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POLÍTICA

Comerciales de humo

FLORENCIO DOMÍNGUEZ

Domingo, 3 de junio 2012, 05:18

La izquierda abertzale tiene los profesionales más cualificados para trabajar como comerciales en la venta de humo. El pasado mes de febrero hicieron una de esas operaciones consistentes en vender expectativas previas que luego se vieron frustradas con la declaración inane del Kursaal sobre las víctimas. A pesar de esos antecedentes, estos días pasados han vuelto a encontrar compradores para otra operación de venta de humo a granel: la declaración de los presos de ETA presentada ayer en Gernika.

Los dirigentes de la ilegalizada Batasuna y el conjunto de firmantes de la Declaración de Gernika se encargaron de calentar el valor en los días previos. Crearon tantas expectativas que ellos mismos han contribuido a acentuar la decepción por la declaración de los presos. A buen seguro que entre los decepcionados se van a encontrar muchos reclusos y muchos familiares de presos que estaban esperando algún paso que favoreciera la posibilidad de que, al menos, se produjeran trasladados a cárceles más cercanas al País Vasco. En las cárceles se venía hablando de la aceptación de algunos mínimos que hicieran posible una mejora de la situación. Lo que no podían esperar los presos es que sus teóricos portavoces salieran hablando de amnistía, aunque ya no digan, como hacían en épocas pasadas, que «la amnistía no es negociable».

Se nota bastante que los que han escrito el papel no están en la cárcel. Hablar de los debates de los presos es hablar de una leyenda urbana. Cierto que en los módulos penitenciarios los reclusos discuten y hablan, pero lo que se presenta como resultado del debate es lo que se escribe fuera de las prisiones.

El texto difundido ayer no añade nada significativo a lo que, por ejemplo, ya habían manifestado los portavoces de los presos etarras el pasado 13 de abril. Aquellas declaraciones y las realizadas ahora tienen como objetivo exigir al Gobierno que cambie la política penitenciaria con la promesa de que si lo hace también ellos harán algún movimiento. En el fondo se busca escenificar una derrota política del Ejecutivo. Plantean un pulso en dos fases: en la primera esperan obligarle a acabar con la dispersión aplicada a los etarras presos sin que éstos tengan que asumir ningún compromiso; en la segunda se trataría de forzar una negociación con ETA sobre la excarcelación. En todo momento lo que se quieren evidenciar es el control de la banda sobre los presos.

ETA ha sido tan conservadora en su declaración de ayer que ni siquiera ha sabido aprovechar la oportunidad de aparentar que daba un paso para dividir a los partidos y crearle problemas y presiones al Gobierno. Ha preferido demostrar firmeza ante los suyos aprovechando la cohesión existente entre la mayoría de los reclusos, aunque con el peligro de que la falta de avances termine por erosionar la unidad actual y se abran grietas entre los presos.

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