«Vivo muy profundamente el folklore y me vuelco por Santurtzi»
Los Formidables de Bizkaia (VI) ·
Raimundo Flores, más conocido como 'Mundi', tiene una larga y laboriosa trayectoria centrada en recuperar las tradiciones de la localidad marinera que se daban por perdidas, como es la comparsa de gigantesDiana Martínez
Lunes, 20 de enero 2020, 02:17
Bailarín de profesión, Raimundo Flores –más conocido como 'Mundi'– ha dedicado su vida a trabajar por la conservación del folklore en su hogar, Santurtzi. Aunque nació en Portugalete en 1954, él es santurtziarra de corazón. Y lo demuestra con una larga y laboriosa trayectoria centrada en recuperar las tradiciones del municipio marinero que se daban por perdidas y olvidadas. «Siempre me ha preocupado conservar las costumbres y tradiciones de Santurtzi, con el tiempo las cosas se acaban perdiendo». Un claro ejemplo de ello son los gigantes y cabezudos, un proyecto que se remonta a noviembre de 1995, cuando su hermano se enteró de que un par de gigantes estaban guardados en el almacén municipal situado en el cine. «Fui y me los encontré al fondo, patas arriba y muy degradados. La sardinera no tenía cesta y al pescador le faltaba el arpón».
Los componentes del grupo de danzas Mendi Alde –del que 'Mundi' es presidente– llevaron a cabo un estudio que presentaron al Ayuntamiento para recomponerlos y devolverlos así a la vida, pues «lo que no se ve no existe», admite. Fabricados por Pedro Goirena y Jesús Uranga en 1979, las figuras restauradas de la sardinera y el pescador se volvieron a sacar a la calle en 1996 por las fiestas de El Carmen. Actualmente estas dos figuras, ya obsoletas, se encuentran en el Museo del Mar de Santurtzi. «No podía dejar que quedaran olvidadas otros ochenta años en el almacén», señala.
Ya en abril de 2001 se optó por crear una nueva comparsa con cuatro principales personajes. La sardinera y el pescador, figuras arraigadas dentro de la vida tradicional de la localidad marinera, y el minero y la lavandera de mineral, pues hasta 1901 el pueblo se extendía desde la costa hasta los montes de Triano, cuna del mineral en Bizkaia. El nuevo elenco del municipio, con alrededor de 40 kilogramos –«pesan una pasada»–, causaba una gran expectación en la ciudadanía.
En 2005 se unieron a la comparsa otros cuatro gigantes 'txikis', de 15 kilogramos. «Queríamos representar a personajes populares del pueblo en homenaje a su labor», rememora. Así, se tomaron como ejemplo los rostros de José María González Barea, 'Currito' –ilustre mesonero que hizo que el nombre de Santurtzi estuviera ligado a la gastronomía–, Rosario Santín Rodríguez, 'La Bella Charo' –una de las famosas sardineras que ejercieron la venta de pescado–, Elías Bravo Olano, 'Don Elías' –un querido cura de la parroquia Virgen del Mar de Mamariga– y Sotera San Martín, 'Sotera' –el prototipo de sardinera santurtziarra–. «Al sacarles la gente se emocionaba e incluso lloraba, fue toda una motivación», admite con un brillo en los ojos. Además, estos gigantes van acompañados de seis cabezudos que también hacen referencia a personajes de la cultura popular de la localidad, que son la hilandera y el niño, el capitán de barco y el marinero, y un par de aldeanos.
Pero la gran labor de 'Mundi' no termina ahí. También ha conseguido reproducir un emblema de Santurtzi como son las cestas originales de las sardineras. «Todo un trabajo», dice en tono jocoso. Y es que en 2001 se llevó a cabo una representación teatral acerca de la lucha de San Jorge contra el dragón. «Una historia que tenía que resucitar». Una obra de corta existencia –debido al enorme trabajo que costaba, se realizó solo en 2001, 2003 y 2004– llamada 'Gora Santurtzi'. Salían dragones, San Jorge y sardineras, entre otros personajes. Pero había un problema, y es que no tenían cestas para el pescado. «Fui al Museo Vasco de Bilbao, donde tenían una cesta original, y encargué la reproducción de la misma». Así, se crearon ocho cestas que actualmente se utilizan para el Sardinera Eguna.
