Tras el disgusto, resurge el alavesismo
Al cabo de 89 días. Apenas tres meses después de caer a Segunda, Mendizorroza recibe de noche a su hinchada. Pasado el mal trago, toca afrontar un nuevo año con ilusiones. La de ascender se palpa
mikel uriarte
Viernes, 19 de agosto 2022, 00:32
Está en marcha una nueva temporada futbolística desde la normalidad. Dos años después. Sin restricciones, como sí ocurrió el pasado curso en sus primeros meses,cuando los aforos estaban limitados. Ahora todo ha cambiado. Para bien. Incluso la categoría donde milita el Deportivo Alavés. Pero siempre queda algo intocable, el calor de Mendizorroza, el rugir de un público bullicioso que empuja a los suyos hasta el segundo final en favor de la victoria.
Aunque ya no esté Pacheco, a pesar de que el primer rival en casa no sea el Real Madrid sino el Mirandés y frente a los horarios y todavía de vacaciones, los irreductibles albiazules vuelven a la grada. Demandan más fichajes, que no haya fútbol los lunes o que las goteras se tapen, pero aun y todo siguen del lado de su equipo. Porque no saben ni quieren hacerlo de otra manera. Han visto al 'Glorioso' penar por campos de Tercera y Segunda B durante mucho tiempo y ahora es cuando valoran de verdad las seis campañas seguidas en la Liga Santander, un récord. Si estuvieron entonces, cómo no van a estar ahora.
Otros alicientes
Encima buscan el lado positivo de jugar en Segunda: ver a su equipo no sólo en casa, sino seguirlo a lugares cercanos y de cómodos desplazamientos: Miranda de Ebro, Santander, Burgos, Eibar, Huesca, Oviedo, Gijón... Incluso alguno más lejano como Leganés fue testigo el sábado del peregrinaje de decenas de ansiosos hinchas que celebraron como nadie los goles de Miguel y Sylla y por ende la primera victoria de la era Luis García. El disgusto del descenso es menor con un arranque así. Las ilusiones están renovadas, como el abono. Una cosa lleva a la otra.
Después de tres campañas de sufrimiento y angustia en Primera, es hora de encontrar alicientes que por lo menos sigan alimentando la loca pasión albiazul. Y en la hinchada alavesista siempre los ha habido. Así que ahora no va a ser menos, aunque el alavesismo asume que el camino será largo y que nada estará dicho hasta el final. Ejemplos recientes de éxito o fracaso con otros rivales los hay. Y en ello debe fijarse el bando vitoriano para trazar su hoja de ruta competitiva desde ahora y hasta que concluya el ejercicio.
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Familia Domberen | Padre e hijos
«Si hubiera estado Manu García otro gallo hubiese cantado»
En casa de los Domberen se siente en albiazul desde hace décadas; más bien desde que el patriarca Javier empezara a ver a su equipo por aquellos campos de Tercera e incluso de Regional. Luego inoculó la pasión a sus hijos David y Jon. «Llevo más de cincuenta años de socio y me fastidió haber bajado por los vagos que ha habido. Si hubiera estado Manu García, otro gallo habría cantado. Ese sí que sentía los colores», proclama el cabeza de familia.
A Jon no le traumatiza tanto el regreso a Segunda. Entiende que es el lugar natural de la escuadra albiazul, aunque ahora ya no vaya a ver al Real Madrid, Athletic, Barca o Real Sociedad por ejemplo. «Hemos visto más al Alavés en Segunda que en Primera. Estos años han sido un regalo. No creo que sea para echarse las manos a la cabeza, aunque sí es verdad que cómo ha sucedido el descenso. es doloroso. Los vitorianos no son valorados dentro del club y a veces hacen falta», demanda Jon.
Aprender a perder
Su hermano David destaca el ambiente previo a cada encuentro en Mendizorroza, los cánticos, las sensaciones... «Si a todos nos enseñaran a perder, más triunfadores habría en la vidad. Lo importante es que quedas con los amigos para tomar algo antes de entrar el campo y luego, animar a los jugadores». Relativiza todo lo que rodea al fútbol profesional porque entiende que no es lo prioritario para él. «La vida tiene cosas peores y no pasa nada por bajar. Obviamente que queremos estar en Dortmund, pero sabemos quiénes somos», asume David con absoluta normalidad.
