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Los tratamientos de Novanor solucionan los problemas, con una garantía de hasta 30 años

Antes de la llegada del frío y de las lluvias, es conveniente hacer un diagnóstico precoz de las humedades en el hogar, para conseguir un entorno más confortable de cara al invierno. El hecho de tener una pared ‘mojada’ genera la misma sensación que un colgador de ropa húmeda dentro de cada habitación. El calor de la casa tiende a secar superficialmente las paredes, pero esa humedad se evapora y provoca un ambiente más húmedo, y cuanta más humedad hay, mayor será la sensación de frío. Esto se traducirá en un excesivo consumo de calefacción o bien eléctrico o bien de gas. Por eso, en el momento en que se elimina la humedad, se percibe una temperatura más agradable dentro de la vivienda, una mayor sensación de confort, y se logra un ahorro de energía.
Novanor, empresa especializada en humedades, se encarga de hacer un diagnóstico gratuito de cada caso. Sus técnicos se desplazan hasta el domicilio para analizar la situación y ver si se trata de un problema de condensación, capilaridad, infiltración lateral o filtración. En base a ese diagnóstico, al cliente se le plantea el tratamiento más adecuado, con garantía de hasta treinta años y además se le ofrece financiación sin intereses.

En el caso de la condensación, que se genera normalmente porque la vivienda es propensa a acumular humedad ambiental, hay personas que solamente son conscientes de la gravedad de la situación cuando ven que sale moho y manchas en las paredes. La actuación debe ser inmediata, sobre todo por motivos de salud, porque el hecho de que aparezca moho en casa va a afectar a las vías respiratorias, especialmente si residen allí personas muy mayores o niños.
Ante esta situación, un error común es limpiar y pintar las manchas, pero con eso no basta, aclaran desde Novanor. El moho es un elemento vivo y si no se elimina de raíz la causa que lo está generando, el problema se va agravando cada vez más y lo que podría ser una actuación puntual al final se puede convertir en una actuación general.
Un ejemplo de ello son las filtraciones en terrazas o cubiertas planas, aunque ocurre también en casos de capilaridades e infiltraciones laterales. Una filtración continuada de agua a través de un forjado puede acabar produciendo daños estructurales y eso conllevará un coste añadido porque se tendrán que reparar tanto las humedades como el daño estructural. Es decir, cuanto más se tarde en actuar, más problemas van a surgir, más graves serán esos problemas y más cara será la solución.
Antes de la aparición de manchas en las paredes o la descamación de la pintura, ya se puede intuir que hay algún tipo de humedad. En algunas ocasiones simplemente se percibe el olor. Suele ser el primer síntoma: la ropa puede oler en los armarios o se aprecia cuando se deja la casa cerrada durante varios días. Si huele a humedad, ahí ya hay un problema, eso no es normal, algo está pasando, insisten desde Novanor, que trabaja por toda la zona norte, a través de sus delegaciones en Cantabria, Bizkaia, Álava, Gipuzkoa y Navarra.
MÁS INFORMACIÓN
Novanor
Gran Vía, 19. Bilbao.
946 545 475
Con sedes en Gipuzkoa, Álava, Cantabria, Navarra y Madrid.
Web: www.novanor.es
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