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Por el área de Traumatología pasaron ayer 176 pacientes./ Borja Agudo | VÍdeo: L. Bermúdez y Z. Palacios
Olor a nuevo en el hospital
ESTRENO DEL IMQ DE ZORROZAURRE

Olor a nuevo en el hospital

La clínica del IMQ abre sus puertas entre la expectación de pacientes y vecinos

GUILLERMO ELEJABEITIA

Martes, 15 de mayo 2012, 09:14

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Día de estreno en la mayor clínica privada de Euskadi. A las ocho menos cuarto de la mañana, una mujer de unos 70 años esperaba a que se abrieran por primera vez las puertas del nuevo centro hospitalario del IMQ en la Ribera de Deusto. Llegaba para hacerse una extracción de sangre y con el firme propósito de estrenar las instalaciones antes que nadie. Fue la primera de los 376 pacientes que ayer pasaron por las consultas de un hospital que todavía huele a nuevo.

Las mudanzas siempre son complicadas, pero en este caso se había planificado el traslado con mucha antelación para que todo marchara como un reloj. «Siempre hay un teléfono que no funciona o alguna conexión que se pierde, pero, en general, ha sido todo muy ordenado», explicaba el gerente, Jon Darpón. No debe ser fácil echar a andar una infraestructura de 40.000 metros cuadrados con múltiples consultas externas, varios hospitales de día y 157 habitaciones, entre otros servicios, por eso el IMQ decidió organizar una apertura escalonada.

Ayer echaron a andar las unidades de Traumatología, Medicina Interna y Oncología, además de los servicios de radiodiagnóstico, radioterapia, ondas de choque, TAC 64 y extracciones, que representan sólo el 15% de la superficie total del centro. El próximo lunes abrirá un porcentaje similar, que corresponde a los hospitales de día y endoscopia, y el resto de las instalaciones entrará en funcionamiento de forma definitiva entre el 28 y el 29 de mayo. «Hemos cuidado mucho la mudanza, pero todavía nos quedan dos semanas un poco difíciles», reconocía Txus Ruiz de Ocenda, del equipo directivo del hospital.

Algunos pacientes y no pocos curiosos cruzaban el umbral de la nueva clínica boquiabiertos ante la luminosidad de los espacios y el brillo impoluto de los materiales. El impresionante hall y la sala de espera principal, presidida por una escultura de Vicente Larrea que simboliza la medicina, hacen su efecto; por eso el personal de recepción se esforzaba por ofrecer más indicaciones que nunca. Incluso se ha elaborado una guía para ayudar a los visitantes a no perderse en los vericuetos del edificio diseñado por Carlos Ferrater y Alfonso Casares.

«Ha ido todo muy bien»

El ritmo de trabajo fue similar al de una jornada normal en las anteriores instalaciones. «Ha habido bastante actividad, pero lo hemos llevado bien; hemos cumplido la agenda a las horas previstas, así que no nos podemos quejar», explicaba Omaira tras el mostrador de Oncología, uno de los puntos fuertes del centro. «Yo esperaba encontrarme mas follón por ser el primer día, pero la verdad es que ha ido todo muy bien», decía Arantza mientras aguardaba en una de las salas de espera.

El edificio le pareció «amplio y cómodo», aunque lo que más le gustó es «que todo el servicio de Oncología esté centralizado». Un aspecto que valoraba también el doctor Pedro Ensunza, presidente de la entidad, que pasó consulta en las nuevas dependencias. «Tenemos todos los servicios en un área muy próxima, y eso desde el punto de vista funcional está muy bien -apuntaba-, aunque aún nos falta coordinarnos de forma un poco más ágil y automatizada». Tendrán tiempo de sobra para acomodarse a las novedades, ayer sólo dieron el primer paso de una larga andadura.

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