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IVÁN ALONSO
Jueves, 8 de septiembre 2011, 09:13
El verano no ha traído mucho calor a Euskadi, pero cuando ha llegado en la Margen Izquierda ha habido un problema añadido a los rigores del termómetro: la imposibilidad de beber agua en muchas de las fuentes públicas existentes por una extraña oleada de robos de grifos que, en los casos concretos de Sestao y Portugalete, se ha convertido en una auténtica plaga. Hasta 20 llaves de regulación han desaparecido por municipio reiteradas veces en el último mes para ser vendidas, presuntamente, a precio de chatarra.
Fue a finales de julio cuando los servicios municipales y las policías locales empezaron a detectar el robo sistemático de los grifos que regulan el paso del agua en las fuentes. Todos ellos de metal y desenroscables, lo que facilita la labor de los cacos. En Portugalete, el concejal de Seguridad, Gorka Etxabe, recuerda que ese mes muchos vecinos llamaron indignados al Ayuntamiento porque la fuente de su parque se encontraba sin espita para poder beber de ella. En otros casos fue incluso más grave. «Nos dijeron que el agua salía de manera incontrolada por una fuente, algo que cortamos de inmediato cerrando la llave de paso», relata el edil en relación a un suceso en el que la sustracción de las válvulas provocó una pequeña inundación en la calle.
Lo cierto es que estos hurtos están suponiendo un problema para los municipios afectados, no tanto por el precio de cada unidad -unos 30 euros- si no por las molestias que causan a los vecinos. En Sestao, por ejemplo, repusieron los primeros grifos sustraídos para comprobar con pasmo cómo volvían a desaparecer poco después. Este hecho ha llevado al Consistorio a no reponerlos hasta que la Policía localice a los ladrones. Sólo se salva de esta 'ley seca' el paseo de La Benedicta, justo enfrente de las piscinas, en atención a las múltiples personas que allí pasean y realizan deporte.
Tras la pista de los culpables
En Portugalete, sin embargo, apuestan por la reposición inmediata de todos los grifos robados. «¿Por qué van a pagar los vecinos por culpa de un par de sinvergüenzas?», se preguntaba ayer el edil de Seguridad. También es cierto que la villa, de momento, sólo ha sufrido dos oleadas de hurtos: la de julio, como Sestao, y otra la semana pasada donde se sustrajeron nueve grifos. En total son casi unas 20 unidades las que han 'volado' de su lugar habitual. ¿Su destino? «Venderlos como chatarra a cambio de una miseria», asegura Etxabe. Apenas uno o dos euros, depende del metal.
En Sestao no piensan quedarse de brazos cruzados y el Ayuntamiento ya se plantea modificar las fuentes para que los grifos no sean desenroscables, sino que estén integrados en la estructura. De todas formas, adelantan que la Policía ya está tras de la pista de los culpables, que podrían ser detenidos en los próximos días.
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