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LORENA GIL
Lunes, 2 de mayo 2011, 04:36
Sesenta alcaldías y más de seiscientos concejales en Euskadi y Navarra. Ese es el poder que, en la actualidad, suman Eusko Alkartasuna y la izquierda abertzale tradicional, que hace cuatro años estuvo representada por ANV en las urnas. El veto del Tribunal Supremo a la participación de Bildu, coalición que agrupa a ambas sensibilidades, en las elecciones del 22 de mayo dejó ayer en el aire, a la espera de lo que decida el Constitucional, la futura presencia de estos sectores en el nuevo mapa institucional. A día de hoy, EA y la izquierda radical cuentan con representación en un centenar de ayuntamientos, en las Juntas Generales de Vizcaya y Álava, así como en el Parlamento navarro.
El mayor caladero de votos de Bildu sería, sin duda, la izquierda abertzale oficial. En las elecciones de 2007, la última marca legal de este sector, ANV -que fue ilegalizada un año después-, superó los resultados de siglas anteriores y cosechó 73.000 votos, además de 89.000 sufragios nulos que contabilizaron como propios. El Tribunal Supremo anuló en un primer momento 133 de las candidaturas de la formación, y aceptó otras 122 planchas. No fueron prohibidas en su totalidad por no existir en ese momento indicios suficientes de su vinculación con ETA. Acción Nacionalista se hizo con 42 alcaldías (33 en el País Vasco y 9 en Navarra), recuperando la mayoría en feudos tradicionales como Mondragón, Pasajes, Hernani y Elorrio, y obtuvo más de 400 concejales. El recuento se completó con cuatro apoderados en las Juntas Generales de Álava y uno en las de Vizcaya.
La izquierda abertzale demostró una vez más la fidelidad de sus bases, reflejada sobre todo en Guipúzcoa, desde donde provino la mayor bolsa de votos. Independientes de este sector social son los que copaban las primeras plazas de las 258 planchas que Bildu presentó ante la Junta Electoral Central.
Ruptura de alianzas
La segunda fuerza de la coalición reside en Eusko Alkartasuna. La formación liderada por Pello Urizar ostenta en la actualidad una veintena de alcaldías (11 en Euskadi y 9 en Navarra) como resultado de los comicios celebrados en mayo de 2007. EA concurrió a esta cita con las urnas en coalición con el PNV en muchos de los municipios de la Comunidad Autónoma Vasca, y como integrante de NaBai, en Navarra. Ambas alianzas se romperían a posteriori. La última hace apenas unos meses, cuando el partido de Urizar optó por abandonar Nafarroa Bai ante la negativa del partido jeltzale y Aralar a abrir las puertas a la izquierda abertzale tradicional.
Eusko Alkartasuna tiene presencia en un centenar de consistorios vascos y 28 navarros, en los que cuenta con más de 190 concejales. Su situación podría ser incluso mejor de no haber sido porque medio centenar de ediles guipuzcoanos se dieron de baja de la formación, descontentos con el giro de ésta hacia la izquierda radical, para alumbrar un nuevo partido: Hamaikabat. EA cuenta, además, con tres junteros, uno en Vizcaya y dos en Álava, así como con cuatro representantes en el Parlamento navarro.
La tercera 'pata' de Bildu la conforma Alternatiba, escisión de Ezker Batua que nació después de los comicios de 2007 -EB se presentó en coalición con Aralar-. Los integrantes de Alternatiba, cuya cabeza visible es el exparlamentario vasco Oskar Matute, se negaron a renunciar a sus cargos, pese a abandonar la formación entonces liderada por Javier Madrazo, y conservaron sus escaños en diferentes instituciones. Tres junteros de EB, dos de Guipúzcoa y uno de Vizcaya, pasaron a engrosar las filas de este nuevo partido, así como varios concejales. Alternatiba forma parte, entre otros, de la junta de gobierno del Ayuntamiento de San Sebastián -en manos del socialista Odón Elorza-, junto a Aralar y el PSE.
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