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E. C.
Viernes, 21 de diciembre 2012, 12:07
La asociación de empresarios de Gipuzkoa Adegi rechazó ayer el nuevo Impuesto sobre la Riqueza y las Grandes Fortunas (RGF) aprobado la semana pasada por las Juntas con los votos de Bildu, Aralar y PSE, que, a su juicio, «es un impuesto contra la cultura empresarial guipuzcoana y la empresa familiar». Así lo subraya el consejo rector de Adegi en una declaración institucional en la que censura que los bienes vinculados a actividades económicas tributen, cuando en el anterior Impuesto de Patrimonio estaban exentos.
En opinión de la patronal guipuzcoana el nuevo impuesto, al incluir en el patrimonio de las personas bienes vinculados a actividades económicas, invita a los empresarios a «no capitalizar al máximo su empresa» y a «no reinvertir la mayoría de los beneficios en instalaciones y máquinas para ser más competitivas y productivas y así sostener el empleo». Con el nuevo impuesto, que entrará en vigor en 2013, para un empresario «es preferible repartir dividendos» o vender las empresas, «en definitiva, apostar por su descapitalización».
Además, la patronal considera que «en un momento en que las empresas tienen verdaderas dificultades para acceder a la financiación, la norma aprobada en vez de alentar que los fondos propios aumenten propicia todo lo contrario».
También cree Adegi que el IRGF tendrá el efecto de «desincentivar y desactivar el atractivo de Gipuzkoa para las empresas» y provocará la desarmonización con el resto de Euskadi y Europa, ya que «no hay ningún país que cuente con una regulación en la que el valor teórico de las empresas se impute al patrimonio». «Vamos en dirección contraria y puede tener graves consecuencias para el futuro».
Los empresarios guipuzcoanos han resaltado que la norma incidirá sobre todo en las sociedades familiares y las pequeñas empresas, que son las que mejor definen lo que denominan «el modelo guipuzcoano», ya que en este territorio «casi el 60 % de las firmas son familiares y el 94 % tiene menos de 10 trabajadores». En Gipuzkoa, más del 85 % de las personas empleadas y cerca del 90 % del valor añadido bruto se genera en el sector privado, «del que su mayor parte se destina a la remuneración de asalariados».Por este motivo, la nueva norma fiscal «lanza un mensaje contrario a la cultura empresarial que nos ha traído hasta las cotas de bienestar de las que disfrutamos en Gipuzkoa», la provincia con «menor tasa de paro de España».
La Diputación replicó que el nuevo gravamen incentiva la inversión productiva.
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