Demolition 23 y Sheryl Crow. A la derecha, Yahvé M. de la Cavada,director artístico del festival.

Azkena Rock 2024

El arte de «afinar» con leyendas y bandas del momento

De la Cavada, director artístico, cuenta cómo es la contratación de bandas. «No queremos ser un macrofestival»

Jueves, 20 de junio 2024, 00:11

Lo primero es aclarar que es eso de 'booking agent', el cargo que ocupa Yahvé M. de la Cavada en la compañía Last Tour, detrás del Azkena. «Dentro del festival sería el director de contratación de los artistas. Trabajo para diseñar el cartel con un equilibrio entre lo que querríamos y lo que podemos», resume De la Cavada, que lleva desde 2018 también como encargado de seleccionar las bandas y «echar el pulso» en la negociación para que elijan tocar en Mendizabala frente a otras eventuales ofertas.

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Uno de los inconvenientes a los que se encuentra cualquier programador musical es puede ser la diana de críticas. Porque haya quien prefiera otras bandas u opinen que cualquier otra edición fue mejor. En esta ocasión, la presencia de Arde Bogotá ha hecho que algunos 'azkeneros' levanten la ceja al considerarlo un grupo demasiado blando. «En el foro del Azkena –foroazkenarock.com, una web que lleva 20 años en funcionamiento– se han quejado tanto de Arde Bogotá que le hemos propuesto que a esa misma hora (viernes, 23.00) presenten en la carpa 'Rat Hole', de Trashville, su libro y tengan un par de actuaciones musicales de gente cercana al foro. Cosa que han aceptado encantados», señala.

Hasta ese extremo llega la cercanía con el público de la organización. Entre bambalinas, ese trabajo de De la Cavada supone una satisfacción cuando bandas muy queridas del festival, como Queens of The Stone Age, firman volver a Mendizabala. Antes de eso tiene que haber reuniones, permanece atento a las giras y permanece en contacto con los agentes para cerrar fecha y hora. ¿Cuánto tiempo pasa desde la primera oferta a una banda hasta que se cierra el 'fichaje'? «Es difícil de saber, pero en general son muchos meses. Como ejemplo, para el año que viene estamos ya negociando con 15 o 20 artistas», apunta. Hasta año y medio antes de la celebración se inicia ese encaje de bolillos.

Reuniones en exclusiva

En esta 22 edición del festival Azkena se cumple un viejo anhelo: contar con Sheryl Crowd. «Costó mucho y diría que fue la que más tiempo nos llevó», sostiene este profesional que es conocido también por su labor como crítico musical en diferentes medios de comunicación.

Pero más allá del tiempo que puede pasar hasta que coincide que una artista estadounidense gira por Europa entran otras variables. «Hay que afinar todo mucho porque el Azkena no es un macrofestival ni pretende serlo», comenta el programador artístico. Entre esas dificultades se encuentran las preferencias de algunas bandas. «Hay grupos internacionales que no hemos podido contratar porque tan solo quieren tocar en Madrid».

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La propia contratación de la banda de Josh Homme, «ídolo del festival» ha sido posible debido a que encajaba dentro de una minigira con otras cuatro fechas españolas. «Conocen y recuerdan muy bien el festival». A esos grupos que aparecen en la parte alta del cartel, al igual que Band of Horses o Mavis Staples –una «leyenda absoluta que deberíamos ver como quien va a misa»–, se suman encuentros excepcionales.

Entre ellos, la reunión de Demolition 23, liderada por Michael Monroe. «Una banda que no ha tocado nunca en toda su historia en Europa y lo hace en el Azkena», recuerda De la Cavada. Otras cita especial es la de The Pleasure Fuckers, que desde el fallecimiento de Kike Turmix en 2005 no se había subido al escenario.​

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– ¿Entre qué cifras se encuentran los cachés de los grupos?

– Esto me compromete, pero ni de lejos son tan grandes como un macrofestival, algo que el Azkena tampoco quiere ser.

En esa parte de gestión señala que hay «bandas que querrían venir y no podemos pagarles y otras que sí se bajan un poco de donde están para hacer el festival». No es habitual ni mucho menos. «Digamos que el dinero manda en el 80% de los casos», reconoce De la Cavada, que apunta que los contratos depende mucho del momento de la carrera de cada formación. «Si yo te digo una cantidad sería un dato que caduca en una semana. Hay bandas que cobran diez veces más que hace seis meses».

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