San Prudencio, octogenario y concurrido
Se cumplen 80 años de la inauguración del monumento al patrón de Álava en Armentia. Lo pagaron los vitorianos de su bolsillo
Miércoles, 29 de abril 2020, 00:52
Se encuentra en uno de los caminos más concurridos y por el que antes del confinamiento se hacía imposible andar sin rozarse con alguien. Sin embargo, el monumento a San Prudencio cumplió ayer en soledad los 80 años desde su inauguración en la avenida del mismo nombre.
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La historia del levantamiento de esta escultura la cuenta José María Bastida, conocido como 'Txapi'. El estreno se produjo el 28 de abril de 1940, aunque la primera piedra se colocó tres años antes, en plena Guerra Civil. En un momento en el abundan los símiles bélicos, resulta complicado establecer relaciones entre la crueldad del hombre y la provocada por una enfermedad. El trompetero y txistulari, además de gran conocedor de la historia alavesa, indica que los festejos durante los años 40 eran muy diferentes a los que conocemos, esos que se han trucando ahora.
«Entonces no había prácticamente fiestas como las actuales, aunque sí se mantuvieron las retretas durante la Guerra Civil. Sin embargo, las sociedades gastronónicas ganaron peso sobre todo en los años 50», explica Bastida, quien ha publicado un detallado artículo en el blog de Celedones de Oro acerca de esta conmemoración.
La contienda española tampoco impidió que en 1937 se celebrara un oratorio al que acudieron las autoridades antes de colocar la primera piedra. Fue en la Basílica de San Andrés de Armentia, que pasaría a llamarse de San Prudencio en 1970.
La idea de levantar un monumento en honor al patrón surgió por suscripción popular. «Esto era muy típico en la época. También ocurrió cuando se planteó el desfile de gigantes y cabezudos o para levantar la cruz de Olárizu», señala 'Txapi', quien se despidió el año pasado como director de la tamborrada después de 19 años al mando.
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Esa primera piedra se puso en un acto oficiado por el alcalde Rafael Santaolalla, como detalla Bastida en su investigación. En la documentación con la que cuenta este vitoriano apasionado por las costumbres, se comenta que el propio edil mencionó que la idea se debía, además de a la petición popular, a la iniciativa de «dos benémeritos y modestos periodistas» locales.
«Hay un detalle en el que no he podido indagar a causa de la crisis del coronavirus. Se habla de esos 'periodistas', pero no he podido comprobar quiénes fueron», comenta. Para encontrar ese dato tenía previsto bucear en la prensa de la época, que se encuentra en el Archivo del Territorio Histórico de Álava. Con el confinamiento no es posible realizar la búsqueda. «Y es una labor de chinos hacerlo en el ordenador», indica acerca de las dificultades para encontrar algunos recortes de periódicos antiguos a través de Internet.
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En el repaso a la historia del monumento, Bastida resalta que a menudo ha habido una atribución errónea de la autoría del monumento. El proyecto fue realizado por José Marín Bosque y José Gregorio López Goicolea. Ambos formaban una sociedad y tenían un taller en la calle Fray Zacarías Martínez. La pareja firmaba sus colaboraciones como Marín y Goicolea.
«Esto ha llevado a confusiones y a pensar que era un único escultor. De hecho, en una enciclopedia de gran prestigio en el País Vasco, figura un escultor que nunca ha existido con el nombre de José Marín Goicolea», explica el músico acerca de la construcción en piedra. «Basta que en una publicación se recoja un dato erróneo para que se extienda, como el coronavirus», resalta Bastida, quien ha identificado estas informaciones falsas para recorrer la historia de un monumento que este año no ha podido ser ese gran decorado festivo.
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