Dos policías municipales de Bilbao, en el rally de los 'pandas' de Marruecos

El equipo 'Azul Bilbao', así les conocían los demás competidores, por el color del coche y la 'B' gigante marcada en el techo, ha recorrido 5.200 kilómetros en un 'Seat Panda' a través de dos continentes y en menos de quince días. Dos policías municipales de Bilbao acaban de participar en un rally humanitario por Marruecos. El requisito imprescindible era llevar 20 kilos de material escolar -bolígrafos, cuadernos...-, cedido por el Ayuntamiento de la villa, para repartir entre los niños de las zonas visitadas. Todo debía ir metido, además, en el maletero de un mítico 'Seat Panda' o un 'Fiat Marbella'.

También llevaban sobres de jamón de Claudio, otro de los patrocinadores gracias a los que el viaje fue posible. El premio no era en metálico, sino que se entregaba a los ganadores un peluche, y el número 1 no era el que iba más rápido, sino que se trataba de una «prueba de orientación. Estábamos perdidos en el desierto y teníamos que ir siguiendo un mapa», resume Joseba, uno de los dos agentes participantes.

Lo que más les ha impresionado han sido los paisajes lunares del sur de Marruecos y la «camaradería» entre los competidores. 32 parejas de España y Portugal partieron del estadio Santiago Bernabéu, en Madrid y, tras pasar en ferry desde Algeciras a Tánger, concluyeron en las playas de Essauira (pandaraid.com). Las etapas eran secretas, se las iban desvelando día a día. El rally arrancó el pasado 4 de marzo y duró siete días, pero después de terminar la carrera, a 700 kilómetros de Tánger, tenían que regresar de nuevo a Bilbao en el 'Panda', por lo que han empleado quince días.

Coche retocado y sin averías

Pablo y Joseba conocieron la existencia de esta prueba por Internet y se embarcaron en la aventura. Ambos son policías municipales de Bilbao. Pablo, además, tiene conocimientos de mecánica y como su 'Panda' «retocado», confiesa, no se ha averiado en todo el recorrido, los utilizó para ayudar a los demás participantes. «El primer día no dormimos», recuerdan. Se encontraron con una pareja de novios a los que se les había averiado el vehículo y tenían que ir «muy lentos» y se unieron a ellos. A otros les desapareció una riñonera con el dinero y recaudaron fondos en dírhams para que no se retiraran y pudieran continuar el rally. Hicieron piña con cinco parejas de catalanes, asturianos y madrileños «y hemos ido juntos todo el rally».

En la tercera etapa se entregó el material humanitario al director de la escuela de Zouala. Han sido invitados a una fiesta bereber «que no se acababa nunca» y han visto escenas conmovedoras de «niños corriendo descalzos a nuestro encuentro con una gran sonrisa» y «aunque no tenían nada, siempre te invitaban a entrar en su jaima a tomar un té». A Pablo le ha «impresionado el Atlas» y se ha propuesto «volver con un '4x4'». Para Joseba, «el Marruecos tradicional y con encanto está fuera de las ciudades, que son como la España de los 40 ó 50».

En las dos semanas que ha durado su peripecia han llevado el nombre de Bilbao a todos los rincones de Marruecos y han soportado tanto «un sol de justicia» como la nieve. Cruzando el Atlas llegaron a alcanzar una cota de 2.200 metros de altura.