Los miembros de esta familia no ocultan su desagrado con los horarios de los partidos, algo que a su juicio no ayuda a enganchar a los aficionados. Con más de tres décadas de abonado y algún año menos su hermano, ambos tienen claro que nunca dejarán de lado al Deportivo Alavés, esté donde esté. «De este equipo no te haces por los triunfos, es un sentimiento», zanja Jon.
Mientras su padre recuerda al malogrado Sarasola, David se congratula del aumento de camisetas albiazules por las calles de Vitoria. «Ver a los chavalitos con ella tiene que servir para que los jugadores y los directivos pongan también de su parte y den lo que la gente da», les reclama.
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Charo y Elvira Sarralde | Hermanas
«Nos gustaría que no hubiera tanto cambio de entrenador»
as hermanas Sarralde acuden a Mendizorroza desde hace más de veinte años de manera regular. Tienen grabado su asiento en la grada de Polideportivo. Van solas, sus maridos ocupan otras tribunas del campo. Reconocen no saber mucho de fútbol ni de sistemas, pero se lo pasan bien. El ambiente que se genera cada jornada que 'El Glorioso' juega de local es inigualable. «No nos queda más remedio que hacernos a la idea de que este año no veremos fútbol de Primera. Cuando descendimos en Valencia, me cabreé mucho, pero luego se me pasa rápido», cuenta Elvira.
Charo fue quien le metió el gusanillo hace veintiún años. Casualmente, la temporada siguiente a la final de Dortmund un socio dejó el asiento que tenía a su lado y fue cuando a partir de entonces ambas empezaron a sufrir y gozar juntas. «Ahora jugamos contra el Mirandés y hay que darles en los morros. Me acuerdo todavía de lo que nos hacía Pablo Infante. Hay que ir a por ellos», proclama Charo.
A su juicio, las razones del descenso tienen que ver con la poca continuidad por un bloque y los continuos cambios en la configuración de la plantilla cada verano. «Muchas veces nos traen los retales de todos los rivales y así es difícil conseguir el objetivo de manera holgada. Llevábamos dos años en el alambre y al final nos hemos caído», lamenta Charo, mientras que Elvira demanda que los proyectos tengan credibilidad y no tanto vaivén. «Me gustaría que se formara un equipo de verdad. Si se logra el ascenso y luego vas cambiando a toda la plantilla, creo que de poco vale. Además, es importante que se crea más en el entrenador, porque tanto cambio no es bueno», critica. Charo va más allá y pide «a Josean Querejeta que se comprometa más en la construcción del equipo».
La cantera
Su alavesismo les lleva también a valorar más si cabe a los de casa. La marcha de Manu y Martín en apenas un año ha dejado huérfanos de referentes vitorianos. Por eso consideran que la cantera debe tener mayor peso en el futuro. Apostar de verdad. «En Ibaia y en Vitoria seguro que hay buenos jugadores. Lo que hay que hacer es darles una oportunidad y creer en ellos», manifiesta Charo. quien junto a su hermana Elvira estará hoy en su asiento de Polideportivo.
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Iker Resa | Socio del Alavés
«Ser del Alavés es sufrir, aunque ahora tenemos otras ilusiones»
Este integrante de la Peña GinTonic Albiazul ha vivido para y por el Deportivo Alavés desde hace años. A finales de los noventa trabajó en el club como responsable de los accesos. Pero para entonces su pasión por los colores albiazules estaba más que demostrada. Cierto que sus funciones no le permitían expresarse en el campo como lo hace ahora. De entrada con su camiseta y bufanda cada quince días. Actualmente se sienta en la grada de Preferencia, aunque hasta hace un par de campañas era habitual de Cervantes. «A mí no me sorprendió el descenso. Tal y como iban las cosas las temporadas anteriores, podía suceder. Bastante que aguantamos hasta el final casi con posibilidades de permanencia», comienza diciendo.
