«Si no llego a pararle, hubiese matado también a la hija»

Chaib se encontraba ayer profundamente afectado por lo sucedido. Apenas habían transcurrido unas horas desde que vio cómo Fredy Apolo acababa de acuchillar a Txaro Román y ponía fin a su vida. Él fue quien evitó que siguiera agrediéndola y también impidió que matara a la hija. «Todavía estoy muy nervioso, ha sido una situación horrible. Yo conocía a Txaro, me unía con ella una buena amistad», reconoció.

Con el cuello de la camiseta roto por el enfrentamiento que había mantenido con el agresor, Chaib explicaba que fueron los gritos de la hija los que le alertaron. «Había estado en el bar Txema y cuando cerró fui con unos amigos a sentarme a los bancos que hay frente a la parada de taxis. Charlábamos tranquilamente, cuando escuchamos unos gritos. Era la hija de Txaro, era Yoli la que chillaba».

El hombre corrió en auxilio de las dos mujeres. «Cuando me acerqué vi cómo el agresor le clavaba el cuchillo una y otra vez. Al llegar a su altura, le sujeté de la mano para que no siguiera agrediéndola. Tenía un cuchillo de cocina que me pareció bastante grande. Pero al ver que le hacía frente se marchó», relató.

Chaib prestó los primeros auxilios a Txaro. «Le puse mi mano sobre el pecho, donde tenía algunas heridas. Traté de taponarlas para que no siguiera sangrando», indicó. Al poco llegaron varias personas más, momento en el que el testigo salió corriendo detrás del homicida. «Dejé a Txaro y salí detrás de él. Le perseguí durante un tiempo junto a un agente de la Policía municipal, pero no lo vimos y no pudimos darle alcance».

Chaib, que sufrió cortes de carácter leve en un brazo, no tiene la menor de duda de que si no hubiera llegado a intervenir, «ahora estaríamos hablando de dos fallecidas; él habría terminado por matar también a la hija», concluyó.