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El lehendakari, Patxi López, junto con el rector de Deusto, Jaime Oraá. :: EFE
Deusto reivindica los valores sociales «como antídoto a la crisis»
apertura del nuevo curso académico

Deusto reivindica los valores sociales «como antídoto a la crisis»

El rector, Jaime Oraá, incidió en que el futuro está en la investigación y la innovación

CRISTINA TURRAU

Sábado, 15 de septiembre 2012, 11:28

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No fue fruto de la casualidad que ayer el campus donostiarra de la Universidad de Deusto fuera el escenario elegido para la inauguración solemne del curso. La Universidad de la Compañía de Jesús quiso con ese gesto «refrendar y reforzar su compromiso activo» con Gipuzkoa ante el claustro universitario y ante la representación de las instituciones y sociedad vascas. «Deusto es un proyecto guipuzcoano, con profundas y sólidas raíces en este territorio histórico», remarcó el rector.

Jaime Oraá hizo de su discurso de bienvenida un alegato a favor de la formación universitaria orientada a los valores sociales como motor de cambio en un momento «crítico» por la agudización de la crisis. En esa misma línea se pronunciaron el lehendakari, Patxi López, y la consejera de Educación, Isabel Celaá, con una firme defensa del papel que juega la universidad y la educación en general en sendas intervenciones en las que no dejaron pasar el 'otro' tema del día: la propuesta del Gobierno central de reformar la Ley Orgánica de Educación, en detrimento de las competencias autonómicas, unas intenciones que criticaron sin ambages.

Pero primero fue el tiempo de hablar de la universidad. Jaime Oraá hizo hincapié en la «responsabilidad social» de la institución académica. «Hoy más que nunca -dijo- la universidad debe militar en la promoción de la justicia, la cohesión social y el desarrollo sostenible». Reivindicó en «la formación y la I+D+i de marcada orientación al retorno social como el mejor antídoto frente a la crisis», pues, a su entender, estamos ante una crisis «no solo económica, sino de valores». Apeló a la «esperanza, que ha de nacer de la determinación y del compromiso para ser cada día mejores, que quiere decir ni más ni menos un mejor servicio a la sociedad, colaborando en la formación de profesionales íntegros de la máxima cualificación y competencia en personas con valores, hombres y mujeres comprometidos y socialmente responsables».

Oraá aprovechó para repasar los proyectos puestos en marcha en los últimos años de actividad universitaria, como la Deusto Business School o el nuevo edificio Innogune. Y concluyó haciendo extensible su defensa de la educación a todo el sistema universitario vasco, «riqueza para todos los ciudadanos». «En estos tiempos de crisis, de profundos recortes en el campo de la educación, solo las sociedades más avanzadas tienen la visión estratégica para seguir invirtiendo en educación, investigación e innovación, sabiendo que ahí está el futuro que nos sacará de la crisis y nos hará alcanzar mayores cotas de desarrollo».

«Semillero de ideas»

«Hay que mirar a la universidad para encontrar respuestas a los desafíos que nos propone la sociedad», reconoció en su turno de palabra el lehendakari, Patxi López. «Con ella podremos construir una sociedad decente en toda la amplitud de este concepto». El lehendakari retó a los estudiantes a aportar soluciones comprometidas para dar la vuelta a un modelo económico y social que está en cuestión: «Frente a una marea ideológica que busca la desmantelación de muchas construcciones sociales, las universidades vascas, semilleros de ideas, han de ayudarnos a pensar por dónde tenemos que avanzar». También la consejera de Educación quiso remarcar el valor de la educación «como eje del cambio de la vida y de la historia». «No merece la pena militar en el pesimismo contemporáneo», recalcó Isabel Celaá, quien quiso lanzar un mensaje de «serenidad» desde la firme convicción de que el conocimiento «ayudará a devolver la esperanza, el empleo y la prosperidad a la sociedad».

Tanto López como Celaá criticaron con dureza la propuesta del Ministerio de Educación de aumentar el porcentaje que fija el Estado en los contenidos que se enseñan en las aulas, y recortar así la parte que cada autonomía completa en función de sus características. En el caso de las comunidades con lengua cooficial, como es el caso de Euskadi, este porcentaje pasaría del 55 al 65%, lo que supone «una invasión competencial» y una «recentralización ideológica», en palabras del lehendakari. La consejera de Educación declaró sus intenciones de pedir formalmente la dimisión de José Ignacio Wert en caso de que se confirmen esas pretensiones. «Tiene un afán centralizador que nada tiene que ver con lo que significa la mejora de la educación. Es una falta de respeto al ordenamiento jurídico», sentenció.

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