El entumecimiento de la moral

A estos cinco chicos (ingenieros, químicos, profesores...) su apelativo artístico les puede cerrar algunas puertas a escala local, por eso de la incomprensión nominal inmediata. Lo dilucida Íñigo, el cantante. «Llamaron Quaoar a un planetoide descubierto en el 2002. Hace referencia a un dios de una tribu nativa americana conocida como tongva. Al dios de la creación de todas las cosas. Según esa tribu, Quaoar creó todas las cosas bailando y cantando la canción de la creación. Lo cierto es que el nombre lo elegimos por cómo sonaba. Era especial y podía identificarse bien con el sonido del grupo en aquel entonces: un death progresivo experimental».

Tal estilo ha quedado un tanto atrás, pues Quaoar ahora enfocan a un rock más ajustado, menos divagante. Sobre sus infuencias, apuntan que son «amplísimas, como cabe esperar». «En el grupo hay auténticos fanáticos de los Beatles -sobre todo de la última época-, Pearl Jam, Opeth, Porcupine Tree, Pink Floyd, Jeff Buckley, Led Zeppelin, Pain Of Salvation, Tool, Radiohead, Pantera, Queen, Toto, etc. Es evidente que resultaría imposible plasmar todos estas referencias en nuestras canciones, pero es innegable que toda esta música es la que nos inspira», explica el cantante de la banda.

Quaoar son de Bilbao y promedian 26 años. Sus elementos Íñigo y Aitor se pluriemplean en un grupo funk que atiende por Señor Lagarto, y en el currículo del quinteto melenudo se leen experiencias anteriores como I Killed Myself (death metal), PESCH (metal), Ainhoa Cantalapiedra (la de Operación Triunfo) o Driven (thrash metal progresivo). La nueva rodaja de Quaoar es totalmente autoeditada y no ha pasado por la SGAE. «Sí, la fabricamos sin pasar por la SGAE. La licencia Creative Commons nos es suficiente. Pero el hecho de haberla publicado nosotros no implica que no estemos buscando apoyo de una discográfica, promotora o management. No en vano, estamos en ello desde hace mucho tiempo pero todavía no hemos encontrado nada con garantías. Así que seguiremos el camino solos hasta que encontremos a alguien que apueste fuerte por nosotros».

Debutaron con 'Man't' («más heterogéneo, aunque igualmente personal: hay desde reminiscencias de la época death hasta tintes del rock de los 70») y se reafirman con 'The River & The Soul', de rock afectado e introvertido que va del grunge sereno de Pearl Jam, al bucólismo de Opeth y los sudokus de QOTSA. Asegura Íñigo que creen «haber conseguido un trabajo profundo y singular que gana con las escuchas. Además tiene letras muy distintas, especiales y personales, y una presentación impecable. Estamos recibiendo críticas inmejorables, no sólo en España, sino de todo el mundo».

Ya que habla de las letras, en inglés, le pedimos que las desentrañe y se suelta: «Las escribo yo y me inspiro, como todo el mundo, en las cosas que veo a mi alrededor: la esclavitud del trabajo, la fabricación masiva de supuesto arte, en el amor, el estado de las discográficas, la meditación, la muerte, el entumecimiento de la moral y los sentimientos de la población, etc. Intento darles un toque más profundo y especial hablando de estas cosas de una manera muy diferente a lo que el resto de grupos hacen actualmente».