Neurorrehabilitación robótica, un paso adelante en la recuperación del ictus o el Parkinson, entre otros

La rehabilitación del ictus, el Parkinson, las lesiones medulares y otras enfermedades neurológicas tienen ahora una nueva esperanza en el tratamiento con la neurorrehabilitación robótica que ofrece en exclusiva el Hospital Quirónsalud Bizkaia

El ictus es una de las principales causas de discapacidad en el mundo y, aunque suele asociarse a personas mayores, su incidencia en jóvenes ha crecido notablemente en los últimos años. Detectarlo a tiempo y recibir rehabilitación temprana son factores clave para minimizar sus secuelas. La innovación en terapias como la neurorrehabilitación robótica está revolucionando la recuperación de estos pacientes. «La prevalencia de ictus en jóvenes ha aumentado entre un 15% y un 20% en los últimos 30 años, e incluso se ha duplicado en menores de 45 años», explica el doctor Alejandro Durán, jefe de servicio de Neurología del Hospital Quirónsalud Bizkaia. Factores como la hipertensión, el colesterol alto, la diabetes, el tabaquismo y el sedentarismo han contribuido a este incremento. «En mujeres, además, influyen el uso de anticonceptivos orales, el embarazo y algunas malformaciones vasculares», añade.

Detectar un ictus a tiempo es esencial para reducir el daño cerebral. «Los síntomas aparecen de forma brusca y pueden incluir pérdida de fuerza o sensibilidad en un lado del cuerpo, dificultad para hablar o comprender el lenguaje, pérdida de visión en un lado del campo visual, inestabilidad al caminar o visión doble», señala el doctor Durán. Es por ello que ante la sospecha de un ictus, es crucial actuar rápidamente. «Lo ideal es llamar a los servicios de emergencia para garantizar un traslado seguro a un hospital con unidad de ictus y neurología», recomienda el neurólogo.

La rehabilitación temprana: clave para la recuperación

Una vez estabilizado el paciente, la rehabilitación debe iniciarse lo antes posible. «En las primeras semanas tras un ictus, la plasticidad neuronal es mayor, lo que permite que otras neuronas asuman las funciones de las dañadas», explica el doctor Durán. «Cuanto antes se inicie la rehabilitación, mayores serán las posibilidades de recuperación», puntualiza.

Para la fisioterapeuta Sara García Delgado, especializada en neurorrehabilitación robótica, comenzar cuanto antes es crucial para evitar compensaciones inadecuadas. «Se considera rehabilitación temprana cuando comienza dentro de las dos primeras semanas tras el ictus, siempre que el paciente esté clínicamente estabilizado», señala. «Si se espera demasiado, el paciente puede desarrollar patrones de movimiento incorrectos que luego serán más difíciles de corregir», añade.

La revolución de la neurorrehabilitación robótica

Los avances en neurorrehabilitación han permitido desarrollar tecnologías como los exoesqueletos, que ayudan a los pacientes a recuperar la marcha al generar movimiento en las principales articulaciones de las piernas. «También contamos con estimuladores del nervio vago, que favorecen la neuroplasticidad, ese reaprender del que hablamos, y optimizan la recuperación», explica García Delgado. «Gracias a esta tecnología, podemos personalizar mejor las terapias y medir objetivamente los progresos de cada paciente», destaca la fisioterapeuta.

«Tras una valoración inicial, el equipo interdisciplinar establece objetivos personalizados y, en la mayoría de los casos, el tratamiento comienza en aproximadamente una semana», asegura García Delgado. «Los mayores avances se han observado en ictus, Parkinson y lesiones medulares incompletas», comenta la fisioterapeuta. «En estos casos, los pacientes pueden recuperar funciones motoras, mejorar el equilibrio y aumentar su autonomía».

Para entrenar el equilibrio, los especialistas emplean plataformas estabilométricas con superficies ajustables y luces de entrenamiento para mejorar la velocidad de reacción. «También utilizamos software de realidad virtual para ayudar a los pacientes a realizar tareas del día a día, desde comer o alcanzar objetos, hasta realiza movimientos para evitar caídas», detalla García Delgado.

«La neurorrehabilitación robótica permite optimizar los resultados, ayudando a muchos a recuperar funciones que, de otro modo, habrían sido más difíciles de rehabilitar». Con el avance de la tecnología y la aplicación de tratamientos innovadores, la recuperación tras un ictus es una realidad en la mayoría de los casos. Pero la clave sigue siendo la misma: acudir cuanto antes a un centro hospitalario y apostar por una rehabilitación temprana y especializada.