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Begoña Gómez y Pedro Sánchez, el pasado 22 de junio en el discurso de proclamación como candidato a la Moncloa.
Así es la bilbaína Begoña Gómez, la compañera de Pedro Sánchez

Así es la bilbaína Begoña Gómez, la compañera de Pedro Sánchez

La esposa del candidato socialista a la presidencia del Gobierno es una experta en captación de fondos para ONG's. Con un vestido rojo intenso, el pasado 22 de junio acaparó todos los focos en el discurso de proclamación de su marido como candidato a la Moncloa

Carlos Benito

Lunes, 22 de junio 2015, 01:18

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Una gigantesca bandera de España al fondo. Y Pedro Sánchez sobrio en su traje oscuro ante el atril acompañado por su mujer, la bilbaína Begoña Gómez, vestida de rojo intenso. Nada de lo que dijo el pasado 22 de junio el secretario general de los socialistas en su discurso de proclamación como candidato a la Moncloa tuvo tanto impacto como esa imagen.

Las reminiscencias de la política estadounidense se reflejaron claramente en el uso orgulloso de la insignia nacional y en el papel asignado a la mujer del candidato, que no sólo siguió el discurso en primera fila sino que, al terminar, fue la única que subió a acompañarlo al escenario. A ella y a sus hijas dedicó el líder socialista, además, palabras cariñosas de esas que en la política española chocan por lo que tienen de exhibición del ámbito intimo. "Gracias porque cada noche, cuando regreso a casa, su alegría borra mi cansancio", "por la comprensión cuando la tarea en que me he empeñado me aleja de su lado"...

"Los Obama del PSOE"

En cuanto Pedro Sánchez salió elegido como nuevo secretario general de los socialistas, algunos se apresuraron a colgarles a él y a su esposa la etiqueta de "los Obama del PSOE". Es un apelativo que, de algún modo, se antojaba inevitable: ya de entrada, la pareja supuso una renovación estética, al combinar el salto generacional con un evidente atractivo físico. Desde el principio de la campaña hubo cierto aroma americano en la manera de presentarse del diputado, que parece asumir esa idea tan estadounidense de que el político debe mostrar su vida entera para inspirar verdadera confianza: en su vídeo introductorio, oportunamente titulado "¿Quién es ese tal Pedro Sánchez?", aparecían hablando sobre él un maestro suyo, una de sus alumnas, una compañera de las Juventudes Socialistas...

Y también salía, por supuesto, su mujer. María Begoña Gómez Fernández, que no milita en el partido, se sobrepuso a su naturaleza discreta para explicar cómo se conocieron, aunque solo tardó unas pocas frases en pasar a referirse exclusivamente a él: "Fui con unas amigas a una fiesta y allí coincidimos con un grupo de amigos que me presentaron a Pedro. Bueno, fue un flechazo, la verdad. Nos gusta mucho ir a conciertos: La Habitación Roja... Björk también le gusta mucho", detallaba en el vídeo. El día que Sánchez se impuso en la votación interna, también tomó la palabra, antes incluso que su esposo: "Hoy es un día que va a marcar un antes y un después en el PSOE y él tiene todas las ganas de hacerlo", dijo. Aunque ese protagonismo masivo sea nuevo para ella, ya está acostumbrada a hablar y convencer, porque es una de las expertas más renombradas de España en "fundraising", es decir, la captación de fondos para lo que se ha dado en llamar tercer sector: organizaciones no gubernamentales, fundaciones, empresas sin ánimo de lucro...

Begoña nació en Bilbao y luce el nombre vizcaíno por excelencia, aunque solo vivió en la ciudad vasca sus primeros años. Sus raíces familiares hay que buscarlas en Valderas, al sureste de la provincia de León. Allí, en la esquinita que se toca con Valladolid y Zamora, muchos están recordando estos días a aquella niña que solía pasar allí parte del verano: "Guapa. Rubia como su madre", evoca Zoilo Rueda, que se precia de preparar en su restaurante Casa Zoilo el mejor ajoarriero de España.

Mirar a los ojos

La joven Begoña se licenció en márketing por el ESIC, la universidad privada de los Padres Reparadores, donde también cursó un máster en administración de empresas. En 1999 empezó a trabajar como asesora de entidades y negocios: ha prestado sus servicios a Green peace, Oxfam Intermón, Amnistía Internacional o Anesvad, así como a firmas tan diversas como Deutsche Bank, Old El Paso u Ono. En la actualidad es socia-directora de la empresa Task Force y, además, ha dado el salto a la docencia, ya que codirige en la Universidad Complutense el título en Dirección de Captación de Fondos para el Tercer Sector.

Quienes trabajan con ella destacan "su iniciativa y sus ganas de hacer cosas", así como una claridad de ideas muy importante cuando se trabaja entre el dinero y la solidaridad: "Es una persona decidida y emprendedora, con una escala de valores muy definida que le permite moverse en el mundo empresarial sin renunciar a objetivos éticos -elogia uno de sus colaboradores en la Complutense-. Es franca y segura de sí misma: mira a los ojos al interlocutor y admite la crítica constructiva. Creo que ha sido y es un apoyo imprescindible para la trayectoria política de su marido".

El matrimonio, desde luego, parece unido y feliz. Tras aquella fiesta en la que saltó la chispa, Pedro Sánchez se mudó al piso de su novia, en el barrio madrileño de La Latina. En 2005 tuvieron a su primera hija, Ainhoa, y un año más tarde se casaron: ofició la ceremonia Trinidad Jiménez, en el Ayuntamiento de la capital, y días después lo celebraron a lo grande en los jardines del Hipódromo de la Zarzuela. A la familia se sumaría pronto otra hija, Carlota, que hoy tiene 7 años. Viven en Pozuelo de Alarcón, donde las niñas estudian en un colegio público, y a Begoña se la suele ver a menudo en un gimnasio cercano a su casa, practicando aerobic y pilates. Seguro que Michelle Obama, tan partidaria del ejercicio físico, le daría ahí su aprobación.

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