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A la lista de proyectos ampliamente anunciados y no ejecutados por el Ayuntamiento de Bilbao se suma uno particularmente llamativo: el polo audiovisual previsto para Punta Zorroza. El plan era licitarlo en la primera mitad de 2024. Pero ni ha ocurrido, ni hay planes próximos de que ocurra, ni explicaciones sobre el motivo del retraso. Como factores de fondo están el complejo encaje que tiene esta actividad en una zona con tramitaciones urbanísticas pendientes y la disparidad de criterios y hasta disputas entre distintas áreas municipales a la hora de establecer la estrategia.
La creación en Zorroza de una especie de Hollywood a la bilbaína es una de las iniciativas con un enganche más claro en el diseño de ciudad. Desde hace años el Ayuntamiento y la Diputación están impulsando la llegada de rodajes, sobre todo, con incentivos fiscales. En 2023 recalaron en el territorio 151 producciones con un impacto estimado de casi sesenta millones de euros.
Para sacarle jugo a estas visitas y que dejen algo más que cortes de calles y gasto hostelero, hace falta crear una industria. Algo se ha avanzado en esta dirección con la apertura de la Escuela de Cine en Miribilla. Y también podría jugar un papel DigiPen, centro formativo que siempre se identifica con los videojuegos pero que engloba todo lo que tiene que ver con efectos digitales, propios del séptimo arte.
Es en este entorno en el que encaja tan bien el 'hub audiovisual' de Punta Zorroza, un gran plató para el que hay reservados 108.740 metros cuadrados de edificabilidad desde Molinos Vascos hasta el final de la lengua de tierra. Ahí hay cinco pabellones enormes y un chalé donde tenía oficinas el Puerto de Bilbao. La idea es utilizar esos edificios, grandes y diáfanos, para rodajes. También las calles que hay entre ellos. Incluso tienen su atractivo las ruinas y parcelas comidas por la maleza y la suciedad para recrear escenarios postapocalipticos y holocaustos zombies.
Los servicios con los que cuenta la zona son además idóneos para este tipo de actividad, porque con su pasado portuario los suministros tanto eléctricos como de agua son más que suficientes para atender los requerimientos de todo tipo de rodajes. Hay, además, salida a la ría.
En fin, que todo encaja como para que florezca una industria con raíces locales que cree empleo, además, en actividades vinculadas con las producciones cinematográficas: desde electricistas, carpinteros o sastrería, hasta aulas de formación.
Punta Zorroza ya ha sido escenario de rodajes en los últimos años y las productoras de turno han hecho ciertas mejoras en las instalaciones fantasmagóricas actuales. Eso sí, son siempre arreglos modestos, no estructurales, sostenidos en una especie de limbo urbanístico.
Y es aquí donde parece estar el problema. Hace ya dos años que el alcalde, Juan Mari Aburto, avanzó a este periódico su intención de impulsar el 'hub'. Luego se anunció la licitación para la primera mitad de 2024, y el plan era que en 2027 estuviese funcionando. Pero no ha salido.
El problema fundamental parece ser de carácter urbanístico. Desde el Área de Desarrollo Económico siempre se ha apostado por buscar soluciones imaginativas que permitiesen estimular la llegada de más actividad para subirse a este tren ahora que funciona bien. Sin embargo, el Área de Planificación Urbana ha tenido muy presente que en estos momentos está pendiente la elaboración del plan especial de Punta Zorroza, el documento urbanístico que dará cobertura a lo que se haga en el lugar. También están las limitaciones de Costas, las labores de descontaminación, la mejora del saneamiento para evitar vertidos a la ría...
Es la pugna habitual entre lo práctico y lo riguroso, entre apostar por la flexibilidad con ciertos riesgos o protegerse detrás de una rigidez más conservadora. Parece que se ha impuesto esto último. Y, entre medias, se han elaborado estudios por parte de varias ingenierías que la industria del cine ve algo alejados de sus necesidades reales.
Hay que suponer que todo lo anterior no querrá decir que cualquier avance hacia esta ciudad del cine dependa de que antes salga adelante la normativa urbanística, que llegará tras años de tramitación. Pero por el momento el Hollywood bilbaíno ha fundido a negro.
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David S. Olabarri y Lidia Carvajal
Iker Elduayen y Amaia Oficialdegui
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