Les Greene: «Ya no me preocupa encajar en un sonido, por eso canto sobre mis desamores o depresión»

Les Greene (Baltimore, 1990) ha pasado en unos pocos años de tener miedo a alzar su voz soul y movimientos hipnóticos frente al público -«al exponerme, me preocupaba que me juzgaran»- a enfrentarse en una gira internacional a miles de espectadores, como ocurrirá esta madrugada en el escenario 'Trashville' (a la 1.00 horas, en 'Trash a go-go!') del festival Azkena Rock de Vitoria.

- ¿Qué caracteriza su puesta en escena? Debe saber que si canta en 'Trashville' es porque su 'performance' es especial.

- Creo que mis actuaciones son puras porque no están demasiado preparadas. Esta vez, apenas he tenido tiempo de ensayar con la banda (a principios de mes actuó en Barcelona), pero sé que el espectáculo va a ser completamente loco. Porque conecto con la banda, ellos confían en mí y necesito que lo hagan para no llevar al público una actuación de mierda. Sólo así se transfiere la energía para que todo el mundo participe y mi 'show' se convierta más en una experiencia que en un espectáculo.

- Defiende la necesidad de recordar las raíces de la música porque ésta «se está volviendo loca». ¿A quién pretende evocar con sus canciones?

- Esa «locura» a la que me refiero no tiene por qué tener un sentido negativo. Quiero decir que la música se ha llevado a lugares donde no ha estado nunca, pero también creo que nadie está prestando atención a dónde empezó, de dónde vino, y que muchas de las canciones actuales que a la gente le encantan, rescatan algo del pasado para hacerlas especiales. Es importante saber de dónde vienes para tener claro a dónde vas.

- Y... ¿de dónde viene usted?

- Little Richard es mi ídolo porque es un hombre 'queer' negro como yo, que estaba orgulloso de ser quien era en 1950 y yo lucho cada día con mi forma de ser. Él es mi inspiración para no temerle a nada. Estamos aquí y nos vamos a morir, así que conviene que seamos nosotros mismos.

- Pudo interpretar una canción escrita por él ('Tutti Frutti') para la película reciente sobre la biografía de 'Elvis'.

- La grabé en Nashville en 2019, en una sola toma, completamente emocionado, y como hasta 2022 no se publicó la película, pensé que no iba a ver la luz. Así que me olvidé, grabé mi música y traté de sobrevivir con la pandemia de por medio. Cuando se publicó, fue una gran sorpresa. Y eso, probablemente, me ha ayudado más en mi carrera que haber estado en el programa American Idol (como un 'Got Talent', versión americana), donde me posicioné entre los mejores 50 concursantes.

- Habiendo llegado a este punto, verá lejanos sus comienzos musicales tocando en la calle.

- Sí, y antes de eso sólo cantaba cuando no había nadie a mi alrededor. Me daba miedo exponerme al público, me preocupaba que me juzgaran. Cuando era más joven era muy sensible, poco sociable y no me arriesgaba a ponerme en situaciones donde pudieran hacerme daño.

- ¿Qué le hizo cambiar?

- Me sigo poniendo nervioso, pero creo que correr más riesgos me hizo superar el miedo escénico. También mudarme a Key West me permitió estar más cómodo conmigo mismo.

- Allí se convirtió en el vocalista de 'The Swayzees'. ¿Compagina la banda con su proyecto en solitario?

- Sí, aunque ha cambiado mucho, pero cuando estoy en Florida toco con ellos. Igualmente quise empezar con 'Les Greene' porque escribía canciones que no encajaban en el rango de música retro que tocamos y me divertía mucho haciéndolas. Las mías son más alegres y bailables, muestran más mi personalidad. He escrito montones de temas sobre desamor, depresión o cualquier cosa que me pasa y normalmente no las publicaba porque quería sonar como una cosa cosa en concreto, encajar en un sonido. Ahora simplemente he dejado de preocuparme por ello.

- ¿Teme no encontrar en su público la misma buena respuesta que tenía hasta ahora?

- A mucha gente no le gustó 'Pick a Fight', pero escribí esa canción para mí exprometida, y así es como la escuché en mi mente. Debía recordar a ese dibujo animado que solía ver de niño, 'Los Rugrats', y quería que sonara inmadura porque así era nuestra relación. Realmente no me importa si a nadie le gusta porque quedó exactamente como lo deseaba.

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