Barbones

Son muchos los cazadores de nuevo cuño que saben de avutardas lo que han leído o les han contado, aunque en una fecha no muy lejana fue una modalidad de caza autorizada y ejercida con fruición. Esta ave, que puede llegar a pesar - los machos - hasta 20 kilos, con una envergadura de 2,40 metros, procede de las estepas de Asia y con el tiempo fue colonizando terrenos cerealistas del oeste de Europa. Es una de las especies voladoras más grandes y a los machos se les conoce como barbones por las plumas que adornan su cuello. De porte majestuoso, esta ave gregaria intenta por principio correr más que volar cuando es molestada.

En la actualidad su caza está prohibida en toda Europa, pero en España sus poblaciones son muchísimo más numerosas que en otros países. De ahí que voces autorizadas hayan empezado a plantear la posibilidad de autorizar un aprovechamiento racional en la modalidad de rececho. España estableció una moratoria transitoria al entender que la especie estaba en regresión, pero en este santo país las moratorias siempre terminan convirtiéndose en prohibiciones definitivas, fruto de la intransigencia de los anti-todo, la incompetencia administrativa y la pasividad de los cazadores. El caso es que dicen que sólo en las estepas del Campo de Montiel hay muchas más avutardas que en el resto de Europa. Al no autorizarse su caza controlada, los amigos de la ajeno cazarán furtivamente mas avutardas que las que posiblemente se abatirían si estuvieran autorizadas. Lo que no es de nadie nadie lo cuida, máxime con esta especie que, por su envergardura y carácter gregario, provoca en los cultivos daños de armas tomar. Si, por el contrario, se autorizara su caza, los agricultores se cuidarían muy mucho de protegerla porque les aportaría unos ingresos antes impensables. Procede un conteo en profundidad para dar solución a un patrimonio faunístico de primer orden que, si lo seguimos abandonando, se nos puede ir de las manos.