El bilbaíno José María Mateos, seleccionador nacional

El 30 de abril de 1922, hace cien años, se jugó en Burdeos el partido Francia-España. Aquel día se estrenó como seleccionador nacional José María Mateos, el periodista bilbaíno que tuvo gran influencia en la difusión del deporte y en la visión de la historia del Athletic, contribuyendo a formar el imaginario histórico. Mateos fue seleccionador hasta 1933, con la interrupción de un par de años, y dirigió a la selección en 24 ocasiones, con 17 victorias, 3 empates y 4 derrotas, un buen saldo. Es quien ha ejercido el cargo durante un mayor espacio de tiempo y el de más partidos hasta que le superó Kubala, ya en los años setenta.

«España ha conseguido sobre Francia una gran victoria. En campo francés y con árbitro belga el equipo español ha marcado al galo cuatro tantos a cero»: así contaba 'El Noticiero Bilbaíno' el partido de Burdeos. «Si se dice que estamos atrasados en foot ball habrá que creer que las demás naciones lo están aún más».

En Bilbao el fútbol tenía poco más de un cuarto de siglo, pero levantaba expectación y servía como forma de medir el prestigio. José María Mateos Larrucea había nacido en Bilbao en 1888. Era hijo de un médico militar andaluz, afincado en la villa y casado en segundas nupcias con la bilbaína Guillerma Larrucea. José Mª fue hijo único y quedó huérfano a los siete años y a cargo de tres tías, hermanas de su madre. Estudió en el Instituto Vizcaíno y en los Escolapios, que tenían un campo de fútbol de la Campa de los Ingleses. Allí se inició en el deporte, que hubo de abandonar por una lesión.

Cursó un par de años en la Universidad de Deusto, preparando el ingreso en la Escuela de Ingenieros, pero abandonó los estudios para dedicarse al periodismo. Comenzó en 'El Porvenir Vascongado' y en 1910 se incorporó a 'La Gaceta del Norte', de la que fue cronista deportivo en la época en que los deportes comenzaban a adquirir importancia social.

Fue una personalidad señera en Bilbao. Cuando en 1917 se constituyó la Federación Atlética Vizcaína, Mateos, que la integraba en representación del Club Deportivo, fue el primer presidente. También presidió, más adelante, la Federación Vizcaína de Fútbol. Participó en la fundación de la Asociación de la Prensa de Bilbao (1912) y fue director de la 'Hoja del Lunes' cuando se fundó en 1926. Tuvo un lugar destacado en la gestación legendaria de la imagen del Athletic, del que fue hincha apasionado: era fama que los resultados de los partidos le afectaban drásticamente al humor.

La selección española de fútbol se había formado en 1920, para participar en los Juegos Olímpicos de Amberes, donde nació la imagen de la «furia española». Evoca a los tercios de Flandes, pero no surgió estrictamente del ímpetu utbolístico sino de la agresividad desplegada. Fue en el partido con Suecia cuando Belauste habría gritado «¡A mí el pelotón, Sabino, que los arrollo!», pidiéndole el balón a Sabino Bilbao Líbano (ambos del Athletic) metiendo el gol y derribando al portero y a tres defensas.

En abril de 1922 José Mª Mateos fue nombrado seleccionador nacional a instancias del que fue presidente del Athletic Ricardo Irezabal, que tenía mano en la federación. El puesto de seleccionador era compartido. Lo ejercía una especie de comisión técnica, compuesta por tres miembros, que eran periodistas, a los que se atribuía especial conocimiento. Inicialmente Mateos compartió el puesto con Manuel Castro González, de Vigo, y el donostiarra Salvador Díaz Iraola El triunvirato servía para compartir las críticas, a veces muy aceradas, y para que los responsables presenciasen el mayor número de partidos posibles, ahorrando gastos de viaje. Por otra parte, Mateos estudió en profundidad normas, reglamentos y tácticas.

