El 'caso Cabacas' se enquista

Ayer se cumplieron seis meses de la muerte de Íñigo Cabacas, el hincha rojiblanco que recibió en la cabeza el impacto de una pelota de goma disparada por la Ertzaintza en los altercados que siguieron al partido de la Europa League entre el Athletic y el Schalke 04. Medio año después, la investigación judicial abierta para esclarecer las circunstancias del suceso apenas ha avanzado más allá de la toma de declaración a los forenses y a los testigos de aquellos incidentes, que acabaron con el fallecimiento del joven tras pasar cuatro días en coma. Los familiares y amigos de Cabacas volvieron a reclamar ayer la depuración de responsabilidades, mientras la portavoz del Gobierno vasco y consejera de Interior, Justicia y Administración Pública, Idoia Mendia, atribuyó el «parón» del procedimiento al lento funcionamiento de los tribunales. «A todos nos gustaría que los ritmos de la justicia fuesen más rápidos», dijo Mendia.

En este mismo sentido, el fiscal superior del País Vasco, Juan Calparsoro, aseguro la pasada semana que el caso seguía su curso y que no tenía constancia de que estuviese sufriendo un retraso indebido. Pero lo cierto es que desde aquel aciago 9 de abril, la jueza instructora de la causa todavía no ha interrogado a ninguno de los 50 ertzainas que participaron en el operativo policial desplegado en el entorno de San Mamés. La toma de declaración a los agentes -de los que solo tres han reconocido ante sus superiores haber apretado el gatillo la noche de los hechos- debería haberse iniciado en septiembre, tras el parón estival. Sin embargo, el cambio de fiscal y el hecho de que el mes pasado cogiese vacaciones la funcionaria encargada de la tramitación del expediente ha podido influir en una nueva demora.

Ayer, sus familiares y allegados recordaron al joven fallecido, de 28 años, con dos actos organizados en su memoria. La primera convocatoria tuvo lugar ante los juzgados de Bilbao, donde alrededor de una treintena de personas se concentraron tras una pancarta en la que se podía leer 'No hay derecho. Justizia orain'. Los convocantes, de la plataforma popular 'Iñigo Cabacas Gogoan', denunciaron que Rodolfo Ares haya dejado su cargo como máximo responsable de Interior para encargarse de la campaña electoral del PSE «sin asumir su responsabilidad» en el caso.

Diligencias paralizadas

Entre carteles de 'Ares, mentiroso' y 'Que no fue un accidente', los manifestantes denunciaron la «impunidad» de la que, a su juicio, goza la Ertzaintza, cuyos agentes no están obligados a llevar el número de placa a la vista. También censuraron la «temeridad» en el uso de los lanzapelotas y recordaron que, medio año después, el agente responsable de la muerte del hincha rojiblanco «sigue sin identificar y sin asumir sus responsabilidades». «Pero ¿quién le va a exigir algo a un ertzaina cuando su responsable político directo ha escurrido el bulto?», se preguntaron. También criticaron el estancamiento del proceso judicial , un parón, a su juicio, interesado. «Se está esperando a que pasen las elecciones para que no salpique demasiado. En estos seis meses ha quedado patente el esfuerzo que algunos responsables políticos han realizado para que el caso pasara desapercibido».

La réplica a las aseveraciones del entorno de Íñigo Cabacas llegó por boca de la consejera de Interior, Justicia y portavoz del Gobierno vasco, Idoia Mendia, quien aseguró que desde el primer momento las autoridades vascas pusieron en manos de la jueza todas las pruebas de que disponían sobre la actuación de la Ertzaintza. Mendia recordó que la propia Policía emprendió una investigación interna y se abrió expediente a los agentes involucrados, unas diligencias que quedaron en suspenso cuando los tribunales iniciaron el procedimiento penal, tal y como establece la legislación que regula todos los procedimientos de carácter administrativo. «Es la juez de instrucción quien marca los ritmos y el sentido del proceso judicial. Los que hemos trabajado en los tribunales -indicó- sabemos que a veces se producen parones por muchas razones. No tiene por qué existir una razón oculta, a veces son razones demasiado sencillas, y por lo tanto no hay que observar ni concluir de ello que exista mala fe, aseguró Mendia, tras matizar que comprende el «dolor» de los padres y allegados de joven fallecido.