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ALBA CÁRCAMO
Sábado, 24 de diciembre 2011, 17:17
Una vez al año no hace daño. Ese refrán guio ayer a los vizcaínos, que abarrotaron los mercados para ultimar las compras que adornarán la mesa navideña. Aunque la situación económica no es la idónea para hacer excesos, la tradición se impone y los consumidores no están dispuestos a celebrar estas fiestas sin los productos estrella. De ahí que en las últimas horas las bolsas llenas sean las protagonistas, pese a que hace apenas un mes los anfitriones podían agasajar a sus invitados casi a mitad de precio.
La lluvia de millones del jueves parece haber animado a las familias, que abarrotaron el mercado de La Ribera e hicieron largas colas para adquirir «lo imprescindible». Pero el daño en la cartera era inevitable porque las viandas más atractivas para estos días han sufrido incrementos que alcanzan casi el 50%. «El mal tiempo que ha tenido a la flota amarrada» es la única razón que encontraron los clientes para que el pescado esté «por las nubes».
Ya lo preveía Jacinto Cundín, responsable de varios puestos, que desoyó la dinámica de ligeras subidas de los últimos años. «Este besugo se va a poner », auguró en noviembre. Y si bien es cierto que ha aumentado su precio en un 15% -hasta alcanzar los 46,90 euros el kilo-, el encarecimiento de otros manjares ha sido mayor. Una alternativa que, a priori, podía parecer más económica y con buena presencia -el rodaballo- ha protagonizado un repunte del 45%, aunque, como la lubina, no sobrepasa los 18 euros y se han convertido en dos de los productos más demandados.
La cúspide de los incrementos ha llegado de la mano, como de costumbre, del marisco vivo. Los bueyes de mar se han encarecido un 62%, aunque siguen siendo mucho más asequibles que otros crustáceos como el bogavante, que ha superado los 30 euros. A juicio de Cundín, «hay gente muy clásica, que le gusta tener siempre lo mismo pero una cosa es querer y otra poder». En ese sentido, destaca que «estas semanas han habido movimientos de clientes que venían a comprar para congelar pero la gente es fiel porque conoce la buena relación calidad-precio y espera al último día porque es ya casi una tradición».
El cabrito pisa fuerte
Quienes prefieren la carne, por su parte, no han tenido motivos para llevarse las manos a la cabeza. Tras los mostradores se vislumbran los mismos precios desde hace semanas. De hecho, en los puestos señalan que, «en principio, no tienen que variar porque el proveedor sigue siendo el mismo».
Como es habitual, cordero, cochinillo y solomillo son los productos más solicitados. Aunque empieza a pisar fuerte el cabrito. «Cada vez lo piden más porque tiene menos grasa», explican en un establecimiento especializado, donde aseguran que «desde agosto no se han tocado los precios». El vacuno tampoco es excepción y las chuletas han mantenido los 16 euros iniciales. «Junto con el solomillo -35 euros- son el producto estrella», indican en Pedro Mari.
Pero los manjares navideños no son exclusivos de los más pudientes y cada cual se apaña como puede. Buena prueba es que Mari Ángeles García, de la carnicería Riojana, reconoce que «estos últimos años la gente se lleva cosas más baratitas, como carrilleras -a 7,30 euros-, manitas -2,40- o redondo -5,90-. Si bien los hay que no renuncian a un buen cochinillo. «Se los están llevando desde hace un mes, pero hoy -por ayer- es el día que más me han pedido», apunta.
Una víspera que antecede a un fin de semana de sobremesas en el que los vizcaínos que han recortado lo han hecho con límites. «Antes te pedían dos kilos de cigalas y ahora medio», explica Cundín, quien tiene muy claro el por qué -aunque menos- se sigue tirando la casa por la ventana: «Los platos de las cenas navideñas cambiaron mucho hace más de diez años y es difícil volver para atrás».
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