El funcionamiento a tres tenía sus complicaciones. Por ejemplo, la composición del equipo que jugó en Burdeos el 30 de abril fue decidida tras una larga deliberación. Los tres seleccionadores no se pusieron de acuerdo en el equipo hasta las tres de la madrugada. Jugaron dos del Athletic (Travieso y Acedo) y tres del Arenas de Guecho (Vallana, Careaga y Peña). Como era habitual en la época, jugaban dos defensas, tres medios y cinco delanteros.

Los relatos del partido tienen gran carga épica, como era frecuente. Presentan una curiosidad. Por entonces la actuación del árbitro solía ser analizada con gran detalle, como si fuese un tercero en discordia. También sucedió en aquella ocasión y hubo acuerdo en que el árbitro, Van Praag, cortaba cualquier penetración de España en el área francesa, cuando iban ya ganado por goleada. El árbitro lo justificó: «No le parecía cortés que España hiciera más goles». O sea, que el árbitro se atribuía la capacidad de influir en el resultado, siquiera por cortesía.

Hasta 1927 José María Mateos fue seleccionador acompañado por otros dos. Desde 1929 lo fue en solitario.

La victoria de España sobre Inglaterra el 15 de mayo de 1929, bajo la dirección de Mateos, alcanzó caracteres legendarios, por producirse contra los inventores del fútbol, de gira triunfal por Europa. Habían batido a Irlanda del Norte, Gales, Escocia, Francia y Bélgica: Inglaterra nunca había sido derrotada en el continente. El partido se jugó en Madrid y la expectación fue enorme; el estadio estaba repleto y el partido fue retransmitido por radio, de los primeros de la selección que tuvo ese tratamiento -el primer partido de fútbol radiado en España fue al parecer la final de Copa de 1927, celebrada en Zaragoza entre el Real Unión Club de Irún y el Arenas Club de Guecho, un logro conseguido por la Unión de Radioyentes Vizcaína, que pidió ayuda a la Unión Radio de Madrid-.

El resultado del España-Inglaterra fue 4-3. Una multitud asaltó el campo y paseó a hombros a los jugadores durante una hora. Se entendió que el equipo de José Mª Mateos había llegado «a la perfección más absoluta». Era «la mayor hazaña de nuestro fútbol en sus andanzas internacionales», aseguraron en Bilbao, felicitándose porque no se había cumplido el pronóstico del árbitro, Mr. Langenus, también belga, que tras dirigir en marzo el España-Portugal, aseguró que España tendría suerte si sólo perdía por 0-3 con Inglaterra. Decididamente, los árbitros estaban presentes en varias facetas del juego. Langenus llegaría a arbitrar la final del primer campeonato del mundo, el de 1930, en Uruguay, Uruguay-Argentina (aceptó el encargo tras recibir garantías, un seguro de vida y el compromiso de embarcarlo rápidamente con destino a Europa).

José María Mateos tuvo un papel destacado en la construcción de la imagen histórica del Athletic. Precisamente en 1922 publicó la que fue la primera historia del equipo. Algunas de sus afirmaciones, discutibles, han pasado a la imagen del mismo. Según Mateos, fue creado desde el gimnasio Zamacois (lo mismo que el Club Deportivo) y en conversaciones celebradas en el Café García -estaba en la Gran Vía, esquina Verástegui- en 1898, extremos sin base documental. Esa secuencia demostraría que el Athletic es más antiguo que el Barcelona, lo que seguramente no fue ajeno a la intención del autor. En 1948 escribió una nueva historia del Athletic. Publicó también un relato de su vida como seleccionador.

José María Mateos fue vocal de la Sala Cuna y Hospital de Huérfanos de Bilbao y secretario de la Junta Provincial Antituberculosa de Vizcaya, así como concejal de Bilbao. Murió en 1963. Desde doce años antes estaba mutilado de una pierna y perdió la vista hacia 1960. De sus palabras al despedirse del cargo de seleccionador se deduce que la responsabilidad tenía sus complicaciones, en la forma de anónimos, algún insulto o presiones para que seleccionase a uno u otro. Sin embargo, confesaba que, en general había recibido siempre el apoyo de clubs y jugadores.

• Temas
• Selección española de fútbol
• Historia de Bizkaia