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Ascenso del Alavés a Primera

'El Glorioso' está de vuelta

Sexto ascenso a Primera en 102 años. Fue el primer club que subió desde Segunda división en 1930 y en las dos últimas décadas ha celebrado otras tres ascensiones

Domingo, 18 de junio 2023, 00:59

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De un año para otro, transcurridos 377 días, el Alavés está de vuelta en Primera División en el que ya es su ascenso más meteórico a la élite, el sexto en su biografía. Nunca en su siglo de azarosa existencia había recuperado la categoría con tan semejante determinación. Es más, gastó la mitad de su vida entonces -42 años- en restablecerse del descenso de 1956 con el regreso de 1998 de la mano de Mané y su tropa, esa larga, frustrante y en muchos casos penosa trayectoria que recorrió en la segunda mitad del siglo XX. Mucho más gratificante para la entidad y su gente está siendo el XXI, testigo con el de ayer de tres de los seis logros en apenas dos décadas. Éste es un apresurado relato por capítulos de los cinco anteriores.

Campeón de Vizcaya y primer ascendido de Segunda

  • «¡Hurra, el Deportivo Alavés campeón, hurra!». El 30 de marzo de 1930, a los nueve años de su nacimiento, el Alavés ascendía a Primera por primera vez. La prensa lo reflejaba con entusiasmo, no así los aficionados que por el paseo de Cervantes regresaban a 'la Dato' como si nada. Y eso que la hazaña de los «blanquiazules» era meritoria, la de un conjunto joven y humilde pero triunfante que acababa de arrebatar el título de Vizcaya al mismísimo Athletic, luego ganador de liga y Copa.

  • «Éramos el mejor equipo de España», reivindicaba el legendario Jacinto Quincoces en una entrevista a EL CORREO en enero de 1996 al recordar que habían superado a los bilbaínos en la Serie A, torneo regional antesala con otros de las ligas nacionales. Todo eran elogios para un plantel de bravos jugadores de la región diseñado por el ojo clínico del médico Amadeo García de Salazar. De ahí lo de 'Glorioso'. Desde entonces, la historia del fútbol español le tiene reservado un capítulo en sus anales. Es el primer club que subió a la máxima categoría desde una Segunda que se había gestado un año antes, en 1928. Aquel inaugural torneo de diez lo conquistó el Sevilla, que sin embargo se quedó pasmado y sin ascenso al perder en la promoción con el último de la liga superior, el Racing de Santander.

  • A la campaña siguiente ya sí avanzó el Alavés como líder de Segunda después de vencer al Betis (2-0) -goles de Calero- en la última jornada, en una «tarde andaluza» por el calor en Vitoria. Terminó primero con 22 puntos -nueve victorias, cuatro empates y cinco derrotas- y seis marcadores caseros propios de la época: 5-1 al Deportivo, 4-1 al Valencia, 5-0 a la Cultural Leonesa, 5-0 al Murcia, 6-0 al Oviedo y 5-0 al Sevilla. No es de extrañar que con semejante artillería el 'Negro' Olivares, así apodado por el color de su tez como también conocido por 'Chipirón, fuera 'Pichichi' con 25 goles según algunas unas fuentes y 23, otras. También aquella retaguardia era intratable: Beristain de portero (19 tantos en contra) y la espléndida pareja Ciriaco-Quincoces.

  • Fue precisamente el frágil cancerbero de Elgoibar el que detonó la fiesta en la cena de campeones en el restaurante de Marcelino con sus dotes de bertsolari acompañado de música de acordeón. A la sede social llegaron aquellos días infinidad de telegramas alabando a los babazorros. El del Athletic, quizás aún dolido por la afrenta en su 'liga', fue escueto: «Compartimos con alegría éxito final y ascenso ese querido Club. Abrazo». Con más efusividad se transmitió la congratulación de los 'mendigoizales' del propio Athletic: «Al abriros los brazos para recibiros en la liga de nuestro Club querido, os felicitamos por tal merecido título de Campeones».

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En pugna con el Baracaldo y quince minutos de espera

  • Después de tres felices años, el Alavés perdió la categoría, cayó en desgracia y desde ese preciso instante se vio absorbido por un torbellino de autodestrucción entre las ventas y salidas gratuitas de los jugadores más valiosos, las recurrentes penurias de su tesorería que le dejaron al borde de la quiebra y una Guerra Civil que asoló el campo de batalla y también los estadios. Con un llamativo éxito nacional entre medias, la Copa Federación de 1946, jugada por conjuntos de Tercera, la entidad necesitó dos décadas para volver a Primera.

