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Bonaly luce un traje del diseñador francés Christian Lacroix en las Olimpiadas de 1992. OLYMPIC CHANNEL
Surya Bonaly, la patinadora que desafió el racismo y las normas con su mortal hacia atrás

Surya Bonaly, la patinadora que desafió el racismo y las normas con su mortal hacia atrás

La expatinadora francesa asombró al mundo con este peligroso salto prohibido en las Olimpiadas de Nagano en 1998

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Domingo, 22 de noviembre 2020, 23:17

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«Supongo que simplemente no tengo suerte», declaró a la prensa la expatinadora sobre hielo Surya Bonaly en los Mundiales de Chiba, en Japón, en 1994. Acababa de obtener la misma puntuación que la local Yuka Sato, quien al final recibió el oro tras un ajustado desempate. Bonaly se negó a subirse al podio y recibió la medalla de plata a pie de pista, lo que provocó los abucheos del público. Esta fue solo una de las situaciones «injustas» a las que esta patinadora, pionera entre las mujeres negras en el más alto nivel del patinaje sobre hielo, se enfrentó durante su brillante carrera, en la que llegó a desafiar el racismo y las normas del patinaje.

Pese a que obtuvo tres medallas de plata en Mundiales y fue cinco veces campeona Europea, a la competitiva Bonaly siempre le gustó ir un paso más allá. Adoraba ganar y le costaba quitarse el mal sabor de boca cuando no vencía en una competición. Es por eso que le marcó no haber ganado nunca una medalla olímpica. Nacida en Niza, fue adoptada por sus padres a los 18 meses, quienes la llamaron Surya. Aunque originalmente fue gimnasta de competición y también se le daban bien el ballet y la esgrima, empezó a patinar en 1985, a los 11 años, y pronto logró llamar la atención del entrenador nacional, Didier Gailhaguet.

«Si alguien me pedía veinte flexiones yo hacía treinta, creo que eso me ha ayudado a dar siempre más en mi vida», explica Bonaly, quien confiesa que para ella era natural actuar así ya que amaba este deporte. «Tenía que hacerlo mejor que bien para ser aceptada», ha afirmado en alguna ocasión. Y aún así tuvo que escuchar comentarios inapropiados sobre su cuerpo musculado, su color de piel y su decisión de no llevar medias a lo largo de su carrera por parte de jueces y periodistas.

Aterrizaje en una cuchilla

Los títulos no tardaron en llegar después de que Bonaly se uniera al equipo nacional francés y se mudara a París. Fue campeona del Mundo junior en 1991 y siempre asombraba a los espectadores ya que solía hacer entre ocho y nueve saltos en sus programas aunque los convencionales suelen tener seis. Sin embargo, su afición por ejecutar volteretas hacia atrás, consideradas peligrosas, terminó apartándola de su entrenador, quien no estaba de acuerdo con estas prácticas, en las Olimpiadas de Invierno de Albertville en 1992. Bonaly pasó a prepararse con su madre, quien no tenía experiencia en este deporte, junto a otros entrenadores.​

Bonaly, entrenadora en Minesota, giró con 'Campeones sobre hielo' durante años.
Bonaly, entrenadora en Minesota, giró con 'Campeones sobre hielo' durante años. TWITTER

Bonaly obtuvo su tercera medalla de plata en un Mundial en 1995. Volvió a perder el oro por un juez y una décima de punto cuando su programa era más complejo, con dos triples lutzes, dos combinaciones triples-triples y siete triples, por lo que consideró que había un sesgo racista. Pero el verdadero momento en que se enfrentó a los jueces llegó en las Olimpiadas de Invierno de 1998 en Nagano, Japón. Como previamente se había lesionado el tendón de Aquiles, decidió cambiar su rutina por su voltereta hacía atrás y aterrizar sobre una sola cuchilla. Ese movimiento estaba prohibido en las competiciones reguladas por la Unión Internacional de Patinaje sobre Hielo, por lo que fue penalizada, pero logró la admiración y los aplausos de todo el público. Bonaly había intentado desafiar a los jueces a «legalizar su salto», ya que el reglamento indicaba que todos debían ejecutarse cayendo en un único patín.

Esta fue la particular despedida de la competición amateur de la expatinadora francesa. «Esas serían mis últimas Olimpiadas y mi última competición, así que quería dejar mi propio sello», ha confesado. Después participó y giró con espectáculos como 'Campeones sobre hielo' durante años, y desde 2016 es entrenadora en Minesota. Bonaly también da conferencias para alentar a otras jóvenes negras a abrirse camino en el mundo del patinaje sobre hielo.

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