Cómo advertir a las personas mayores de los riesgos que esconden las redes sociales

«Mi padre tiene 90 años y a diario consume prensa digital y canales de YouTube», responde Ovidia Soto a la primera pregunta de esta entrevista, si es un mito o una realidad eso de que a las personas mayores no les interesan ni los 'smartphones' ni internet. «Lo que probablemente les falta es compañía, formación y atención para que sepan frente a lo que están y cómo utilizarlo de una forma responsable y coherente», añade Soto, profesora del Máster en Tecnología Educativa y Competencias Digitales de UNIR, y experta en el uso seguro y responsable de internet.

Ahora no piensen 'claro, es que ella sabe cómo explicarles'. Quizá su profesión y especialidad influyan, pero sobre todo ha erradicado de su vocabulario frases como 'tú no sabes', 'para qué quieres aprender a tu edad' o 'ya lo hago yo, que seguro que a ti te engañan', que solo generan efectos negativos sobre la autoestima de quien las recibe. Además, no está de más recordar que, aunque las personas mayores suelan ser uno de los principales objetivos de los estafadores, todos estamos en su punto de mira. Y los timos y las estafas se han dado siempre así que, según Soto, en esto los mayores nos llevan ventaja. «Tienen mucha experiencia en fraudes, engaños, bulos… pero no les hemos explicado que eso también existe en el entorno digital y se llaman ciberdelitos, fraudes online u otros nombres rarísimos», subraya.

- ¿Cómo deberíamos contárselo?

- Hay que intentar que mantenga la motivación, centrarse en sus intereses. Por ejemplo, a mi padre le gusta la música, le encanta el jazz. Lo primero que hicimos para que tuviera un momento de evadirse fue plantarle un ordenador delante y enseñarle a conectarse a YouTube. Le explicamos para qué servía, cómo acceder y cómo buscar a sus músicos preferidos. Después fue descubriendo que es una red social porque hay un espacio donde los usuarios pueden comentar, dar 'like' o 'dislike'... Es una comunidad enorme a la que tiene acceso y eso le generó muchas preguntas sobre cómo comentar, cómo suscribirse a algunos canales… Y al mismo tiempo que le contábamos los beneficios, le explicamos los riesgos.

- ¿Cómo?

- Indicándole que a esa dirección de correo electrónico que le hemos creado para acceder a YouTube le puede llegar a algún tipo de fraude, que le intenten suplantar la identidad, robarle dinero… Y sobre todo, haciéndole saber que, si tiene dudas, nos puede consultar. Eso es lo más importante.

- ¿Qué señales les deben poner en alerta?

- Es complejo porque hoy en día clonan páginas web idénticas a las de una entidad bancaria, a Correos… Yo hoy mismo he recibido un WhatsApp de una persona con su nombre y apellidos, de origen extranjero y a la que no conocía. Afortunadamente el sistema de mensajería me ha advertido de que era un número de Sudáfrica. No conozco a nadie que viva allí y ahí ya saltan las alarmas.

- Los textos mal escritos también pueden encender la luz roja.

- Cuando recibes un correo con faltas de ortografía, erratas, errores gramaticales o donde quizá tampoco están los códigos de verificación de los sistemas de pago online de las agencias correspondientes… Donde algo no nos huela bien, ahí debe encenderse. Y en eso las personas mayores siempre han tenido mucho tino, más que los jóvenes.

- Cada vez se realizan más trámites online, como pedir un certificado de empadronamiento, pagar el IBI, solicitar cita con el médico.

- Sí, pero, por ejemplo, para pedir cita con el médico el software todavía es demasiado complejo para según qué edades, habilidades o competencias digitales. Muchas veces te encuentras a personas de mediana edad, que usan las redes sociales a diario, que a lo mejor no saben solicitar la cita. Y eso tiene mucho que ver con el software y el hardware. No hay nada estandarizado porque, por poner un ejemplo, el software de un teléfono Samsung no es el mismo que el de Apple y eso dificulta el aprendizaje. Por eso, si se les rompe es mejor que se mantengan donde ya controlan, en vez de comprar algo completamente distinto.