  • La del 18 de abril de 1954 fue una jornada dominical intrigante en Segunda, con el corazón en un puño y el ascenso jugándose a la vez en dos campos. Aquel Alavés, «una cuadrilla de amigos que jugaba al fútbol» en palabras del fantástico portero Javier Berasaluce, necesitaba ganar al Escoriaza en casa y esperar al tropiezo del Baracaldo en Avilés para ascender. Al final se conjugaron los astros, y eso que se tomaron su tiempo. La pronta conclusión del choque de Mendizorroza con 3-1 en el marcador de la 'General' sin techumbre -goles de Remacha, Ibarra y Echeandía- retuvo a todo el mundo dentro del recinto a la espera de que se confirmara el 1-0 que llegaba de Asturias. Tras quince minutos de angustia, una llamada telefónica recibida en el propio campo certificó la buena nueva. La megafonía se encargó de anunciarla al respetable antes de dar paso atronador al 'Ánimo pues', el himno del momento, entre efusivas muestras de alegría sobre el césped invadido por los aficionados con los jugadores a hombros y el directivo José Luis Menoyo, 'Matraca', paseando orgulloso la bandera albiazul.

  • Como aún quedaba una jornada, el homenaje al nuevo campeón se pospuso una semana, a su regreso de La Felguera (Langreo), donde el Alavés se tomó, digamos que a broma, su último enfrentamiento (6-0). En señalada fecha, el 27 de abril de 1954, muchos salieron a recibir a la expedición hasta Villarreal, que escoltada por guardias y acompañada de una caravana de motocicletas y vehículos particulares subió al santuario de Estíbaliz para ofrecer el triunfo a la patrona. Ya de vuelta en la capital visitó a la Virgen Blanca en San Miguel, acudió a la Casa Consistorial y coincidió con la Retreta en la Casa de la Provincia.

  • El día de San Prudencio siguieron los agasajos en la Basílica de Armentia, se recordó a los fallecidos en el camposanto de Santa Isabel y por la tarde se jugó el amistoso Alavés-Villosa, en cuyo transcurso el alcalde anudó a la bandera del club una corbata con el escudo de la ciudad y una dedicatoria grabados en oro. Pero aún quedaba la traca final, el choque copero entre el Alavés y el Real Madrid el 2 de mayo. Los 'galácticos' de los años 50, los Alonso, Zárraga, Joseíto, Molowny, Gento y cía, ganaron (1-2), aunque la estrella resultó ser el albiazul Remacha, que adelantó a los locales en el primer minuto de juego, notable carta de presentación de lo que serían capaces de hacer después en Primera por espacio de dos años, hasta 1956.

42 años después, el Alavés de Mané salda una deuda eterna

  • Generaciones enteras de alavesistas -demasiados dejaron de serlo por el camino- penaron por las desdichas de su equipo durante cuatro décadas, el calvario entre el último descenso a Segunda y el tercer regreso a Primera (1998). Una barbaridad de sinsabores, planes fracasados entre plantillas prometedoras, partidos incomprensibles, directivos mecenas y caída al infierno de Tercera de un Alavés castigado por moroso mientras buscaba resarcirse a base de insistir e insistir en campos de barrio como Abetxuko, pueblos y pequeñas ciudades.

  • Hasta que vino Mané con su bigote, el secretario técnico Juan Carlos 'El Bala' Rodríguez con el suyo y junto a Gonzalo Antón armaron una explosiva mezcolanza de futbolistas que subió sin pretenderlo el 3 de mayo de 1998 en Mendizorroza (3-0 al Rayo Vallecano). A lo campeón. 82 puntos, récord entonces de una liga ya de veintidós que premiaba el triunfo con tres puntos. Aquel equipo que se iba de farra los jueves, que hermanaba entre pinchos y tortillas los viernes al acabar el entrenamiento y que no distinguía entre titulares y suplentes era el mismo, justamente el mismo equipo, que cuando llegaba el domingo despachaba a sus rivales con solvencia y por la vía rápida, aunque en muchos casos lo hiciera con 1-0. Sí, el Alavés que tumbó a cuatro 'primeras', entre ellos al Real Madrid en el Bernabéu, antes de caer contra el Mallorca en las semifinales de la Copa. Así que como para no celebrar a lo loco una conquista que saldaba una deuda eterna.

