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Varias personas se animan a darse un baño en la ría. :: FERNANDO GÓMEZ
Un chapuzón exprés en la ría de Bilbao
BIZKAIA

Un chapuzón exprés en la ría de Bilbao

El agua del Nervión admite el baño, pero los especialistas aconsejan que sea rápido y seguido de una ducha

ANE ONTOSO

Domingo, 8 de julio 2012, 11:29

Una zambullida rápida y segura. Las aguas de la ría de Bilbao cumplen con todos los parámetros sanitarios para que una persona pueda darse un baño, sin que tal actividad repercuta en su estado de salud. Así lo certifican los especialistas que realizan el seguimiento habitual de la calidad de este cauce, si bien recomiendan las playas de la costa vizcaína para una realización más habitual de esta práctica lúdica, ya que cuentan con una mayor vigilancia y equipamientos más adecuados.

El gerente del Consorcio de Aguas de Bilbao, Pedro Barreiro, asegura que «no debemos pensar en la ría como una zona de baño». Varios son los factores que le llevan a esa conclusión. «La ría es peligrosa. Un ente vivo con mareas, corrientes y embarcaciones que transitan. Además, no hay vigilancia. No es por la calidad del agua, sino por toda esa serie de inconvenientes». Sin embargo, no descarta la posibilidad de bañarse, «siempre y cuando se cumplan las condiciones de un límite temporal y una inmediata ducha de agua dulce a la salida».

La calidad del agua del estuario bilbaíno ha evolucionado a lo largo de los años. El Consorcio lleva a cabo desde 1989 el Plan Integral de Saneamiento, que supuso una inversión de 1.000 millones de euros. El resultado se puede comprobar desde cada orilla: «la recuperación de la ría es un hecho». Según Alejandro de la Sota, del laboratorio del Consorcio, «el estado físico-químico de las aguas, de acuerdo a la directiva marco, es entre bueno y muy bueno».

Desde 1995, la Fundación AZTI-Tecnalia realiza un seguimiento ambiental en la ría. Elaboran campañas de campo en las que toman muestras para determinar el estado de calidad y su evolución. El biólogo coordinador del área de gestión ambiental del medio marino de este centro, Javier Franco, garantiza la «mejora espectacular» que ha tenido el estuario. «Donde antes no había vida, gracias al oxígeno conseguido, ahora se puede encontrar alrededor de 50 especies de peces en toda la zona. Y también crustáceos. Existe una diversidad bastante alta», afirma.

Fondos «abrasados»

Una tesis recientemente desarrollada por la doctora Ainara Gredilla, del Departamento de la Facultad de Ciencia y Tecnología de la UPV, sobre los metales y metaloides en las rías, llegó a la conclusión de que «todavía en algunos puntos del Nervión tienen más contenidos metálicos que el que por naturaleza deberían». Normalmente, los contaminantes terminan en los sedimentos. El «riesgo» puede aparecer en el caso de que las propiedades del agua cambien y los metales vuelvan a pasar a ella, con la consecuencia de que pudiera repercutir en los seres vivos que habitan. «No puedo decir si sus aguas son óptimas para el baño o se pueden comer sus peces, pero sí destacar la mejora del estuario», admite.

La Federación Bizkaina de Pesca ha vivido de cerca la evolución de la ría. El presidente de la agrupación, Herminio Pérez, sostiene que «cada vez parece que está mejor, a pesar de que los fondos se abrasaran en la industrialización. El agua tiene la suficiente calidad para bañarse, por eso se organizan competiciones acuáticas. En ella se pueden ver ahora desde mojarras hasta truchas, que son delicadas». Los peces se pueden comer «perfectamente», ya que hay «análisis que lo demuestran». Gredilla sostiene al respecto: «No sé si me lo comería, ya que aunque el agua se renueva mucho, los peces acumulan los metales que, al ingerirlos, los humanos no los eliminamos». Pérez no tiene dudas. «Los pescadores somos los ojos de la ría y lo que vemos nos gusta».

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