Homenaje popular
Para 'Mundi' todo hallazgo es valioso. Sobre todo el sorprendente hecho histórico descubierto en 2015 en una exposición de soka dantza en San Sebastián. Se trata de un vídeo en el que se muestra un aurresku que un grupo de mujeres realizó el 11 de septiembre de 1921 en el Parque Central en homenaje a los bogadores del club santurtziarra que ganaron una de las regatas de El Abra de mayor prestigio de la época. «Es el único vídeo que existe, teníamos que recuperarlo». Tras estudiar los pasos y crear una música –pues el film carecía de sonido–, se optó por recuperar este baile para el Sardinera Eguna.
De la misma manera, 'Mundi' se propuso recuperar el atuendo tradicional del municipio de cara a la procesión de El Carmen. Los pescadores, con pantalón y camisa blanca; los bogadores, de azul; y las sardineras, «todas diferentes». Además, se encarga de los trajes que llevan los dos cuadrilleros ese día. En concreto, se han creado un total de ocho trajes de remeros, diez porteadores y once sardineras, así como los de cuadrilleros.
Su empeño por la conservación de las tradiciones marineras ha devuelto la vida a Santurtzi. «Vivo muy profundamente el folklore y me vuelco por mi pueblo», admite con orgullo. Y la localidad se lo agradece. Por ello se le homenajeó en 2015 con una placa con su rostro en el quiosco del Parque Central retratado como uno de los vecinos más ilustres del municipio. «Eso dicen...», mantiene en tono jocoso, pero el detalle le hizo «mucha ilusión». No obstante, 'Mundi' deja su populismo a un lado y hace hincapié en que esta labor no podría haberlo hecho solo. Además de contar con el pleno apoyo de su mujer para todo, su hermano y su grupo Mendi Alde han contribuido enormemente en sus proyectos de conservación. «Sin ellos no podría haber hecho nada», admite.
El baile es otra de sus grandes pasiones. Un mundo en el que entró «de casualidad a los nueve años», admite esbozando una sonrisa. Acudía al colegio La Salle de Sestao debido a que su padre trabajaba en Altos Hornos. Un día, en el patio, el cura Basilio se acercó al joven 'Mundi' y un compañero. «Nos dijo que requerían nuestra presencia en la tercera planta, y a ver quién le decía que no», dice esbozando una sonrisa pícara. Allí se encontraron a un grupo de chavales bailando. «Saltos, giros, pasos... Estaba bien», reconoce. La danza le cautivó desde niño y así ha continuado hasta hoy.
Bailes por el mundo
Con el tiempo el grupo Mendi Alde ha brindado todo tipo de espectáculos en lugares remotos como Rusia, Bélgica, Holanda, Alemania... «Toda la Unión Europea menos Grecia y Suiza», comenta entre risas. La más emocionante fue en 1990 en la antigua Unión Soviética. Invitados por el Sindicato de la Construcción, alrededor de treinta miembros del grupo ofrecieron sus mejores movimientos. «Fue el primer paso para abrirnos al mundo», relata. 'Mundi' recuerda con cariño también cuando participó en un festival de baile en Polonia, en 1995, con los trajes del carnaval de Alsasua. «Causó sensación y el presidente del festival nos felicitó», relata orgulloso.
Durante los años dedicados a la danza, 'Mundi' centró su atención en un elemento particular, la alboka. Un instrumento de viento que cautivó a este santurtziarra amante del folklore. No solo aprendió a tocarla, también a fabricarla. En total, sus manos han elaborado alrededor de 200 albokas, ya sea para sus allegados como para distintos compradores del mundo, incluso de Japón o Chequia. Un trabajo que le cuesta en torno a un mínimo de diez horas cada una. Aunque la tendencia ha cambiado, pues cada vez se venden menos. «Apenas hay cien albokaris en toda Euskadi y artesanos, cada vez menos», explica. Otro factor es que para abaratar su coste hay quienes la fabrican de plástico, en vez de madera y caña. «Es una pena, así la tradición se pierde».
A pesar de todo el esfuerzo que ha realizado hasta ahora, la mente de 'Mundi' continúa pensando en proyectos para Santurtzi. «Sabríamos qué hacer y cómo, pero no dónde. Estamos investigando algo, pero no podemos adelantar nada todavía». Habrá que esperar para ver qué nueva tradición recuperará esta vez. Hasta entonces, este hombre echa una mirada atrás y expresa: «Ojalá prospere todo lo que hemos hecho».
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