Nesyri... El siete veces campeón de la Liga Europa, pese a alguna baja puntual -Badé tras serle denegada la cautelar-, lucía con todo su esplendor para el estreno en Mendizorroza. Rutilantes destellos de categoría futbolística ante los que el Alavés necesitaba las gafas de sol de la humildad y el orden para evitar quedar cegado. También controlar el termostato físico en una tarde sofocante. Históricamente, cerca de los 30 grados no ha sucedido casi nada bueno en Mendizorroza. A ver si el cambio climático va a resultar futbolísticamente positivo.

El Alavés aceptó por momentos un choque de ida y vuelta. Pese a la derrota en Cádiz, el centro del campo del cuadro vitoriano ya demostró entonces sus posibilidades. Además de ataques a toque de corneta, hay creatividad (Guevara y Guridi) y la pujanza de un Benavídez este lunes entonado y 'raspador', como él mismo se definió en una entrevista con este periódico. ¿Fallos? Sí, claro. El conjunto de Luis García Plaza concedió demasiado de nuevo a balón parado. Dos córner rematados por el Sevilla en el inicio y un 'uy ' y un gol. Pese a que los albiazules se mostraban solidarios y controlaban las bandas, el rival envió un balón al palo y volvió a marcar antes del descanso. Así se escriben los duelos ante adversarios de este pelaje. Nada, ni una tarde acertada, garantiza los puntos.

Pero el Alavés también producía ocasiones en serie. Muchas recuperaciones y bastante clarividencia. Kike García, Guridi y Luis Rioja dispusieron de oportunidades antes del descanso del compromiso. Después, el primero de ellos abofeteó al Sevilla por partida doble. En apenas ocho minutos. Primero en perfecto cabezazo después de la peinada de Guridi y después tras el envío en profundidad de Rioja. Casi sin ángulo, toque de interior de zurda con gran precisión. Para verlo repetido. Golazos, en realidad, a diestro y siniestro. Lamela tras un disparo ajustadísimo al palo, Duarte con el exterior desde 30 metros, Luis Rioja en un inapelable tiro cruzado, Rafa Mir en el descuento con un misil soberbio... A dos minutos del final del encuentro, después de que el Deportivo Alavés hubiese contenido sin demasiados problemas a su adversario, noqueado tras el 4-2. José Luis Mendilibar le dio la vuelta al calcetín con los cambios y Luis García Plaza metió energía (Javi López, Miguel, Sylla, Rafa Marín, Blanco) para seguir el guion.

Nada como un triunfo de este calibre y con estas medidas XL (4-3) para reforzar a un Alavés necesitado de autoconfianza. Pero ya se sabe que esto es Primera división y el próximo lunes espera Luis Bordalás y su rocoso Getafe. Si el choque ante el Sevilla pareció envuelto en suave terciopelo, la lija espera en Coliseum Alfonso Pérez. Eso sí, con tres puntos más en juego. Con tres puntos menos para poder seguir en el cielo futbolístico.