- Durante el confinamiento, hubo mayores que lo pasaron mal para poder comunicarse con sus familias…

- Entonces mi abuela estaba en un centro y, cuando nos dejaron cierta movilidad, le llevé una tablet para que al menos pudiera verla. A través de los técnicos de allí, del personal y de los profesionales podía llamar o me llamaban ellos y, gracias a la tecnología, al menos me veía. Eso era una tranquilidad para ella, además me lo decía. Lo vimos también con el actor Miguel Ángel Muñoz y su tata, cómo le instaló cámaras para poder hablar con ella y que ella pudiera avisarle y contactar con él… y él se quedaba tranquilo.

- ¿Qué otras ventajas tiene internet para los mayores?

- Hay personas mayores que se sienten solas e internet les abre otras vías de comunicación y socialización, siempre que se haga de una forma responsable y que les hayamos acompañado durante el aprendizaje. Aunque hay que tener cuidado porque puede llevar al aislamiento. Hay que acompañarles, enseñarles y advertirles de lo malo que se pueden encontrar.

- Como las estafas románticas.

- Están a la orden del día y precisamente porque ese aislamiento y esa soledad a la que llegan muchas personas mayores, por desgracia, les puede hacer encontrar a alguien en quien confiar, porque el método que suele utilizarse para conseguir algo de la víctima es ganarse su confianza. ¿Y cómo lo hacen? Los perfiles en redes sociales y el contenido que colgamos en la red o que se aloja en cualquier servidor que utilice esa red social es un libro abierto de información para los estafadores que pueden usar en su beneficio y en nuestra contra.

- ¿Qué le resultó más difícil a su padre?

- Quizá no tan complicado, pero sí le resultó molesto y, lo sigue siendo, que aparezca tanta publicidad. Pero lo que sí encuentra agradable y positivo es que se ha convertido en un producto audiovisual, porque ahora tiene imagen y le entretiene mucho más que cuando solo escuchaba la música.

- ¿Qué medidas pueden tomar para proteger su correo, sus cuentas, sus redes sociales…?

- Igual que con los menores tenemos herramientas de control parental, también existen herramientas que se llaman igual, pero para personas mayores. Hay software que se puede instalar en los dispositivos que utilizan y, de esa manera, podemos supervisar lo que consumen, aunque suene mal decirlo, y activar ciertos sistemas de seguridad, como un firewall o antivirus. Así a grosso modo podríamos bloquear ciertas cosas que podrían perjudicar al buen funcionamiento del dispositivo, o que podrían provocar que se convirtieran en víctimas de una estafa.

- ¿Cómo funcionan?

- Igual que el control parental para menores, que pregunta a la persona que tiene la gestión de la cuenta si permite que se descargue una app o comprar algo y le dices sí o no. Son muy válidas y recomendables.

- ¿Y no puede sentirse controlado?

- Ahí reside la pedagogía hecha previamente y si les hemos acompañado en el aprendizaje para que entiendan los riesgos. Enseñarles noticias sobre ello es positivo tanto para los menores como para las personas mayores. No hay que demonizar la tecnología ni el uso de Internet, pero sí deben ser conscientes de los riesgos que corren como usuarios de la red. Yo misma puedo caer y terminar siendo víctima de cualquier tipo de fraude. Todos somos vulnerables y eso hay que trasladarlo. Un ejemplo: «Oye, aunque yo doy clase de esto en la Universidad, soy perfectamente vulnerable, igual que tú y esto es lo que hago para protegerme». Ahí ya hago pedagogía, porque le estoy acompañando, le estoy dando recomendaciones y sugerencias. Mi padre fue profesor y ha pasado de enseñar a aprender, además nunca ha dejado de aprender. Y tenemos la suerte de que lo entiende y nos hace caso, aunque también tiene su límite y nos dice 'hasta aquí', pero es más flexible que otras personas mayores que conozco.

- También hay quien no quiere saber nada de riesgos o se confía demasiado.

- Pero debemos explicárselo. Si coges un coche, tienes que saber que hay personas que fallecen en accidentes de tráfico. O como los prospectos de los medicamentos. Hay quien dice que no los lee porque, si lo hace, no lo toma, pero hay que saber a qué nos atenemos. Y lo mismo como usuario de internet, tienes que ser conocedor de lo que te puede llegar a pasar.

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