  • De aquella chufla por el título quedan para siempre fotos ya en color. Estas son algunas: el difunto Pedro Alberto en calzoncillos entre una muchedumbre de seguidores sobre el césped, la trainera improvisada por la plantilla tumbada en la caseta, al portero Tito de novillero con una servilleta a modo de capote de lidia en el comedor del restaurante Zaldiaran durante la cena de celebración y a los jugadores con las cabezas rapadas pero tapadas con txapelas para cumplir con una promesa en la balconada de San Miguel en armonía con una plaza a reventar como si fuera Celedón.

  • Los que siguieron fueron los cinco mejores años del Alavés en su historia, un lustro elevado a las alturas con su participación por partida doble en la Copa de la UEFA, la primera en 2000-01, la de la irrepetible final de Dortmund con el Liverpool (5-4). Pero si pronunciada fue aquella inesperada ascensión a la gloria, igual de vertiginosa resultó también su bajada a Segunda en 2003, justo cuando se creía contar con el mejor plantel de la era moderna.

El logro pese a Piterman de un plantel goleador

  • El fallido ascenso al año siguiente en Eibar, donde supimos de la existencia de Pachón con sus cinco goles en Tenerife y de un Getafe que finalmente se llevó el gato al agua, precipitó los acontecimientos en Mendizorroza. Antón, que ya había avanzado su salida de la presidencia, puso en venta su mayoritario paquete de acciones y solo encontró un comprador a su precio, el empresario ucraniano con pasaporte norteamericano Dmitry Piterman. El tipo rubio, robusto y encantador de serpientes se presentó aquí con cara de amable cuando ya la había montado en Santander. Pronto se le cayó la careta, el poco tiempo que invirtió en despojarse de sus ropas y posar en pelotas sentado en el banquillo del estadio municipal para la revista 'Interviú'. La cosa es que 'Tiritri', pese a sus excentricidades, desfachatez y boca rebosante de insultos y desprecios, armó un equipo excelente para Segunda a base de prometer el dinero del que no disponía e hipotecar el futuro de la entidad hasta casi su liquidación, como después lo sentenció la Justicia mercantil. La grada se emocionó con un personaje al que acabó detestando, a la prensa se la amordazó y los De Lucas, Rubén Navarro, Bodipo y Nené, todo hay que decirlo, se hincharon a marcar, hasta 62 goles,para devolver al Alavés a Primera en Elche el 12 de junio de 2005 (1-2) con una semana de adelanto sobre el final. Cuarto ascenso, el primero en la distancia hasta el de ayer en Las Palmas de Gran Canaria. La alegría solo duró un año.

El hechizo de Bordalás y una plantilla granítica

  • «¡Yo sin ti, Bordalás, no sabría cómo subir. Llévame a Primera, llévame a Primera!» Y ahí que lo llevó un tipo de los que a nadie deja indiferente. El alicantino se ganó a la grada, que lo tuvo por ídolo, con unos cuantos jugadores de su estilo que los exprimió hasta devolver al Alavés a la cima una década después, de las más trágicas en albiazul. En ese tiempo, toca recordar, la sociedad anónima había pasado por una humillante intervención judicial como consecuencia del expolio de Piterman y librado de la quiebra, además de escapar del descenso a Segunda B en 2014, ya con Josean Querejeta al frente de la reconstrucción, de no ser por la cabeza de Guzmán en el muchas veces rebobinado duelo de Jaén. Solvente, eficaz, bravío, rocoso, aborrecido por los contrarios... Valen los calificativos para el Alavés de Bordalás que subió el 29 de mayo de 2016 con un 2-0 al Numancia en casa. Aquel de los Pacheco, Laguardia, Sergio Mora, Manu García, Juli y Toquero se fue hasta los veintiún triunfos, casi la mitad (diez) como forastero. Se pasó veintisiete semanas entre los dos primeros -trece como líder-. Y gracias a aquel plantillón granítico que conectó con una hinchada renacida, fiel, fanática y entregada, la institución deportiva disfrutó luego de seis temporadas consecutivas en la élite, su mejor racha.

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