Es de los que piensa también que ver a su equipo en la Liga Smartbank no es ningún fracaso. «Ya hemos vivido otros cursos en esta categoría. Lo que sí debemos hacer es adaptarnos a otro tipo de rivales». Su sentimiento va calando en su hijo de 8 años. «Le he hecho socio para esta temporada y quiero meterle también en la peña para que pueda venir a algún desplazamiento. Ser del Alavés es sufrir. Realmente han sido tres años duros, aunque ahora tenemos otras ilusiones», zanja Resa.
Pese a la victoria en Leganés, advierte de que el actual plantel debería completarse con la llegada de algún jugador de calidad. «Echo en falta alguien de más nivel. Si eres un aspirante a subir, necesitas algo más de enjundia en ataque. Hay que ser ambiciosos. ¿Qué queremos, subir o estar en mitad de la tabla?», se pregunta sin tapujos.
El público
A lo largo de estas últimas campañas ha viajado por varios campos y tiene claro que público como el de Mendizorroza hay pocos. Es un valor añadido que conviene no sólo conservar sino reforzar. «Lo mejor para mí es la afición. Lo que vemos en 'Mendi' no se ve en casi ningún estadio. Por eso quiero meterle al crío la vena albiazul, para que vaya viendo desde pequeñito lo que es ser del Alavés, ese sentimiento que nos lleva a estar con el equipo pase lo que pase», apunta Iker Resa.
Él por ahora se apunta al duelo ante el Mirandés con su bocadillo y sus amigos de Preferencia, con el objetivo de celebrar el segundo éxito del curso 2022-23. .
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Raúl Gómez y Ane Fernández de Landa | Matrimonio
«Lo básico es lo que se vive alrededor del Alavés y los desplazamientos»
Raúl Gómez no ha vivido todavía el primer encuentro de la nueva temporada en Mendizorroza y ya tiene montado su inicial viaje, a Ibiza la próxima semana junto a su padre, su hermano y su sobrino. «Es lo bueno de esta categoría, que hay muchos destinos en poco tiempo, aunque éste es verdad que es de los lejanos. Pero al ser todavía agosto nos hemos liado la manta a la cabeza y allí iremos», revela.
Lleva 27 años de socio junto a su mujer, Ane Fernández de Landa. Se sientan también en Preferencia y desde ahí aventuran una campaña mejor para sus corazones. «En Primera no ganas tantos partidos como en Segunda. Lo que me ilusiona es que vuelve el fútbol. En esta categoría también se disfruta. Hay desplazamientos cercanos y con rivales históricos», se felicita.
En esa línea se muestra Ane. «El Alavés es el argumento para pasar muchos fines de semana por ahí. Lástima que yo tengo que trabajar y no puedo ir a Ibiza, pero me hubiese gustado mucho», desvela, al tiempo que no se muestra muy convencida de que se vaya a lograr el retorno a la máxima categoría a las primeras de cambio. «Lo veo complicado, aunque siempre seremos del Alavés. Ya estamos avisados con el descenso. Creo que a nadie le sorprendió. Y el año anterior nos salvamos por los pelos».
Y es que una cosa es querer y otra poder. Y si no se ponen los medios, menos argumentos habrá para ilusionarse con una vuelta a la liga de las estrellas. «¿Por qué es tan bajo el límite salarial? Me da que no se apuesta de verdad», apunta Raúl Gómez. Eso sí, sus principios futbolísticos no van a variar. «Estuve en Alegría o Abetxuko. ¿Cómo no voy a seguir? Lo básico es lo que se vive alrededor del Deportivo Alavés», valora.
Decepeción inglesa
El sábado no sufrió mucho, pese al susto final. «Hubo sendos errores de la defensa y el portero que estaban mal posicionados, pero menos mal que había fuera de juego en el segundo gol del Leganés. Que sean así el resto de partidos», anhela Raúl. Tanto él como su mujer estuvieron hace meses viendo un partido en Inglaterra y para nada envidiaron lo vivido. «Nos quedamos un poco decepcionados porque esperábamos otra cosa. Lo que más me gusta de 'Mendi' es el ambientazo», dice Ane.
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