Melocotón, la fruta de la inmortalidad que cuida de tu salud

Durante mucho tiempo se pensó que el 'manzano persa' de los romanos, como conocían al melocotonero, provenía de Irán, pero su origen más lejano está en China, donde se le conoce como la fruta de la inmortalidad. Cuenta la leyenda que una poderosa diosa china tenía un jardín en el que cultivaba unos melocotoneros muy especiales: cada 3.000 años daban unos melocotones que otorgaban la vida eterna a quien tenía la ¿fortuna? de comerlos.

De hecho, en el país asiático, el mayor productor mundial de esta fruta, el melocotón forma parte de la tradición, trascendiendo lo puramente gastronómico. Se usa como motivo artístico y decorativo en los regalos de cumpleaños, se piensa que su madera protege de los espectros y su flor es símbolo del amor.

Compuesto en un 86% de agua, el melocotón aporta vitaminas, en especial la A y la C, por lo que es bueno para la vista, la piel y los dientes. Su aporte de vitamina B facilita la digestión y es una fruta diurética, beneficiosa para los riñones. Entre los minerales, además del potasio, fósforo y calcio, es notable el aporte de hierro de una fruta que, por tanto, combate la anemia.

Conviene comerla con su piel –debidamente lavada–, aunque hay personas a las que su tacto aterciopelado les produzca algo parecido a la dentera. Esta fruta ayuda también a combatir la formación de radicales libres susceptibles de producir cáncer, y a reducir el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares.

Aunque hay melocotones muy buenos en diversas comarcas de España, el único con Denominación de Origen Protegida es el de Calanda, también conocido como 'tardío'. De la variedad Prunus, presenta un característico color amarillo y es famoso por su método de obtención: entre junio y julio se 'aclaran' en el árbol y los que quedan se introducen en una bolsa de papel parafinado que se sujeta a la rama hasta el momento de la recolección, para proteger al fruto de plagas y fenómenos atmosféricos.

Ampliar

En almíbar

El melocotón es un producto de temporada que, allá por octubre, desaparece de los anaqueles de fruterías y supermercados. En otoño e invierno es habitual encontrarlo en almíbar, una forma de conservación que gusta especialmente a los amantes del dulce. El melocotón en almíbar se hace con agua y azúcar, por lo que se incrementa la dosis de calorías. Hay quien usa un toque de canela o de limón en su recetas. Esta fruta constituye también la base de una de las mermeladas más usadas en las tostadas mixtas para los desayunos y las meriendas.