Alberto Medrano posa en Deusto Kabi, el vivero empresarial de la Universidad de Deusto donde ha ultimado su proyecto. /Pedro Urresti
THE HUMAN'S NETWORK

Facebook con rostro humano

La Bolsa de Bilbao acoge hoy la presentación de tHN, una red social creada por un bilbaíno para fomentar el emprendizaje social

I. BERNAL

Jueves, 21 de noviembre 2013, 03:36

En las redes sociales debes tener perfil. Es obligatorio el pase de entrada. Después, a ese perfil le puedes poner cara y hasta echarle jeta. Cada quién se retrata como quiere. Puedes usarlo para colgar gracietas que compartir con los amigos o quejarte de la crisis y sus recortes, pero también puedes aprovechar su potencial, la capacidad de movilización de Internet, para hacer lo que buenamente esté en tu mano para cambiar las cosas. Ese es el espíritu con que hoy se presenta en la Bolsa de Bilbao, tras hacerlo en la de Londres, The Humans' Network (tHN), una red social «con rostro humano».

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Su creador, el economista bilbaíno «loco por la tecnología» Alberto Medrano, ha puesto todo lo aprendido -y ahorrado- en el mundo de la consultoría y la banca privada para lanzar este proyecto ultimado en el vivero empresarial de la Universidad de Deusto. «Creo que las redes sociales son la mayor aportación de Internet, más incluso que el comercio electrónico. Con ellas se pueden forzar cambios, se pueden ganar causas, se puede mejorar el mundo», asegura vehemente. Su ejemplo es Change.org, una plataforma en la que 40 millones de usuarios de 196 países ponen en marcha iniciativas como la recogida de firmas para las más diversas peticiones.

Medrano propone dar un paso más para no sólo apoyar acciones puntuales, sino establecer todo un sistema que «cambie el mundo». Suena a bilbainada, para qué negarlo, pero está convencido de que las nuevas redes sociales tenderán a especializarse y en el futuro deberán servir para algo más que para compartir fotos o colgar currículums; serán el lugar idóneo para fomentar el llamado emprendizaje social. Es decir, la creación de empresas que entiendan que la riqueza debe estar tanto en su cuenta de resultados como en su entorno.

«Quizá fuera la crisis de los cuarenta -ahora tiene 43-, pero después de muchos años trabajando en Madrid me apetecía volver a Bilbao y tener mi propia empresa», explica al remontarse a la génesis del proyecto, allá por 2011. La idea dejó de ser un planteamiento futuro con el nacimiento de su segunda hija, June, una niña con una enfermedad rara que le recordó que «todo el mundo, hasta el más fiero de los banqueros -y trabajando en Standard & Poor's vi muchos-, cuando deja de defender su silla y se afloja la corbata, tiene una vida personal con los mismos problemas y las mismas alegrías que los demás». Ahí estaba su nicho de negocio: «crear un espacio en el que compartir esas cosas que nos hacen a todos más humanos. Creo que es el momento de pasar del 'Internet social' al 'Internet humano'».

Así, en tHN tendrán presencia los consumidores dispuestos a mostrar su opinión sobre los servicios de cualquier empresa; emprendedores en busca de financiación para sus proyectos, organizaciones no gubernamentales o particulares con proyectos solidarios, incluso políticos, instituciones y compañías dispuestas a dar la cara. «No se trata sólo de poner en marcha una plataforma que facilite la interacción de organizaciones no gubernamentales, sino de animar a la gente a pasar de tener un perfil social como el que tenemos en Facebook o profesional como el de LinkedIn, a uno humano, que nos refleje como personas».

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tHN permite, por ejemplo, calificar a las personas, compañías o instituciones «por su comportamiento ético y, a partir de ahí, generar pequeños cambios». «Las empresas, por ejemplo, no sólo van a tener una nueva herramienta con que estudiar su reputación social, además se las invitará a gestionar los perfiles que sobre ellas hayan creado los usuarios con sus comentarios y, en caso de tener una mala imagen, poder dar la vuelta a la situación. Del mismo modo que todos sabemos que somos más proclives a quejarnos cuando algo nos parece mal que a felicitar cuando algo está bien, también sabemos que una queja bien atendida acaba generando un comentario a favor», señala.

Y aunque su intención es convertir a sus usuarios «en los Standard & Poor's que ponen nota», tampoco se trata de dar voz a 'trolles' que se limiten a criticarlo todo. «Los usuarios también tendrán su nota; queremos que sus opiniones tengan fundamento y aporten algo -subraya Medrano-. Me gustaría, por ejemplo, que se empleara para dar las gracias a la gente que hace las cosas bien». Dime en qué red social estás y te diré quién eres.

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